MUMEDI Cafetería

La primera vez que fui al Museo Mexicano del Diseño fue para la exposición de «Batman a través de la creatividad mexicana». Llegué temprano, pedí un café y entré a la exposición.
La segunda vez fui con una amiga y empecé a notar cierta gracia en el menú: así como con las piezas que exhiben, la cafetería tiene su creatividad en lo que ofrece.
Pongamos un ejemplo: el café de olla. Este café tiene su cierta gracia porque la mayoría de nosotros lo conocemos por nuestras abuelas, así que no sólo hay que prepararlo bien, si no que «sepa a como lo hacía mi abue», ¡luego te lo quieren vender sin piloncillo! así no se puede, gente.
En fin: el café de olla del MUMEDI ES un café de olla con un toque extra que lo hace «de ellos», un toque de especias. Les queda increíble. Además, no te sirven una tacita y punto: a sabiendas que el buen cafetero toma al menos tres tazas medianamente servidas, te entregan un pocillito donde perfectamente caben esas tres tazas o dos muy bien hechas.
Hace unos días probé uno de sus paquetes, el desayuno de waffles. Mi amigo, pidió el de chilaquiles. Los dos, generosamente servidos y muy antojables. Ambos incluyen café (con refill) y jugo.
No puedo hablar por mi amigo pero mi platillo estaba riquísimo. Primero, un plato de frutas «de desayuno»: sandía, melón y papaya. Un trago al jugo de naranja (hay más opciones) y otro a mi café. A punto de pedir mi primer refill llegó mi waffle: ligeramente tocado con una especie de salsa de frutas del bosque, venía rodeado de zarzamoras y frambuesas. Quedé super satisfecha y sobre todo, con un gran sabor de boca.
Mientras platicábamos, vimos un par de platillos que se antojaron bastante. No sé los nombres, la verdad, porque no alcanzamos a preguntar pero créanme que la cafetería del MUMEDI está bastante bien para ir a tomar un café, platicar y en una de esas, seguirte y comer.
El problema/​curiosidad: el baño. Te entregan una especie de vara gigante de metal con las llaves. Sólo hay un escusado por género (por decirlo de alguna manera) y creo que sirve para el museo y para la cafetería; obviamente, siempre está lleno. Claro, en la fila comienzas a pensar que esas cinco tazas de café continuas no fue tan buena idea.

El atole de amaranto está muy bueno y la baguette MUMEDI también. Te atienden rápido, está limpio, buen ambiente y la decoración muy ad hoc.

Si tienes ganas de comer algo casual con un toque exótico y bien condimentado. Éste es un buen lugar para probar sus Baguettes, y sus jugos además de ver las piezas que tiene el museo de diseño mexicano. Hay un jugo de manzana con jengibre y zanahoria que vale mucho la pena.

Un lugar muy diferente para comer en el centro, comida abundante y muy rica. La tienda es un lugar para curiosear donde encuentras muchas cosas y libros interesantes.

Un lugar auténtico para comer en el Centro Histórico, hace pocos meses cambiaron todo el menú y los precios, ofrecen una gran variedad de comida mexicana fusión… De verdad si piensas comer en un lugar para recordar el MUNEDI es el lugar.
Recomendación: Los paquetes son accesibles y geniales para compartir, por dos personas posiblemente gastes $ 250.00
Mejor platillo: Definitivamente tienes que probar la «esponja de leche»
Por mejorar: La constancia, aún que la comida sigue siendo buena en todos los turnos y días que lo visites, si alcanzas a notar una diferencia cuanto cambian los turnos, un poco de constancia en los estándares de cocina no vendría mal a un lugar que se esfuerza tanto por mejorar

El MUMEDI ó el Museo Mexicano del Diseño es un museo/​cafetería muy especial y no solo hablo por la gran colección de libros, que en su mayoría encontraras de diseño y arquitectura. Si lo que necesitas es un artículo único y no convencional, El MUMEDI es el lugar indicado, ya que encontraras artículos que van desde; litografías, carteles, llaveros, ropa, entro otros.
Ya que terminaste de curiosear, comprar y hojear libros puedes darte un tiempo para descansar y disfrutar de un café, te recomiendo pidas un café acompañado de algún baguette y no tendrás que preocuparte por el servicio ya que son muy atentos y amables.
También asegúrate de visitar su página web antes de visitarlos y así informarte de que actividades ó eventos tienen vigentes y no te des una vuelta en vano, El MUMEDI también organiza concursos de diseño abiertos a todo público y en especial a diseñadores, no dudes en participar en uno.

