Brac

Excelente restaurante de tapas, muy rica la comida y el local tiene una decoración minimalista nórdica que le da un ambiente muy interesante. Uno de mis restaurantes favoritos de Palermo.

Un lugar que enamora por su diseño minimalista, ambiente amplio y muy cuidado, nada de mesas amontadas. Nosotros fuimos a cenar y ofrece la oportunidad de sentarse en el interior o exterior con algunas mesas que dan a la calle.
La oferta gastronómica de Brac, son las tapas, por lo cual uno si va entre 2 personas termina pidiendo cerca de 3 o 4 platos, el tipo de comida es bastante variada (nosotros ordenamos ensalada de burrata, cebolla asada y riñones), separando las opciones en el concepto de agua, tierra y fuego.

Fui a Brac hace 4 meses y me había encantado. Por eso, llevé a mi marido a probar las cosas ricas que había conocido antes. Cuando llegamos (domingo 15hs) me llamó la atención que estaba vacío (la vez pasada debimos reservar y el local estuvo lleno hasta las 17 que nos fuimos. El menú cambio (se empobreció) y las porciones se achicaron (la limonada la sirven en un vaso pequeño que debe tener 300ml con toda la suerte. Sigue siendo rico pero perdió el atractivo. Una pena.

Odio dar reseñas de una estrella, pero en este caso no queda otra. Una pena.
Fuímos a cenar un viernes a la noche. El local no estaba lleno y quedaban varias mesas disponibles.
Entramos, pedimos mesa y nos sentamos. Hasta ahí, vamos bien.
Se acerca el mozo y nos trae una sola carta «ahora les traigo otra», nunca pasó.
Elegimos de la única carta que nos trajo y le estabamos por hacer el pedido a otro chico (no el mozo que nos trajo la carta): «No les avisaron que deberían pedir dos platos por persona? O un plato por persona y una entrada para dos?».
No, nos habían avisado. Al parecer, los platos son extra chicos y recomiendan pedir dos por persona. Carisimo, obvio.
Ok. Pedimos dos platos por persona. Nuevamente, al mozo que nos hizo esa indicación.
30 minutos después, traen mis dos platos juntos y ninguno de los platos de mi novio. El mozo (el que nos trajo la carta) asumió que íbamos a compartir todo, sin preguntar.
Ok. Reiteramos el pedido, mi comida se enfrió.
30 minutos después, los otros dos platos seguían sin aparecer.
Tuvimos que acercarnos a la caja, contarle la situación al encargado y ver qué podíamos hacer. Resulta que esos otros dos platos nunca fueron «pedidos» a la cocina. Pedimos la cuenta ahí mismo.
5 minutos después, aparece el mozo con los platos restantes (?). Los devolvimos.
Lo único que puedo rescatar de la experiencia es que, el encargado nos pidió disculpas, se hizo cargo de la situación y no nos cobró nada.
Dejando de lado esta situación, puedo decir que el local en sí es muy bonito. Muy buen puesto y con excelente decoración.
La comida me pareció un Meh. Por esos precios esperaba algo más rico o más elaborado.
Tampoco soy fan de los mini platos que te obligan a pedir más de uno por persona.
No vuelvo.

Hace unos meses visité Brac.
Ya me había enamorado cuando vi fotos de los sillones/​hamacas que tienen en la puerta, y la verdad es que no sólo eso, si no todo el local está hermosamente ambientado. Mucha inspiración escandinava, muebles en blancos, luces con forma de origami… bellísimo.
Y afuera tienen una suerte de galería, calefaccionado, donde seguro volveré con Fidel.
La comida? Tapas, es decir, platos tipo «picada» pero ricos, y elaborados.
Con Flor compartimos unas papas rústicas con ketchup y un pan de campo con queso, bacon y portobello. Yo lo acompañé con una limonada, exquisita (posta!)
Pagamos $ 110 (comida + propina) cada una

Primero lo bueno: el lugar es muy lindo con buena iluminación y clima agradable. El concepto de las porciones pequeñas es interesante y la comida es muy buena. Lo realmente malo es el servicio; imaginen lo peor de los camareros de Palermo y se quedan cortos. En una enumeración rápida: la carta de vinos no refleja lo que realmente tienen, vino la bartender para decirnos que tenían y elegir entre esos. Pedimos una primera ronda de platos y los trajeron de a uno, después de cansarnos de hacer señas nos atendió otro mozo y le hicimos el pedido de tres platos, llegó uno solo y, luego de insistir nos reconocieron que se habían olvidado. Tampoco esta vez llegaron al mismo tiempo, cabe aclarar que cada vez nos atendía una persona diferente y nos dejaba los platos en el medio de la mesa. Cuando terminamos se acercó una persona con un volcán de dulce de leche por cuenta de la casa. Me pareció un buen gesto hasta que revisé la cuenta el día siguiente, me lo habían cobrado.
A los dueños: sin un buen servicio el resto no sirve. No vuelvo

El lugar es muy lindo. La carta un poco acotada. Platos chicos pero ricos. Pedimos sandwich de langostinos muy bueno, pero traeme otro, y una ensalada de fideos de arroz, pollo y palta con demasiadas hojas verdes para mi gusto, pero buena.

