Furasshu

Agarren sus billeteras y huyan al otro lado de Tijuana el Furasshu Japanese Cuisine llegó.
Es carísimo, el espacio es grande, y muy poca gente va. En lo personal, y como conocedora que me considero, es un derroche de dinero ir. Las porciones son mínimas, como suele pasar en estos restaurantes donde la presentación va primero, por algún motivo tomaron de modo MUY literal el dicho de: «Lo mejor viene en envases pequeños». Los tiempos son de locos, tardan años en servir. Aunque eso sí lo RECONOZCO el sabor es delicioso. No había probado un teppanyaki tan delicioso como el que ahí me sirvieron. Mi cartera chilló desconsolada pues tuve que pedir un segundo platillo que en la combinación del teppanyaki me dejó un sabor extraño en la boca. OJO: Jamás revuelvan algo crudo con algo cocido.
Para el caso, vi muchos puntos malos, como que no estaba limpia la mesa donde comí, los baños estaban sucios y para cobrar fue otra espera eterna. En pocas palabras, definitivamente no regresaría, aunque tal vez sí por ese teppanyaki, soñaré con él.

Al momento en que abrió sus puertas al público en sus diferentes sucursales, grandes espectaculares, prácticamente pegados se alcanzaban a vislumbrar al momento de entrar a la ciudad del lado de Estados Unidos.
Cuando fui, el lugar simplemente demuestra elegancia, confort, supremacía.
Mi acompañante y yo decidimos sentarnos en la mesa principal, para poder observar el espectáculo que hacen al preparar teppanyaki.
Al tomarnos la orden mi acompañante pidió un teppanyaki solo para poder admirar las maniobras de fuego, cuchillos e ingredientes volando justo frente a ti. Además estaba delicioso.
Yo pedí un sushi caliente que, desafortunadamente nunca llego porque al mesero se le olvido pedirlo. Cuando lo pedí me dijo que los sushis calientes tardaban algo, pero no le tome importancia. Ya a la media hora de no haber llegado mi comida si me moleste.
Así que este restaurante la lección que me dio fue que por más lujoso que sea tu producto, nunca olvides la atención al cliente.

Te recomiendo leer Getting Things Done. Habla sobre hacer listas. Yo tengo listas de cosas por hacer, cosas pendientes, libros a leer, metas, lo positivo en mi vida, lo negativo y como eliminarlo, y demás listas de ese tipo.
Tengo una lista de lugares a visitar.
Cualquier lugar que proyecte un diseño limpio, profesional y elegante va a ser bienvenido en mi lista de lugares a visitar.
El último lugar nuevo que visité fue Furasshu comida japonesa. Lo hice después de una intensa campaña de publicidad por toda la ciudad. Yo no creo en las campañas de publicidad. Fui y comprobé todo lo que decían del lugar.
Es un lugar profesional. Es un lugar caro, pero lo profesional nunca será barato.
He ordenado Maguro no Sabaku, Platillo Gourmet. De lo mejor que he probado hasta el momento.
Invité a Violeta al día siguiente, y el siguiente y siguiente, ahora sé que ella va sin que se lo pida, lo sé porque la he encontrado por casualidad.
Es el tipo de lugar que busco. Es el tipo de lugar que te recomiendo.

La comida japonesa, que es una de mis favoritas, se ha vuelto muy popular en nuestro país. Ésto, ha generado dos cosas: que exista competencia y por lo tanto excelentes lugares, y por otro lado, la producción en «masa» de este tipo de negocios que no siempre se enfocan en la maravilla gastronómica que envuelve a la cocina japonesa, sino en vender por volúmen y cual comida rápida, sobre todo los famosos «sushis», que en realidad se llaman rollos.
Pues el caso de Furasshu, es el primero. Éste es un restaurante de alta cocina japonesa y lo es, en toda la extensión de la palabra. Con una carta completa y creativa, que nos ofrece rollos, temakis (conos), niguiris (el «sushi» en su formato original), arroz, sashimis, y teppanyakis entre otros platillos.
Les contaré mi experiencia en este restaurante pero me regreso un poco, para ponerlos en contexto. Fui con mi novio pues ya nos habían platicado del lugar, y yo al ser fan de la comida japonesa, tenía muchas ganas de conocerlo.
Para empezar, el lugar tiene un diseño bien pensado, elegante y tipo lounge a la vez. Están las mesas comunes, la barra con periqueras desde donde puedes ver a los cocineros preparando platillos fríos, y además, están las mesas teppanyaki. Nosotros escogimos una de ellas.
Para comenzar, pedimos unas cervezas japonesas y como entrada unos edamames. Luego compartimos un sashimi maguro (atún) corte grueso, ¡lo máximo!, mientras veíamos como nos preparaban nuestros platillos fuertes sobre la plancha. El cocinero se lució, y es que para eso son estas cosas. Mientras nos mostraba sus técnicas y flameaba los alimentos, nos preparó un yakimeshi mixto y un teppanyaki mar y tierra. Buenísimos los dos. Bueno en realidad todo. Y es que realmente aquí saben lo que hacen, y ponen toda la pasión y calidad en los platillos, que tienen el sabor auténtico de Japón.
Aunque es un lugar algo elegantón y de gastarle, vale muchísimo la pena sobre todo por la altura que maneja su carta. De cualquier forma puedes ir y pasar un rato padre con tus amigos, a lo mejor por unos tragos, martinis o sake y/​o un par de entradas.