Banco de la Nación Argentina

A este banco lo conozco por muchos motivos.
En su primero momento por una beca de la universidad nacional que consistía en la entrega de una tarjeta ticket con la que se puede comprar comida en distintos supermercados. El tramite fue sencillo y la atención bastante rápida.
En otro momento me hice una extensión de la tarjeta de crédito de mi mama, tampoco fue un tramite complicado solo tiene que ir la titular y firmar una serie de papeles y en 15 días te mandan la tarjeta con tu nombre a tu casa.
Y desde ahí que empece a utilizar le banco para funciones básicas de cajeros, algún que otro deposito.
Es el Banco Nación, sabemos que con esto de la compra de dolares es una entidad autorizada para entregar el «bendito» dolar estadounidense.
Las funciones son iguales a la de todo banco, cuentas bancarias, cajas de ahorro, deposito, extracciones y muchas mas
Todo banco a mi me da su desconfianza, soy mas del efectivo y de la idea de que si hay compro! sino veo como me las arreglos pero en muchas me ha zafado de tener un que otro abrigo o de una buena compra de super. De todas maneras si tendría una cuenta propia o sacaría una tarjeta de crédito seria en este Banco, no es uno privado.

Muy pocos saben y recuerdan que anteriormente en este lugar hubo otro banco de La Nación, encuadrado dentro del movimiento arquitectónico denominado Eclecticismo-​Academicismo, proyectado por la Oficina Técnica del Banco de la Nación entre 1900 y 1930 y llevado a cabo por los Constructores Tito y José Micheletti, entre 1926 y 1929. Este edificio del que ya solo quedan recuerdos, tiene como testigo exento, el portal del demolido edificio que fue reemplazado por el actual.
Demolido el viejo Banco en 1981, la ampliación –o el «anexo” — aparece claramente separada entre medianeras, y revela la imagen sólida y homogénea del pensar y el hacer del Movimiento Moderno.
El actual Banco de la Nación es hoy, uno de los mas exquisitos edificios ubicado en el micro centro de la ciudad, en la intersección de las peatonales San Martín y Córdoba, este nuevo edificio no fue proyectado por el Arq. Mario Roberto Álvarez como algunos afirman.

Aunque debo reconocer que el sistema de atención cambió muchísimo para bien, todavía faltan pulir cosas.
En el pasado no había otra forma de esperar más que hacer una cola igual a la del supermercado pero mucho más larga e interminable. Actualmente tenés que sacar un ticket con un número en las máquinas de su entrada y que según la operación que tenes que realizar te indica a qué lugar tenes que dirigirte.
El lugar ahora cuenta con varios bancos para poder esperar sentado aunque en los momentos y horarios picos siempre queda gente parada esperando que por los televisores ubicados por todo el local llegue el tan esperado momento de ser atendido.
Lo bueno de éste sistema es que podes sacar tu número y fijarte como viene la mano, si ves que tenes para un rato largo podes irte y volver sin perder tu lugar en la «fila». Ojo, que no te pase como a mi que volví y ya se me habían pasado dos turnos y tuve que esperar una hora más. A pesar de lo positivo de esto, es sistema muchas veces falla y todo se descontrola ya que hay que volver al viejo sistema de colas y ahí la educación de las personas brilla por su ausencia.
Algo copado para sobrellevar lo malo, es que ahí mismo encontrás una especie de kiosko con galletitas, golosinas y bebidas frías para paliar la larga espera.

Proyectado por el arquitecto contemporáneo Mario Roberto Álvarez, autor de la parte nueva de la Bolsa de Comercio. Goza de una arquitectura rica y totalmente adecuada para el lugar, un edificio que se alza en un sector y se hunde en otro, liberando el espacio de las esquinas donde se cruzan las dos peatonales y que genera la estética indicada para la acción que desarrolla.
El Banco de la Nación siempre fue un problema, desde temprano se podían ver unas colas enormes que daban vueltas por todos lados y gente con cara de muerte, calor o frío según la estación y la paciencia agotada.
Yo esquivo los bancos en mi vida a más no poder, pero los infortunados momentos en que algún motivo me llevó a encontrarme con él, por suerte el sistema había cambiado y numerito en mano, asiento y algo para leer, no tenía que preocuparme tanto.
La he acompañado a mi abuela, que siempre para los viejitos el banco es un problema, y acá son re amables, las escaleras son mecánicas, hay baradas en todos los lugares necesarios. Recomiendenselo a sus abus (?)

Hubo un tiempo en que si te tocaba ir al Banco Nación era indispensable un buen calzado y un libro grueso para matar el tiempo. Recuerdo que en mis tiempo de oficinista en los que hacía varios bancos diariamente era uno de los últimos porque sabía que me iba a quedar después de las 3 de la tarde. Más de una materia preparé para rendir durante esas amansadoras colas.
Ahora es otra cosa, sacas un número (número y letra, para ser más específicos) y vas a sentarte en el medio de donde antes se generaba un caracol humano. Tenés televisores que te avisan cuando es tu turno en los cuales pasan variadas publicidades del mismo banco o de índole oficialista. Igualmente, la espera es bastante larga, aunque el tiempo pasa más rápido cuando estás sentado y cómodo.
Pasa igual que con otros bancos que toda esta tecnología al servicio de la atención al cliente genera en realidad menor necesidad de personal. Se quitan 4 personas de atención al público y se pone 1 técnico (para hacer el mantenimiento del touch que te da los números). Algunos bancos inclusos se están descentralizando (por ejemplo, el Nvo. Bco. de Sta. Fe). Es un tema a seguir de cerca.