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Los juegos en red fueron una manera de reunir la vida digital y la vida real, donde los juegos, eran variados, pero es muy difícil bajar a los clásicos. Como es el único y guerrero Counter Strike, que en el lanzamiento fue muy debatido por el índice de violencia que se desarrollaba, a pesar de eso, muchos jóvenes descargaron muchos cartuchos. Yo creo que se debe al retomar el juego de los policías contra los ladrones, donde se manchaban las rodillas y las armas eran cualquier cosa que se cruzaba en el camino, como una rama, un ladrillo, una vara de metal. Eso cambió radicalmente con este tipo de juegos. En la actualidad, el Cyber del barrio, es un superviviente que superó el avance carnívoro que tiene la tecnología. Ya quedan muy pocas y localizados en puntos remotos de la ciudad.
Para los que les toca vivir, les queda la opción de sumar una cabina telefónica para el llamado de emergencia, o alguien que pierde su computadora personal, y tiene que realizar el trabajo, recargas de celulares o la simple función de kiosco. Todo eso sin contar la presencia de los celulares, donde existen fundamentalistas de llamada, pero existe una fuerte migración hacia el celular táctil para la comunicación diaria.
Estos soldados del tiempo persisten gracias a los jugadores diarios que pagan sus horas de vida. Se puede discutir que la forma de vida no es como «la de antes», pero la era de la tecnología nos inunda día a día y cada uno de nosotros tiene que nadar entre los metales y plásticos de la tecnología.