Monumento a los Niños Héroes

Beautiful monument at the lion´s gate entrance to Chapultepec park. Not anywhere you´d need to spend much time, but definitely a spot and photo op to hit up when exploring Chapultepec.

Inaugurado en 1952, está obra realizada por Ernesto Tamariz, artista especialista en obras religiosas y funerarias, se encuentra en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec.
Antes de este monumento sustituyó uno más sencillo que se encontraba un poco más atrás. La obra está «resguardada» por dos leones de bronce, que anteriormente «cuidaban» la famosa «Diana cazadora».
Aunque los libros de historia sólo nos mencionan a 13 Niños Héroes, la obra busca homenajear a los 200 cadetes del Colegio Militar que se enfrentaron a las tropas estadounidenses aquell 13 de septiembre de 1847.
En este lugar, también se encuentran los restos de los famosos cadetes recordados en los libros de historia: Fernando Montes de Oca, Juan Escutia, Agustín Melgar, Francisco Márquez, el coronel Vicente Suárez y el teniente Juan de la Barrera, y Felipe Santiago Xicoténcatl, comandante del Batallón de San Blas.

El bosque de Chapultepec es resguardado por seis pilares blancos de este monumento que se erigen en conmemoración a los cadetes que dieron su vida en la defensa del Castillo de este lugar en la intervención francesa a nuestro país.
Justo en la entrada al área del bosque se encuentra esta muestra de los arquitectos Enrique Aragón y Ernesto Tamaríz, que un principio diseñaron este Altar a la Patria y que más tarde se le dio el valor de tributo a los niños héroes al depositar los restos de éstos en ester monumento.
El monumento se construyó para dar fin a lo que antes era conocido como el Paseo del Emperador, vialidad que ahora se conoce como Paseo de la Reforma.

Este monumento últimamente se ha vuelto un centro de reunión de personas que protestan por sus derechos o injusticias. Y es que el Museo de la Tolerancia se encuentra en frente. Los domingos es común ver en la explanada a manifestantes con megáfonos manifestando su inconformidad o detallando actos de injusticia.
Pero también es un lugar histórico. Hermoso. Sus grandes columnas blancas, su paredes pulidas le dan un aire valioso a la zona, amén de la iluminación que realza por las noches su textura visual.

Blanco, único, gigante, el monumento no es joven y quienes lo vean hermoso me parece escalofriante, porque ahí están los restos de quienes combatieron a los invasores norteamericanos que en 1847 habían llegado desde el puerto de Veracruz. Tiene una figura central que representa a la Patria como si fuera la madre que protégé a sus hijos y que ahora, al final, la vemos serena, orgullosa y resguardando la memoria de quienes ofrecieron la vida por ella. Es un espacio que ha sido dedicado a los festejos unidos a celebrar el honor y valor mexicano, pero con el tiempo, fue olvidado por el Altar a la patria