Este motel tiene alberca. Eso ya lo hace un ganador para mi. Como escribí en mi reseña de Playas de Tijuana, la arena no es lo que uno pudiera esperar cuando piensa en los paisajes platónicos que se me vienen a la mente cuando uno imagina ir a la playa. Por el contrario, la arena es sucia y el mar parece gozar de altos indices de contaminación que me hicieron preferir no meter ni un pie en el agua. Sin embargo, el clima es tropical, me tocaron días soleados y la brisa del mar acompañada de un buen chapuzón suena a un plan ideal para pasar un buen fin de semana o de perdida una tarde. Estuve a punto de pasar una noche, única forma que tienes para poder hacer uso de las instalaciones, pero me convencieron de ir a Rosarito o Ensenada a nadar si esas eran mis intenciones. Al final la carretera que conecta Tijuana con estas localidades se partió en dos y la única via de acceso era un desastre total que me retrazaría mi itinerario por la ciudad. De manera que no nadé pero si me di una vuelta por las instalaciones del motel, cuyo nombre me suena a falta de ortografía. Me pareció agradable. Tiene el plus de estar también muy bien ubicada y al lado del matt bar, genial taberna tipo inglesa en medio de Playas de Tijuana.