Estaba buscando un lugar en el que almorzar COMIDA (no sandwiches ni hamburguesas ni panchos –no porque esto no sea comestible, sino porque buscaba algo más elaborado y más «slow»). Pasé por Brac de casualidad, miré el menú, me tenté y entré.
Es un espacio muy grande, con unas mesas en una especie de galería que tienen adelante de todo, donde es posible sentarte en unas hamacas que cuelgan del techo (no sé qué tan cómodas serán para comer, pero están buenas al menos de pinta). La decoración es re simple, todo color madera clarita y blanco. Una barra realmente muy grande, y plantitas en terrarios muy copados (quiero uno para casa).
Comí sola, porque tenía que trabajar un rato así que me pareció un lindo lugar para quedarme, con mesas amplias como para instalarme con la compu y a la vez tener espacio restante para ubicar vaso, plato, cubiertos, etc.
Tienen un menú ejecutivo por $ 95 que está más que bueno, no solo por el precio, que es normal, sino por el tipo de comida que tiene. La mayoría de estos menúes suelen ser pastas, tartas, ensaladas… O pizza, minutas, cosas así– Pero en Brac te ofrecen entraña con puré, risotto, ensaladas elaboradas, pescado, fajitas, etc. (creo que eran algo así como 6 o 7 opciones). Además te incluye una bebida y el café y se puede pagar con tarjeta (opción que es sabido que muchos restaurantes de Palermo no ofrecen).
De entrada te traen un pancito saborizado con hierbas que estaba buenísimo, y un queso crema también saborizado para untarle. La entraña (mi plato elegido) estaba en su punto justo. Al principio tenía miedo de pedirla, ya que una entraña mal hecha o pasada puede llegar a ser la peor peor peor elección del mundo. Pero no tengo nada en absoluto que objetar. Jugosa pero crocantitta por fuera, y el puré que la acompañaba también estaba perfecto como complemento.
Es una buena opción para almorzar, ahora me falta probarlo de noche.

Riquísimos platos pequeños para compartir. El concepto es diferente de todo lo que probé hasta ahora. Ideal para ir de muchos y pedir todo lo que hay en la carta. No podés dejar de probar los ñoquis de remolacha y la hambuerguesa de portobellos. Los el puré trufado también es espectacular. Además, tienen una carta de tragos excelente. Siempre que voy pido un trago distinto, todos muy frescos y de sabores exóticos. Para el vino, ofrecen una muy buena variedad de las cuales el Manos Negras Pinot noir es mi preferida. No dejen de ir!

Todo muy rico. Los platos son chicos, te da la opción de pedir varias cosas y probar.
El sándwich de langostinos es lo mejor. Buñuelos de remolacha y los chicken fingers estaban buenos y la hamburguesa de cordero también.

Me debía esta reseña hace rato!
Fuimos a la semana de haber abierto el local hace mas de 6 meses fácil. Que impresionante la puesta en escena del lugar, es súper paquete y creo que está en la manzana de los resto diferentes… Fukuro, Brac, Chipper, los Azcurra y demás…
Acá tienes que ir si o si, es uno de mis 5 preferidos! Un tapeo divertido, canchero y muy bien pensado.
Genialidades como los ñoquis, mollejas y ceviche están muy bien resuelta. A mi gusto debe ser uno de los 3 resto mas lindos de BA.
El postre de pistachos y choco blanco… Pfpfpfpfpfpfpffpffffffffffff que locura
No es recomendable, es imperdible!!!

Ademas de su ambientación impecable, Brac se destaca en cada uno de sus platos. El concepto de platos chicos, para compartir, es efectivo, aunque la sugerencia de 2 a 3 platos por persona me pareció demasiado abundante. Pedimos la ensalada de burrata, la hamburguesa de cordero, papa rota con salmon gravlax y el sandwich de langostinos. Sin lugar a dudas el sandwich de langostinos es el imperdible del lugar, impecable sabor, texturas y presentación.

¡Nuevo, nuevísimo en la ciudad! Brac abrió en estos días en Palermo, sobre Humboldt. Fui a conocerlo y la verdad es que lo amé.
Tiene un concepto de platos chicos (pero no tanto) para poder pedir, digamos, dos por persona y probar diferentes platos, elaborados por la chef (jovencísima!) Josefina Mengoli. El mozo aclara que «son como tapas pero con otro tipo de comida». ¿Qué se puede comer? La carta está dividida en secciones: Agua, Tierra, Fuego y Dulce.
Como panera/​abreboca sirven un pan de campo con muzarella derretida que te querés comer tres mas. Pedimos dos platos para cada uno; estuvo bien en cantidad y excelente, de verdad que muy ricos todos: ceviche de lenguado, ñoquis de remolacha con queso de cabra y almendras, chicken fingers rebozados en coco y lomo con puré (de esos para cucharear hasta la eternidad). De postre compartimos una tarteleta de chocolate blanco y garrapiñada de pistacho.
El ambiente es otro punto sobresaliente: es cancherísimo, con muebles de formas geométicas y líneas marcadas, lámparas muy grandes y una barra divina, todo en madera clarita y blanco. En la parte delantera hay una suerte de espacio semicubierto en el que se puede fumar. Como el salón es grande me parece una muy buena opción para ir en grupo.
Le pongo todas mis fichas a Brac, vayan a probar!

Para empezar te traen un pan de campo con muzarella derretida (agua la boca)
Después pedí:
* Langostinos — leche de coco — curry rojo — Puerro
* Chicken fingers rebozados en coco
* Húmeda de chocolate — nutella — salsa toffee
Para tomar un trago BRAC de champagne y frutos rojos.
Todo riquísimo además de muy bien presentado.
Me encantó el concepto de platos chicos para poder probar varios.
La moza muy atenta y servicial.
Mi familia también quedó muy contenta con los platos que pidieron
La decoración del lugar, de muy buen gusto, todo blanco, estilo nórdico.