La Bella Italia

Helados deliciosos, y para mí es conectar el pasado de mis padres, con el goce de mis hijos. Recomiendo en particular el café con helado de vainilla. Lo fuerte del café contrasta delicioso con el dulzor del helado.

Esta Heladería tiene los mejores sabores y más originales estilo italiano, cuentan con más de 30 especialidades y puedes pedirlo ya sea en vasito o cono.
La mayoría de sus sabores son cremosos y a base de leche, cuentan con helados de agua o sorbetes pero son la minoría como el de limón, fresa, o maracuyá.
Cuando vengan no dejen de probar el helado de cereza y yoghurt natural, son los mas ricos que he probado y mas si los piden juntos.
Otra cosa que es muy original es el interior del lugar, es totalmente decorado como una cafetería de los años 60, desde los colores, las sillas, los cuadros, el candil, hasta una Rocola hay en el fondo.
También ponen música de los años 60 y 70 para quienes les tocó vivir en esas décadas aqui pueden disfrutar un dulce momento de nostalgia ;)

Hermoso lugar decorado al estilo 60’s, en donde se puede degustar un rico postre o tomar un café al más puro estilo italiano. No esperen mucho más que eso.

Helado muy rico, un clásico de la Roma por más de 50 años. El helado de cajeta es buenísimo, prueben también el de queso y vainilla, se mueren.

Al entrar al lugar y ver tantos sabores de donde escoger, me tomó unos buenos 5 minutos frente al refrigerador para poder decidirme. Tiene gran variedad de nieves y helados. Me dieron a probar varios y ninguno decepcionó. A mí me sorprendió el helado de elote, hace mucho que no lo veía y tenía un sabor particularmente bueno, si eres fan del elote en su presentación dulce, vale la pena probarlo. El lugar está bueno para llevar a tu date, novia/​novio, ir con amigos, familia, hasta para hacer una pequeña parada técnica por un conito. El nombre del lugar hace referencia a italia, pero yo le vi más raices mexicanas que gritarle pu*o al portero visitante.

Un bello lugar que guarda hasta la actitud antígua.
Desde niño tengo recuerdos de venir a este lugar, y las imágenes no han cambiado; creo que sólo han movido la rockola de lugar, misma que ya es «digital» y no análoga.
Las fotos enmarcadas de las tradicionales combinaciones te ayudan a recordar que no siempre existió el Cherry García –por ejemplo-​.
Lo malo de esta experiencia vintage es que cuando quise sacar fotos para subirlas a Unilocal –pues creo que este lugar debe, merece más exposición– la misma actitud conservadora hace que te exijan que no saques fotos y que está prohibido subirlas al «Interné». En fin, me quedaré con la experiencia de subirme al DeLorean y regresar a la colonia Roma de los 60´s y saborearé mi Banana Split sin ningún tipo de culpa.
No hay estacionamiento, no hay donde amarrar la bici, la Ecobici más cercana es la de A. Obregón.
P.D: Si quieres tener una experiencia aún mas intensa, entonces compra tu helado para llevar y únete a la banda que desde la jardinera observa como en pecera a las/​los sudorosos ejercitadores que hacen zumba –o algo así– en el Gym justo al ladito. Perversa experiencia comer helado mientras del otro lado del vidrio echan el bofe.

Si tienen visitas extranjeras en la ciudad y quieren dar la vuelta para conocer, éste es un hot spot. Aparte de que es de las mejores heladerías del DF, su decoración es hermosa y te da una idea de lo que ha sido la colonia Roma durante todo este tiempo.
La verdad cualquier cosa está deliciosa, pero tiene muchos sabores típicos mexicanos, así que no importa de que país sea tu visitante, lo vas a sorprender de todas maneras con la variedad que hay aquí.

Banana Split, helado de rompope y otro de amareto para el alma. Así es como yo describiría a La Bella Italia, un lugar nada económico para comer helado, pero sí muy rico. Tal vez no es para ir diario, pero un momento, en el que se te ocurra caminar con tu novia, amigo, papás o hijos, bien vale la pena entrar, dejarse envolver por el amiente cincuentero del lugar, sentarse en una mesa pequeña y ordenar una bola de helado, un especial o, tal vez, una malteada.
En una época en la que todo es «alternativo», a veces no sabes si estás comiendo helado o es una planta disfrazada de éste. Sin embargo, si tú eres un amante de los clásicos, como yo, La Bella Italia es la mejor opción que puedes escoger. Ahí no hay helado de té verde, pero sí los hay de vainilla, chocolate, fresa o napolitano. Tal vez no pueda decir que es «mejor» –en gustos se rompen géneros– pero a mi se me hacen inigualables. Tener un cono en la mano y comerlo, de inmediato te puede transportar al pasado, cuando salías con tus padres a la heladería de la esquina o tal vez una persona que se extravió en el camino.
La Bella Italia sirve para eso, evocar el ayer sumergido en el constante ajetreo de la ciudad. Mi favorito sin igual es el Banana Split. Como dije antes: clásico y directo al alma.

Una nevería de antaño en la colonia Roma, ambientada en la onda Vaselina, mesas y sillas sencillas. Cuenta con una rockola, no es sólo un elemento decorativo, ¡sí funciona! Un gran aparador te invita a pasar y chismear, si estás adentro, a quienes pasan caminando.
Algunos sabores son tuti-​frutti, cajeta, maracuya, tamarindo, mamey y menta (el que más me gusta). También sirven malteadas, la de plátano es mi preferida.
Son buenos helados, aunque caros. Como dice Nicolas Cage en Hombre de Familia: «sólo es azúcar», aquí sólo es helado y los precios están un poco elevados, no sé si por tradición, fama o de verdad un bola de nieve lo amerita. Pero un gusto de vez en cuando no hace daño.

Los helados son deliciosos, las nieves todavía más y los platillos especiales son un golpe de azúcar que vale la pena probar. La Bella Italia es parte de la Historia de La Roma. La señora que atiende es la misma desde que yo era niña y siempre la recuerdo de forma amable. Me encanta ir, sentarme junto a la ventana y disfrutar un helado mientras veo caminar a la gente, a mi hija también le gusta pero a ella le gusta más poner canciones en la rockola que tienen por entre las mesas. La selección musical es variada así que puedes escuchar desde Michael Jackson hasta José José, mientras disfrutas las recetas de los helados tradicionales italianos que la Bella Italia ofrece. Mi favorito es el de pistache.

Con una enorme tradición, La Bella Italia es una de las heladería preferidas de la Roma y sus alrededores.
Ambientada en los años cincuentas, esta heladería es una obligación para todo visitador que anda por estos rumbos Romanos.
Y es que, hemos de aceptar, siempre es delicioso comerse un helado, ya sea solo o en compañía, con tus hijos o sobrinos, pero aún mejor en un establecimiento de este tipo. Desde que estás fuera, su fachada te atrapa por su arquitectura; una vez dentro, el personal que te atiende te regresa a hace 50 años.
Sabores hay muchísimos, casi treinta, pero, sin duda, el de chocochip, ¡delicia!, aunque el de coco y nuez no se queda atrás. Los precios son bastante módicos así que, seguro repites o pruebas uno más.
Así, La Bella Italia, conservando fundamentos de la época se conserva hoy día como tradición exquisita en la Roma. No puedes dejar de probarlos.