Recuerdo los tiempos cuando mi mejor amiga trabajaba en la Suprema Corte de Justicia. Su trabajo era muy intenso por lo que la hora de la comida era lo más preciado para ella. Los viernes, teníamos la costumbre de ir a comer a algún lugar para echar el chisme y dejar que se despejara un rato de tanta chamba.
Uno de nuestros lugares favoritos para tener esos encuentros era sin duda la cafetería del MUMEDI. Este lugar me encanta porque es toda una experiencia. Cierto, la construcción es bastante fría (como lo es cualquier construcción antigua del centro), pero las adaptaciones que le han hecho son increíbles. Desde que llegas te reciben dos muebles a los costados del pasillo que tienen en display arte de los diseñadores que estan exponiendo en el momento. al entrar a la cafetería encontrarás la tienda de tu lado derecho y del izquierdo, las mesas y las sillas.
No hay mucho espacio al aire libre pero las pinturas que cuelgan de las paredes serán entretenimiento suficiente para que no extrañes los espacios abiertos.
El servicio es igual de bueno que sus precios y su menú es bastante rico.
Las ensaladas son una verdadera delicia y no puedes perderte las papas a la francesa, que están condimentadas con paprika y otras especies que le dan un sabor delicioso.
Definitivamente es un buen lugar de encuentro entre amigos cualquier día de la semana.

Recuerdo que iba muy seguido al Mumedi. Iba con X persona de cuyo nombre ya ni me acuerdo. De eso hace como 6 años. X persona pedía mucho los tés, yo prefería el café. A X persona le gustaba mucho ir ahí, a mí, en cierta manera me dio igual, nunca me desagradó. Me gustaba el café.
Lo que sí me llegó a incomodar un poco es que el lugar era muy pequeño, encerrado, y sólo había un pequeño balcón con vista a la calle Madero. De tal manera que si esa mesita no estaba disponible uno tenía que conformarse con ver muros bien decorados. No sé. Siempre he preferido los lugares amplios. La decoración es buena, y es un lugar idóneo para comprar algunos objetos interesantes para el obsequio fuera de lo común.

Recuerdo hace un par de años cuando mis amigos y yo fuimos a dejar nuestras solicitudes al MUMEDI con nuestros corazoncitos llenos de ilusión por trabajar en nuestro café favorito. Y la verdad no es que la comida tenga algo especial, es buena pero no memorable, sino que nos encantaba el ambiente y el entorno repleto de arte y el hermoso diseño de este museo.
Podíamos pasar horas platicando y observando a la gente pasar por Madero, o ya cuando de plano no teníamos pal’ café, nos daba por sentarnos afuera nomás para sentirnos cerquita del lugar.
Y es que el MUMEDI es un lugar repleto de cachivaches artísticos creados por diseñadores mexicanos, caros pero bonitos.
Cada vez que vengo aquí me pregunto ¿por qué no estudie diseño?, y le doy un sorbo a mi café con un suspiro de desconsuelo

Mumedi que quiere decir Museo Mexicano del Diseño, se encuentra sobre uno de los principales corredores de la Ciudad de México, está sobre la calle de Francisco y Madero. Este restaurante café, se encuentra en la parte de abajo del museo y es un excelente punto para reunirse con amigos que hace no vemos. El lugar es muy cómodo, y pues no se le puede pedir nada, tiene una decoración muy padre, no está de más decir que tienen unos diseños increíbles.
La comida es muy rica, las ensaladas, los molletes, el café y los tés tienen sabores muy exquisitos, no puede faltar la amabilidad de las personas del lugar.
Verdaderamente tienen que ir a visitarlo, entre un museo, una restaurante-​cafetería y entre una tienda en dónde hay varios diseños y creaciones de verdaderos artistas, te quedas impresionado, vale la pena pagar por cenar o comer ahí, aunque realmente no es tan barato.