El Minichelista

Es un lugar extraño, literalmente, pero eso no lo hace feo, al contrario, lo convierte en interesante.
Todo el mobiliario que encuentras ahí es único (literal, también) mesas hechas con turbinas, otras con el manubrio de una motocicleta y sillas con otras partes de objetos.
La verdad yo soy muy especialita y como los asientos de las sillas se ven algo viejos, creo que fue lo único que me desagradó, jeje ¿Solución? Busqué una silla que no tuviera cojinsito y caso cerrado.
La comida es económica y es fast food: chapatas, hotdogs y hamburguesas más que nada.
En cuanto a bebidas, hay limonadas, sodas italianas y otras.
Mi novio y yo pedimos: Cada quien un «Jochonacho» y compartimos una limonada ¿La cuenta? $ 150.00 … Pocos lugares para comer en pareja a ese precio.
#QueNoTePase: Mi último dato es: NO OLVIDES EL EFECTIVO, ya que no son fans de las tarjetas y no las aceptan :)

Bizarro, así se definiría a el Minichelista, es un café realmente atípico, rompe los esquemas de los demás cafés a los que alguien pudo haber ido. Hay montones de lugares en los que te puedes sentar, nada es igual para cada uno de los asistentes, esto va desde las sillas, las mesas y todo lo relacionado a el Minichelista.
No puede ser adherido a algún concepto, podría ser que el Minichelista ha creado uno propio y otros intenten imitarlo, nadie los culparía, a pesar de no estar en las avenida principal de la zona o enfrente del parque, todos saben como llegar a el Minichelista, incluso si alguien no sabe la dirección y pretende ir, será demasiado intuitivo llegar a ese lugar, parece estar gritando por todos lados su originalidad y la seguridad de pasar un rato agradable con un café en una mano y una Hookah en la otra.

Ubicado en la Nueva Santa María, este café fue calificado como «raro» por uno de mis amigos. Las mesas son todas diferentes. Te puede tocar sentarte en una tipo oficinista o en una banca de parque y en general el concepto está muy innovador.
El menú es muy bueno. Los cafés fríos te los pueden servir desde un vaso hasta en vasos reciclados. Tienen hookahs, son unas pipas con tabaco de sabores, mismas que ninguno de los que fuimos pudimos probar porque nadie fuma, pero pienso regresar pronto por una.
De comer tienen papas a la francesa, chapatas, hamburguesas, en fin, está surtido y muy agradable para estar con cuates, sobre todo en pro del cuidado del ambiente y el reciclaje.

Todas las colonias, sin importar el tamaño o la popularidad, tienen un lugar. En realidad es EL lugar, un punto de referencia que ayuda a definir el carácter del barrio. A veces pasa que dicho lugar es muy difícil de encontrar, quizá por la distancia o el desconocimiento, o quizá porque se encuentran eclipsados por tantas cosas llamativas y novedosas. El Minichelista es de esos lugares, en una colonia de carácter residencial fuera de lo que muchos consideramos la zona centro de la ciudad, resalta por lo diferente que es y su propuesta tan única.
Primero que nada sorprende que no sirvan bebidas alcohólicas, al parecer conscientes de que ese mercado está muy bien cubierto y no es lo suyo; lo que si es lo suyo son las shishas y las malteadas (que nadie te diga algo diferente, las mejores son las de limón). Para mantenerse congruentes con su filosofía alternativa, todo el mobiliario es recuperado, dándole un ambiente muy estrafalario. La mejor parte es que también se presta como espacio cultural para los artistas locales, puedes revisar que eventos habrá en su sitio de Facebook.

