El Meson de los Olmos

Este restaurante es de comida mexicana y es muy rica, negocio familiar y ya tiene un par de años operando. Me agrada mucho su ambiente los dueños siempre están atendiendo y se preocupan por la satisfacción del cliente, son bien amables y siempre andan preguntando si nos gusto y si todo bien, me gusta mucho ese tipo de atención, que traten al cliente como familia. Su comida es muy rica, me encantan aquí sus chilaquiles, la tortilla es hecha a mano y en el momento, así que están recién hechos los totopos y te entregan los chilaquiles bien crujientes como me gusta, odio cuando vas a un lugar y te lo dan todo aguado. También recomiendo mucho sus sopes, vienen cuatro en la orden, están chicos y perfectos, sus aguas son naturales y te lo dan como si fueran slushies, licuan el jugo con el hielo, son muy refrescantes, recomiendo el de mango y fresas.
Si andas por la zona ve a comer te va a gustar mucho y de pasa pregunta por la comida del día, te incluye la bebida y tiene un buen precio.

Este restaurante lo conocí un día que andaba por el rumbo y me salí de casa sin desayunar (grave error para gente que se pone malhumorada como yo cuando no come), andaba en las prisas de llegar a comer algo porque iba de paso hacia Tecate a un trabajo.
Opté por llegar a este restaurante porque se me hizo de ambiente familiar y casero y yo moría por comer un desayuno tradicional y rápido. Lo primero que me gustó es el amplio estacionamiento que tiene justo al lado del restaurante, un terreno gratuito que utilizan para ellos.
Ya dentro comprobé que era un típico restaurante mexicano y que estaba concurrido pero no al tope lo que significaba que estaba bueno. Ya sentada (y hambrienta) pedí un café, cuando me dijeron que era de olla se me dibujo una ligera sonrisa, decidí acompañarlo con un jugo de naranja también.
En seguida trajeron totopos cosa que se me hizo rara para ser desayuno así que me puse a picar un par mientras escogía algo de la carta. Ya estaba yo decidiendo entre unos desayunos de huevo con nopales o machaca cuando me percaté que vendían menudo y para mi sorpresa tenían rojo y blanco.
Ah el menudo blanco, tan rico y tan poco común en la ciudad. Casi todos prefieren el rojo y yo me incluyo pero cuando tengo oportunidad de comer el blanco no la dejo pasar por lo que ordené un plato de menudo. Y ah platito que me trajeron, está de muy buen tamaño y muy bien servido, ni siquiera pude acabármelo pero estuvo delicioso más con las tortillas calientitas que me trajeron.
Mi desayuno estuvo delicioso y muy económico. La siguiente vez que fui llevé a la familia y también salieron con un muy buen sabor de boca del lugar. No he ido a comer pero me imagino que debe estar igual de rica la comida que los desayunos. Ya me daré una vuelta próximamente para probar la comida y contarles.

Un buen lugar para desayunar. Te reciben con comida de más. Antes de ordenar colocan totopos en la mesa y a cada persona le dan una quesadilla pequeña con la que no debes olvidar probar las salsas.
Es un restaurante mexicano, el lugar está algo desgastado y viejo, al igual que sus sillas y mesas, pero lo compensa su menú con desayunos bien servidos. Ya van dos veces que voy a ese lugar y las dos veces nunca termino mi platillo.
Te van a ofrecer el usual café y jugo, pero también tienen aguas de frutas. Y por su esmero en ellas, creo que son el toque especial de este lugar. Cada agua la hacen en el momento y te la sirven en un vaso grande, de casi el litro.
El personal es muy amable y los precios son económicos. Se acercan a los de una cenaduría. No tiene estacionamiento propio pero hay un lote baldío (luce como si antes hubiera un local que decidieron derribar) a un lado que usan como estacionamiento no oficial.

Este lugar me llama la atención por su nombre (Que no tengo idea que significa), pero sobre todo por que es de los pocos donde realmente se siente un ambiente familiar, comida mexicana de muy buen gusto, platillos decorados con mucho cuidado y un excelente servicio que te hace sentir en casa, las sillas, mesas y decoración son rusticas lo que te hace sentir en una hacienda o al menos esa fue mi experiencia, es excelente para desayunar, huevos, omeletts o gorditas cualquier cosa que quieras sobre todo sus aguas frescas y su café de olla, realmente me gustaría que este restaurant estuviera en un lugar mas céntrico para que todos los conocieran y que su ubicación pues esta un tanto escondiada .
En fin es fácil hacer una reseña cuando sales con un buen sabor de boca, un buen servicio y unos precios accesibles altamente recomendado para los que disfrutamos de la cocina mexicana.