Patio de los Niños

Estamos en un país en crecimiento, en términos de la población. Cada día veo más mujeres embarazadas, ya con otros niños en brazos. Con tantos niños, pienso que debería haber más lugares para ellos, así no se pierden en la ciudad. Hay parques y plazas y patios, pero son para todos, no exclusivamente para niños, salvo una zona del Parque de las Tejas.
En el centro no hay casi nada para los niños. Pero por suerte hay un lugar para los enanitos de Córdoba que se llama el Patio de los Niños. Está en la calle Jujuy entre 9 de Julio y Colón, y cuenta con varios juegos. Hay un poco de pasto también y lugares para sentarse y leer, dibujar, o lo que sea.
Generalmente hay muchos niños dando vuelta por el patio, pero tiene sus horarios cuando no hay casi nadie, como los domingos a la noche por ejemplo. Supongo que es mejor así, porque los niños tienen que dormir mucho y todo eso.
Se ve que intentaron incorporar un poco de arte en el patio, porque en una pared hay un arco iris pintado. Es gigante y agrega un poco de alegría al lugar. Podría tener un poco más onda, pero siendo cosa de la municipalidad, hay que ver qué pasa.

El Patio de los Niños es un lugar súper cope para los más pequeños, pero también para la sociedad en general. Enmarcado por grandes edificios, parece un rincón mágico en medio del cemento. Su fachada de rejas en punta preludia un mundo de juegos, donde las risas infantiles no faltan ningún día.
Este espacio verde debe ser una de las mejores obras de la gobernación local. Cuenta con instalaciones preparadas para personas con movilidad reducida. Además presenta un diseño de caminos zigzagueantes, muy adecuado para su propósito de entretener a los infantes.
Las hamacas y todos los juegos en general se encuentran en buen estado. Las paredes del lugar están pintadas de blanco y exhiben dibujos que junto al césped verde realzan una atmósfera alegre. También hay algunos árboles aquí y allí que aportan sombra y acompañan la diversión con frescura.
El Patio de los Niños es un buen paseo para personas de todas las edades. Quienes quieran olvidarse un poco de las amarguras cotidianas pueden elegir un banco de esta plaza y sentarse a leer un libro. Además el lugar dispone de mesas y sillas de cemento para relajarse y tomar unos mates con los amigos.

Cada vez que voy en el colectivo me llama la atención este lugar y sobre todo su cartel «patio de los niños». Su nombre lo dice todo, es un espacio ambientado para la diversión de los niños que tengan ganas de jugar y pasarla bien al aire libre. Cuenta con varios juegos, sus paredes todas coloridas y con unas hermosas palmeras que hacen que su paisaje y el lugar sea ameno, disparador de paz y tranquilidad a pesar del griterío de los niños quienes trasmiten la diversión en sus voces. Lo que me encanta de este lugar es que está capacitado para que aquellas personas con capacidades diferentes puedan disfrutarlo. Realmente esta plaza genera un espacio de integración para estas personas que día a día sufren la diferencia y la segregación que se realiza al no contar con espacios reformados y capacitados para su utilización como todos los demás. La plaza no se encuentra en un lugar muy llamativo ya que está rodeada por edificios y su calle a pesar de ser transitada no suele impactar la atención del público ya que muchos pueden verla como una plaza más. Sin embargo, para los que tuvieron la posibilidad de asistir y poder ver esta transformación que se realizo para la integración de personas con capacidades diferentes pueden observar y experimentar la sensación de amparo y familia que genera este lugar. También es importante destacar que es un sector protegido y especial para niños y su cuidado, ya que cuenta con rejas y puertas que pueden cerrarse mientras se dispone del lugar.

En Córdoba, en medio del tráfico, el griterío y el pavimento, existe un rinconcito que me encanta: el Patio de los Niños.
Peleando codo a codo con los edificios, este espacio tiene el lugar suficiente para que los chicos puedan correr, jugar en las hamacas e incluso cuenta con un teatrino. Con palmeras, jacarandás, cipreses, flores y dibujos de colores en las paredes, sumado a la risa de los niños durante el día, es un lugar muy alegre.
Igual está bueno darse una vuelta a la noche y si están los portones abiertos, treparse a una hamaca sin ningún ojo que te juzgue por la edad. Nunca se es grande para volar un rato y si vas con otro, jugar a ver quién de los dos llega más alto.
El patio de los Niños es un lugar para sacarle el polvo a los recuerdos de la infancia, sentarse a respirar un rato y olvidarse de los problemas. Sólo hay que dejarse llevar.
Dato importante y de mucho valor: tras la remodelación que tuvo hace un par de años atrás, se convirtió en una de las pocas (si es que no es la única) plazas que con la bandera de la integración en la mano, se encuentra perfectamente adaptada para que los chicos con capacidades diferentes también la puedan disfrutar.