Jardín Arco Iris

Este año me tocó empezar la recorrida por los jardines maternales, ya que mi hija iría a uno. Recorrí cinco que quedaban por mi zona, y Arco Iris fue el único que me retrotrajo a mis más lindo recuerdos de la infancia. Aquí hay hasta olorcito a jardín de infantes.
Estuve poco más de una hora hablando con Ivanna, su dueña. Claro que no sólo hablamos las cuestiones relacionadas a la institución, terminamos hablando de la vida. Si bien esa hora de charla no me permitió conocer en profundidad a la persona que tenía en frente, al menos me dio la pauta de que pensábamos igual en muchas formas y modalidades en relación a los más pequeños. Eso es lo que me terminó de ayudar en mi decisión.
Esta sucursal está hace varios años en el barrio. He escuchado muy buenas referencias por parte de otras mamás que llevan allí a sus pequeños. Sumado a que tienen unas salas de juegos llenas de juguetes, mesas grandes para aprender en conjunto, una sala de cocina, donde una vez a la semana aprenden a hacer algún postre, y su jardín lleno de juegos de plaza, hicieron que me decida a anotar allí a mi niña.
Lo que más se acuerda mi pequeña, en su visita a su futuro jardín de infantes, es el auto viejo que está en el jardín pintado de colores y con asientos para que los chicos jueguen en su interior. Yo le digo: «el jardín Arco Iris» y ella me dice: «el del auto».