Verificentro Chilpancingo

Sé que no es sano humanizar lo material, pero alguna vez tuve que pedir al empleado de otro Verificentro que tratara bien a mi coche porque «era como mi hijo». Supongo que le dio lo mismo porque sólo frunció el ceño y así abordó a «mi hijo» para hacer la prueba, casi soldando la puerta al cerrarla.
Mi retoño pasó la verificación sin problema y, luego de casi acariciar la puerta que aquel infeliz azotó despreocupadamente, pegaron el holograma para que saliera de ahí dejándome muy pocas ganas de regresar.
Pensé en cambiar de lugar y probar verificar el coche en un centro que había visto de paso a la escuela de mi hija y sin el típico atasque de autos para salir, como en el anterior. Este, en cambio, tiene espacio de sobra para formarse y la salida no es tan abrumadora como en el otro.
Buena decisión. En el de Chilpancingo fueron amables y la prueba la hicieron sin retrasos innecesarios. Además, e igual de importante, aquí no mallugaron a mi hijo.
Eso sí, recomiendo no dejarlo hasta fin de mes. No porque no puedan formarse, sino porque la entrada está del lado izquierdo de la avenida, donde sólo hay un carril. He visto algunos autos tapando tanto la entrada del Verificentro como parte del carril, llevándose uno que otro recordatorio del 10 de mayo por obstruir el tránsito.
A todo esto, ahora mi hija saluda «a su hermano» cada vez que se sube al coche.