TABAQUEROS

Esta calle lleva ese nombre porque antes aquí estaban algunas cigarreras, pero no eran grandes empresas. Todas esas colillas que vemos tiradas en el piso, antes había mujeres encargadas de recogerlas, traerlas aquí, para que otras mujeres hicieran, con el poco tabaco que quedaba en la colilla, otro cigarro. Eran los cigarros de los pobres, así se les conocía.
Ahora la angosta calle sigue siendo igual de transitada. Es habitada por locales que venden recuerdos para las fiestas. Sí, esos recuerditos que te dan en las primeras comuniones, fiestas de niños, quinceañeras, tienen un origen y muchos vienen de aquí.
Venden desde los materiales ya empaquetados para que tú los hagas o los recuerditos ya armados. También toman pedidos y los precios son muy accesibles. Date una vuelta, tienen catálogos enteros.

Siempre que uno va a fiestas de quince años, bautizos o a alguna celebración de esta índole, nunca pueden faltar los famosísimos y coleccionables recuerditos (bueno, mi mamá los colecciona).
Yo jamás me habría imaginado que existía una calle entera dedicada a comercializar cualquier tipo de materia prima para estos simpáticos artefactos que te recordarán toda la vida la boda de Arturo y Carmen.
Bueno, si necesitas cualquier tipo de material de este tipo, solo lánzate al centro a Tabaqueros, un pequeño andador ubicado entre Venustiano Carranza y República de Uruguay (a solo unas cuadras de la plancha del Zócalo)
Así que ya sabes, si te tocó ser la madrina de recuerdos de la primera comunión de tu sobrino, no gastes demás y hazlos tu mismo; y si no quieres, ahí mismo puedes comprarlos ya listos para envolver.
Aprovecha y échate unas quesadillas, muy buenas para el hambre de la tarde.