Una pollería muy limpia y organizada. El señor que la atiende debe llevar mucho tiempo haciendo esto, se nota en el manejo del cuchillo y las tijeras, cada movimiento que hace es certero y natural, como en las katas de karate pero para deshuesar las pechugas que quedan limpias, sin pellejos ni huesitos. El pollo se vende aproximadamente siete pesos por encima del precio de los minoristas en la Central de Abastos, el precio es barato para la zona, comparalo con en el Superama que está enfrente.