Bar Don Rodrigo

El piano! Es una atracción, porque como en los bares de las películas la música suena como atrayendo al que por fuera del lugar pasa. El repertorio de pianola no es muy amplio, pero se come y bebe a gusto y a precio adecuado!

When one bar recommends another bar, it calls my attention. But when several bars recommend one bar, then it becomes a «must» to visit that bar. This is how I ended up visiting «El Bar de Don Rodrigo». I have to mention that at first sight its small, dark, and busy. The earlier the better to get seated. Personally I like the bar areas because of the conversations I carry to know more about the country’s business and politics. And met quite a few persons that not only happily discussed their political views but personal business views and opportunities in the country.
Best to drink are the ‘pisco sour’ specially made by Mr. Santiago de Santiago. He can make pretty much any drink you order. Food is good and classic. I had the empanadas, best I’ve had in Chile so far. Music is varied but of surprisingly good taste. You get free peanuts at all areas. Their whole idea is to make you feel at home and enjoy their bar. Time flies when you are having fun and gladly I would return to this place anytime I am in Chile.
I’ll write my next post from Brasil or NY, «Vayan con Dios» amigos…

Lejos el mejor lugar de santiago para visitar con amigos.
Tiene un estilo único… especial, que no todo saben disfrutar.
Tiene ese sabor a bar antiguo, y a medida que llega la noche se transforma en un piano bar, y se para mi es su principal encanto.

Simplemente los mejores pisco sour nacionales del centro, y baratos.
Un lugar para conversar sin música fuerte y con buena atención.
Hay que llegar temprano.

Un tremendo lugar sin mayores pretensiones q ser un buen bar.
Si buscas sofisticación, glamour y música fuerte no vengas, porque no la encontrarás.
Si te interesa un buen trago en la barra, pasa por acá.

Lugar bueno, bonito y barato, con estilo de bar antiguo y ese clásico y extraño aporte musical con la rubia del teclado. Ideal para una reunión después del trabajo con buenas cervezas y tablas para compartir.

This bar is so inexpensive and right in the middle of the Bellas Artes neighborhood. It is super cozy and has more of a lounge feel to it than a bar. When I went the first thing I noticed was how inviting the place was with the fun choice of music and how warm they kept it inside.
I also really enjoy the layout of the bar. There are lots of little rooms, each with 3 to 5 tables which makes it perfect for a more private evening out, or you can also enjoy yourself at their classy bar. Naturally there is also space if you want to go out with a group of friends or have a happy hour with your work buddies.
They even have karaōke, fun! There pisco sour was just yummy and they have some great things to nibble on as well. They cheese platter is beautifully arranged with salami and several artisanal cheeses. I tried their manchas a la parmesana (clams baked with parmesan cheese) which were not the best I’ve had, but good.
Their empanadas we just fine as well the only strange thing is that they were served on a plate and covered in plastic rap (maybe a mishap). All in all a nice chill bar to spend an evening.

Es como llegar al comedor de tu bisabuelo, o la casa de esa tía veterana favorita que ha conservado su misma decoración toda la vida. Sí, porque el Bar Don Rodrigo te invita a sentirte como en casa. En un espacio más bien reducido, el lugar se convierte en sitio perfectamente acogedor para estar con amigos y disfrutar un rato.
Desde cerveza hasta tragos más fuertes es lo que se estila beber, sin embargo el clásico vino tinto es su arma más fuerte para conquistar. El bar tiene una barra nacional para sus clientes que frecuentan desde siempre el lugar. La mayoría acude al lugar como un sitio para encontrar relajo y distracción después del trabajo.

¿Tomar una cerveza o un pisco sour por menos de $ 1500 en Bellas Artes?
Si, es posible. Pero no por eso fácil: El bar de don Rodrigo es algo así como el oasis de baratura que sólo los entendidos saben. Porque pasa piola, porque no quiere ostentar, porque no le interesa ser ondero o ala moda, porque él siempre está ahíí, impávido.
De los mismo dueños del Hotel que está al lado, si el local está lleno (como generalmente está) y lo ven con cara de vivito, le ofrecerán subir a su bar primo hermano, que está en la terraza del hotel, que siempre está vacío. Ojo ahí.
Cuando entras, no sabes si estás en una película, en un barco o en una serie ochentera. Nadie sabe lo que toca la mujer del piano, pero toca y canta. Y nos gusta, es parte de ir a este bar, donde los garzones están súper pinteados, igualitos al monito que aparece en las cartas.
Si encuentra lugar libre sáquese al tiro un número de algún juego de suerte, proque de seguro se lo gana.

Creo que he ido demasiadas veces: El mesero me reconoce, ofrece vino y me reserva una mesa. Y eso que ni siquiera le dejo más del 10% de la propina. Esa es, precisamente, la onda del Bar de Don Rodrigo, atenta y servicial. La ley anti-​tabaco le ha hecho muy bien a este lugar, porque como es pequeño antes era imposible no irse oliendo como un cenicero. Esos días han quedado atrás y ahora es muy respirable.
Y cuando digo barato es porque: SE PASÓ. Por 7 lucas promedio por cabeza puedes salir con bronceado de cantina y comidito (papas fritas, of course).
Lo más notable son los pianistas. Al principio te parecerá decadente y depresivo, pero a medida en que bajan esas piscolas y chelas no te darás ni cuenta y liderarás el karaōke improvisado.

En un entorno donde abundan los lugares «onderos» y con variadas cartas de comida gourmet y tragos preparados especiales, este sitio resalta ante todo por su sencillez, emplazado donde se ubica un hotel y de cara al Santa Lucía, el Bar Don Rodrigo es un lugar sin pretensiones donde se puede pasar realmente un buen rato y sin salir en bancarrota.
La sencillez es la mayor ventaja y gracia del local, que se atañe al concepto original de Bar, nada de carta de comidas variadas o lo que se conoce como restobar, acá abundan las papitas fritas, el maní para picotear o una tabla de quesos y aceitunas, lo que destaca del bar es precisamente su carta y barra de tragos, a la usanza de los años dorados y de la bohemia clásica, con un barman que tiene muchísimas historias para contar que se da el tiempo entre preparación de contarte alguna de sus anécdotas y garzones de humita y mantel experimentados en explicar y atender, súmele un piano y un señor que ameniza las tardes con la música y tada!
Si te gusta el martini agitado no revuelto, es imperioso que visites este lugar, este es uno de mis tragos favoritos y aquí lo realizan al pie de la letra con indicaciones de James Bond, si te decantas por otras cosas, puedes probar un Bloody Mary o algun pisco sour muy recomendado. Echele una mirada a la carta antes de comenzar a tomar, a ver si reconoce al dibujante ;)