Basílica de los Remedios

Desde su atrio se tiene una de las mejores vistas elevadas del skyline de la ciudad. Recordemos que la virgen de los Remedios era la principal rival de la de Guadalupe durante la independencia. Los gachupines la llevaban a cuestas mientras los criollos enarbolaban estandartes de Guadalupe. Era como Frezer contra Goku. Después de la independencia donde las dos vírgenes se enfrentaron en la batalla final, (Ya sabemos quién ganó), la virgen de Los Remedios fue llevada hasta un lugar donde no se volviera incómoda e hiciera sobra a la guadalupana. Sin embargo, el santuario de los Remedios siguió compitiendo con el de la virgen del Tepeyac en cuanto a devoción por un rato hasta que Guadalupe se volvió Mainstream, ahora es tan visitada como el Vaticano.
Para mediados de este siglo el templo y el parque creado en las inmediaciones, era motivo de cantidades cuantiosas de visitas por parte de citadinos, mexiquenses y personas de provincia. Últimamente ya no se oye hablar mucho de el santuario y es poco conocido. Vale la pena, sobre todo en un día despejado, venir a darse una vuelta. El mirador, el parque homónimo y el chido curado de pulque valen la pena.
El santuario es austero y la virgen aún se puede admirar. Es una pequeña figurita de apenas treinta centímetros. El atrio es un buen lugar para ver una panorámica poco peculiar del horizonte del DF. El parque un buen lugar para pasear hasta antes que se ponga el sol. La comida es buena en los alrededores de la plaza.

A mí me imponíà la altura de este lugar. Recuerdo que iba con mi abuelita a visitar no sé qué cosa de esa iglesia. Y no lo digo despectivamente, sólo es que no recuerdo a qué íbamos. El ascenso tiene su recompensa. Seguro que José María Velazco estuvo en alguno de esos lugares para retratar esos enormes paisajes envidiables que aún conservamos en el DF.
Este es un lugar de culto a la religión, pero también al paseo de fin de semana. Si eres de los que te apabullan las aglomeraciones mejor visita el convento y mantente en sus inmediaciones entre semana por la mañana, o en la tarde, que es cuando al menos encontrarás sólo chavitos que salen de las escuelas.

Los Remedios o como en la universidad los conocíamos «Los Remos» son un buen lugar para visitar después de clases, o antes de clases, o en vez de clases. En sí, solamente es una pequeña calle, con estilo provinciano, llena de bares y de lugares para comer. Los locales también tienen una decoración entre rústica y rural, entre intencionada y no. Si vas para allá no dudes en comprarte una fría michelada, las preparan muy bien, o mejor aún, venden pulque en algunos negocios, no es el mejor que he probado, pero tampoco es malo.
Lo que más me cautivó de este lugar fue la escultura blanca de San Miguel Arcángel que se encuentra en un jardín de la Basílica de los Remedios. Nunca había visto una estatua de él tan grande, seguro robará tu atención el espectacular simbolismo del bien sobre el mal. Aparte un cerro verde tendrás como fondo de esta espectacular escultura. En pocos lugares verás a satanás retorciéndose bajo los pies y lanza de un arcángel. Además se encuentra a sólo cinco minutos del Periférico Norte.

Aunque no soy muy religiosa, debo confesar que visitar la Basílica de los Remedios es uno de mis pasatiempos favoritos. La virgen de los Remedios enmarca una historia colonial de la que vale la pena enterarse. La iglesia cuenta con varios lugares en donde puedes ir a relajarte, pensar, comer, y hasta bailar. En primer plano te sorprenderás con la maravillosa vista que te deja observar al Iztaccíhuatl, al Popocatépetl y parte de la Ciudad, a pesar de ya estar en el Estado de México. Parecerá algo no tan correcto para algunas personas, pero en los alrededores del lugar sagrado hay varios bares, cantinas y pulquerías para que los visitantes se deleiten con la bebida de su preferencia pasando un buen rato con su familia y amigos. Los antojitos tales como: quesadillas, gorditas, pambazos, elotes entre muchos más te sorprenderán y querrás probar todos. Finalmente en el atrio puedes disfrutar de una nieve chamoyada sabor Jamaica mientras observas a los voladores de Papantla que cada ocho días llegan para dar su maravilloso espectáculo. Así que ya sabes si quieres divertirte y pasar un día en familia, no dudes en llegar a la Basílica de Los Remedios.