Pirola

Restaurante que esta hace años y este!!! Por algo se conserva en el tiempo! Todo es rico para mí las especialidades son los sorrentinos gratinados con queso y jamón para chuparse los dedos y pollo al vino blanco con papas natural para pedir basta !!!
Me parece un restaurante muy de gente grande o de flia! Será porque va ese tipo de gente xq hace años que está!
Si bien no está de moda los domingos tenes filas de espera !!! Van muchas filas!!!
El precio es razonable!
A mí me encantan los sorrentinos y el pollo al vino blanco con papas al natural!
Mi papá ha pedido milanesa a la marilan y era muy rica y en pocos lugares la hacen!
La parrilla también es muy buena ! Y es un restaurante como los de antes! Gran variedad de comida!!!
También puedes encargar para llevar!

Se trata de un clásico «bodegón» familiar aggiornado a la zona norte. La carta es súper abundante (al estilo de las cantinas españolas que hay en Buenos Aires) y la comida sale relativamente rápido. Los precios son promedio, ni tan baratos como un «La Perla» ni tan caros como otros restaurantes de renombre sobre la avenida Rafael Núñez.
Los domingos se llena y quizás hay que esperar un poco más. Es ideal para cuando tenés ganas de comer comida «casera» y no hay ganas de cocinar. Como tiene mucha rotación de comensales, en general la comida es muy fresca y recién hecha. Se me hace agua la boca al escribir y recordar unos ravioles con salsa de cuatro quesos que comí un domingo de esos en que te levantás tardísimo.

Amo este restaurante, era el lugar preferido de mi papa!!!
La última vez que comí ahí fue para el pasado dia del padre, elegimos ese lugar ya que era el primer dia del padre que él ya no estaba y porque hubiese sido el lugar elegido para ir a comer si él estuviese vivo.
Que bien se come y que ricoooo, cada vez que voy pido lago diferente, m me gusta probar cosas nuevas y todo, absolutamente todo es delicioso.
Por ejemplo tengo a mi hermana que se desvive por la lasagna de este restaurante, siempre que vamos pide lo mismo, igual a mi papa, era su patlo preferido.
La última vez que fuimos yo recuerdo que pedí pescado, un exquisito salmón, estaba para chuparse los dedos, y de guarnición unas papas al horno con tomillo. El pescado se notaba que estaba fresco, se me alcanzaba a desarmar apenas lo cortaba, las papas increibles ni muy secas ni muy blandas, punto justo, a mi hijo le pedi un pollo a la plancha con papas fritas y el gordo fascinado, se comió todo.
pedimos un riquísimo vino para acompañar y celebrar ese dia, pero no recuerdo cual fue.
El lugar siempre esta lleno, hay que ir temprano y sobre todo los días especiales, como dia del padre, madre, navidad, año nuevo.
Nosotros habíamos ido 12:30 preferiamos comer antes y en su defecto hacer tiempo en la mesa que comernos una cola de 1 hs, ese día llegamos y habia gente pero no estaba lleno, pasaron solo 10 minutos y ya habia gente esperando afuera.

Desde el centro de la ciudad, tras atravesar la subida del Cerro de las Rosas, pasar frente a la Galería Precedo y esquivar a la Mujer Urbana gracias al túnel, al llegar al final de la Avenida Rafael Núñez, Pirola continúa de pie.
Restaurante tradicional de zona norte, Pirola es un lugar donde es común ver grupos de amigos, amigas y familias enteras sentados en mesas larguísimas preparadas para la ocasión. Recibidas, cumpleaños, despedidas, ganas de comer hasta reventar, son todas buenas excusas para darse una vuelta por el lugar.
El secreto de su éxito: la abundancia de sus porciones, lo rico que es todo (pero todo) y lo barato.
Pirola además, es perfecto para conocer a tus suegros sin que te caiga mal la comida, para dar buenas y porqué no, también malas noticias. No importa, todo se supera con alguno de los postres que se ofrecen en la carta. Mientras tanto, los chicos cuando terminaron de comer hacen sociales con los otros niños que están divagando por el lugar. El salón y sus alrededores abarcan un espacio enorme y se convierte para ellos en un buen mapa para explorar.
La atención siempre fue impecable. Mozos que se dedican al oficio, que les gusta, que siempre tienen un comentario amable, un buen gesto.

