Bar Capri

Épicas y peligrosas sangrías… Con una tienes para salir rebotando… El lugar no es muy bonito pero logra su cometido de cantina …

Cuenta la leyenda que el espíritu de la «güera» aún vive en las infusiones que ahí se sirven. Aunque la «güera» ya no nos acompaña desde hace algunos meses, las sangrías emblemáticas de este lugar no han perdido el toque, súper recomendables pero cuidado porque con más de dos seguro te toca retén heeeeee

Es famoso por sus sangrías, en lo personal no me gustaron.
Lo que es un hecho es que mucha gente acude porque ‘sale barato emborracharte’, es decir, las sangrías están tan pegadoras que tal vez con 1 o 2 sales hablando diferente.
El lugar no es para nada cómodo, es un tipo cantina antigua, pero es un lugar con muchos años de tradición al cual mucha gente acude sólo por su fama.
Tampoco es que sea una cantina de mala muerte pero no es precisamente el lugar más adhoc para acudir a tomar un trago en pareja, regularmente vas a en bola o en grupos de hombres.
Los precios son relativamente baratos pero tampoco coinciden con lo que el lugar representa.

Tenia muchas ganas de visitar el bar capri ya que todos hablaban de sus sangrías y a todos les había encantado, yo no me imaginaba que el lugar fuera así de feo jaja, debo confesar que si hubiera pasado por la calle jamas habría entrado por que se ve medio rascuachon, pero creo que eso es lo que le da su toque y encanto.
me tomé dos sangrias pero realmente no fueron la gran cosa, lo que mas me gustó fue el ambiente que se armo en el lugar ya que éramos muchos amigos, aunque la señora (me imagino que es la dueña) estaba con caras y después de un rato no quería seguir vendiendo «por que se le acababa» jaja
definitivamente si tienes el gusanito de conocer el lugar, debes ir y ya tu juzgarás, yo sinceramente si volvería a ir solo si me llevan, pero no por que me encante el lugar.
Fer :)

Una de mis cantinas favoritas dentro de la ciudad, famosa por las sangrías de «La Guera», este bar es único para mí, debo confesar que en mi primera visita, si me puse muy entonado con una sangría y unas chelas, mucha gente dice que no están pegadoras, pero a mi si me movieron mucho, incluso la doña no nos quiso vender más.
El que hayan dejado el bar tal cual lo abrieron es padrísimo porque te da esa perspectiva de estar en un bar de antaño, con las mesas, sillones, barra y decoración que no corresponde a la época actual, pero en fin eso esta de moda, ¿no?
La rockola es lo mejor ya que puedes encontrar diversos géneros y artistas, cada quien pone lo que quiere o esta de animo en escuchar y así se hace una mezcla entre Jose Jose, Britney Spears, Led Zepellin, Coque Muñiz, etc… (lo malo es que cuando no le echan a la rockola se escucha la tele de la doña de la barra)

Cuando estaba en la universidad todos hablaban de un lugar muy cercano al parque ecológico que debía a conocer a como diera lugar. Lo describían con un pequeño bar en donde con una sola sangría estarías a punto de perder el conocimiento. Ése era el cometido-​tabú-​promesa del lugar y por esa razón la mayoría de personas lo visitaban.
Cuando fui al Bar Capri, estaba en compañía de tres amigas más. Llegamos buscando a la tan conocida «wera», pedimos las sangrías y sólo nos vendió una. ¿La razón? se trataba de una mezcla de diferentes tipos de licor (vodka, brandi, ron, etc) con un chirris de limón. Al momento en que preparaba la tan sonada bebida, se me revolvía el estómago. Finalmente no me tomé siquiera un cuarto pero fue buena experiencia.
El Bar Capri es, en realidad, una cantina de las que te evocan viejas películas mexicanas. Es un lugar pequeño, sencillo y bastante viejo. Tiene una rocola donde puedes poner las canciones que más te gustan con el fin de amenizar el ambiente (cinco pesos la canción).
El año pasado, el bar Capri perdió a la wera, quien se convirtió en un icono del sitio.
Como todas las leyendas, es bueno que lo conozcas… pero no esperes el gran lugar ya que, desde mi perspectiva, es más lo que significa que lo que es.

Del Capri sólo puedo hablar como si hablara de un sueño: así de borrosos han quedado mis recuerdos de este lugar después de ir a probar sus sangrías. ¡Son pegadorsísimas!, pero eso sí, muy ricas.
Ir al Capri es toda una experiencia. Es el lugar con menos pretensiones del mundo. Ni decorado, ni acogedor, ni nada. Un local casi sórdido con mesitas. Pero esto es parte del encanto.
Recomiendo ir aquí para empezar una loca ronda de cantinas por el centro de Puebla. Sirve para entrar en atmósfera y, si vas con la compañía adecuada, seguro la pasas sensacional.

¿Quién no ha escuchado hablar de las sangrías de la güera? esas que tienen años de tradición en Puebla, yo recuerdo que desde que estudiaba en la secundaría ya escuchaba hablar del Capri, ya terminé la licenciatura, así que imaginense…
Las famosas sangrías son tan «peligrosas» que no te venden más de 2, es típico para iniciar la fiesta o como le llamamos el pre copeo, eso sÍ sales «vivo» si no irás directito a tu casa.
Con una receta casi secreta te venden esta bebida en el famoso bar, el lugar es demasiado sencillo, antigüo diría yo, pero esto no le afecta en absolutamente nada ya que puedes encontrar señores, familias completas y hasta el chavo más fresa de la UDLA o IBERO tomandose la famosa sangría, los precios son accesibles, el lugar tranquilo eso si, siempre estarán al pendiente de ti, la atención es muy buena.
No duden en ir, quizá algunos se arrepientan, pero seguramente saldrán con una buena acécdota de ahí.