Pirola es el típico restaurante familiar, ese en el que podes ir de a 20 personas y pasar un momento espectacular junto a tus seres queridos, compartiendo charlas, comiendo unas excelentes preparaciones y tomando unos buenos vinos. Si queres pasar un momento tranqui, no es esta tu mejor opción, porque como bien dije antes, es un lugar más bien familiar y como en la mayoría de las familias te Encontras con estos pequeños angelitos de dios que andan correteando por el lugar o gritando sin cesar y si no estás acostumbrado a eso, no vas a pasar un buen rato. Pero si no es así y este tipo de cosas no te molesta, pues entonces no esperes más, empeza a llamar a toda tu familia y hacete una reserva porque a veces se llena y tenes que estar esperando un lugarcito. Sacando de lado el tema niños, el ambiente es genial, todo en su lugar, buena ubicación, musiquita de fondo, muy al estilo familia. La atención, sin igual, no cabe dudas que las personas encargadas de contratar al personal eligieron con responsabilidad y con sabiduría, porque cada empleado del lugar es excepcional, te tratan con toda la amabilidad posible y con un carisma que te hace sentir realmente importante. Precios, moderados.

Otro clásico de la época dorada de la zona norte. Anterior a muchos restaurantes de moda, Pirola ya estaba en la Núñez ofreciendo buena comida a las familias.
Está claro que este lugar existe por y para las reuniones familiares.
Fuimos en ocasión del cumpleaños de mi abuelo, reservamos una mesa como para 12 si mal no recuerdo. Llegamos el domingo, al medio día y la mesa ya estaba preparada para nosotros.
El mozo, quien ya nos había atendido en alguna otra reunión familiar anterior, nos recordaba y nos saludó amablemente. Es de esos lugares en lo que a los clientes se los trata como tal, se los hace sentir «como en casa» y por eso uno vuelve.
La comida es muy buena, en mi caso me pedí un bife de lomo. Los platos son abundantes y de una buena calidad.
Las mesas están un tanto separadas, y no es un lugar demasiado ruidoso por lo que se puede charlar.
Otro aspecto interesante de este lugar, distinto a lo que uno puede pensar de estos clásicos de esta zona de la ciudad, los precios no son disparatadamente altos. Un buen lugar para ir con la familia.

Este lugar es uno de los mas antiguos y prestigiosos de zona norte, hace muchos años que todos los días abre sus puertas y espero que por mucho tiempo mas lo siga haciendo.
Yo particularmente fui varias veces con mi familia para celebrar momentos importantes y la mayoría de las veces fue un día domingo al medio día.
La verdad que hay que ir temprano para agarrar una mesa o hacer una reserva. Nosotros llegamos tipo 12.30 y ya había bastante gente en el lugar, pero tipo 13 vimos que había otros haciendo cola esperando por una mesa.
El Menú es muy variado, hay para todos los gustos! En una de las ocasiones me pedí una milanesa a la napolitana compartida con mi hermana y papas a la crema con queso gruyère. La verdad exquisito y muy abundante por lo que recomiendo compartir. Y en otra de las veces que fui me pedí un plato de sorrentinos con salsa mixta y otra vez lasagna. Esos platos no los pedí para compartir, me los comí completos de lo rico que estaban pero super abundantes también.
La atención de los mozos siempre fue excelente. Lo que mas me sorprendio es que una vez fuimos como 15 y él tomó los pedidos sin anotarlos y dude si se equivocaba, pero a todos nos llego nuestro pedido sin problema! Realmente un genio!

Pensar en Pirola es pensar en las noches de grandes «comilonas» en familia. No sé hace desde cuándo abrió sus puertas este restaurant con una trayectoria en pastas que se las trae, pero puedo asegurar que hace más de 35.
Es un excelente lugar para disfrutar en familia. Te da la sensación que en la cocina está la abuela tana de un buen amigo, con el palo de amasar y la cara empolvada de harina con el pañuelo en la cabeza y su actitud serena y reflexiva ante la masa que se estira a lo largo de la mesa. Cariño es lo que tienen las pastas, un deleite que se puede apreciar en su esencia.
Si buscabas un lugar tranquilo para disfrutar a la luz de las velas con tu pareja lejos de los niños correteando, sin lugar a dudas este lugar no es. Está bien iluminado y por su característica de restaurant «familiar» escucharás muchos niños a tu alrededor, lo que si estás acostumbrado en casa a esas vocecitas tan particulares, el sonido de «ruido ambiente» no te molestará en absoluto.
Acordate entonces, si querés comer un rico y abundante plato de pasta con tu familia (al mejor estilo Benvenutti) Pirola ES es lugar.