Uno de mis lugares favoritos.
Me fascina este lugar porque aquí ninguna silla es igual a la otra, ningún espacio es igual a otro; tiene magia.
Al «Mini «lo considero el escenario perfecto para lo que necesites: romancear, una pedida de mano, un cumpleaños, una salida con los amigos, lo que sea; tuve la fortuna de poder grabar una cápsula en este lugar, era de entrevistas y cuando se propuso este lugar a la gente del cuerpo técnico se nos tacho de aburridos, porque sólo sería una locación, cual fue la sorpresa de todos ellos al ver que ningún rincón es igual, quedaron fascinados.
La dueña del lugar es muy amable y tiene un loro muy coqueto.
Hay piezas a la venta como cámaras fotográficas, mobiliario, jucas, etc. También a veces se presentan obras de teatro o monólogos.
Les recomiendo ampliamente la chamoyada y las papas a la francesa con queso y sentarse hasta el fondo, en el piso, hasta te puedes quitar los zapatos.
Qué más les puedo decir, el lugar es magnifico, una experiencia que tienen que vivir.

Minichelista es un buen lugar para pasar el rato jugando, echado en un almohadón o dentro de la tina, tomando… té o café porque no venden chelas.
El lugar es de hecho una experiencia, puedes ocupar una mesa o cualquier rincón en la casa para tomarte un té, la especialidad de la casa.
Cuando vayas pídete un té, es lo que hacen mejor. También te recomiendo que vayas con unos amigos y con ganas de echar una partida de Jenga, Uno u otro juego de mesa.
Todos los muebles parecen una colección de juguetes o piezas de arte contemporáneo.
Hay muchos chavos, quiero decir jóvenes, pienso que es porque no se vende alcohol.
El lugar es muy ameno, lo cual es bueno porque a veces el servicio es un poco lento.

Bueno este lugar es simplemente todo lo que no te puedes imaginar, y esto es precisamente lo que lo hace casi perfecto.
El lugar para empezar tiene una decoración increíble, todo está hecho con cosas de segunda mano o basura, y no por esto te imagines algo sucio, simplemente esta hecho de cosas recicladas, entonces bien de repente tu mesa puede ser una base hecha con una llanta o una mesa forjada con llaves de hierro o tal vez un cristal sobre un pedestal o cualquier cosa que te imagines.
Después de la decoración, lo mejor es la gran variedad de alimentos y bebidas servidas en este lugar, desde botanas como los famosos nachos garnachos, también encontraras te, tisanas, frappes, café y un sinfín de opciones, ojo todo lo que se vende en este lugar es virgen, es decir, sin alcohol.
Además de todo esto también hay hookas de sabores y para cerrar con broche de oro los fines de semana hay algún trovador o grupo en vivo para amenizar la noche. También a la entrada encontraras una tienda de recuerdos de este lugar, al muy inusual pero muy divertido.
Este lugar es muy interesante y no te lo podrías perder por nada, visítalo y vive una experiencia distinta en cualquiera de sus espacios, ya sea un closet con una mesa, una tina, un sillón o hasta en el suelo eso dependerá de ti.

Aquí todo es reciclado y reutilizado. La música a doc con el lugar. Apto para todo el público, lo que lo hace diferente es que no hay venta de bebidas alcohólicas, la idea es que sea un lugar relajado sin alcohol, así lo narra Itzel, su propietaria.
Inicio hace 10 años, como un foro de expresión. el objetivo es Inculcar la cultura del reciclaje. El padre de Itzel cómplice de esta aventura, inició elaborando algunas piezas originales echas con «basura», como le llaman muchos, para él material valioso.
Minichelista tiene una carta algo diferente, rara. Aquí nos atendió Thábata, una chica que te recibe siempre con una sonrisa.
Pedí un café Minichelista, capuchino con Kalhúa y el ingrediente secreto que no pude descifrar. De comer, la pechuga de la casa o el salmón catástrofe y hasta las papás con queso son recomendables.
La hamburguesa árabe y la jirafa Minichelista son otros platillos que puedes disfrutar en esta cafetería .
El recorrer la casa es una experiencia increíble. No olvides darle un vistazo al mural que simula ser la capilla Sixtina. Algunas de las piezas pueden ser vendidas, excepto el Cocodrilo y la mesa de base de llanta delantera de moto y porque fueron hechas por el papá de Itzel.
En verdad puedes pasar horas aquí, pues te sientes como en la sala de tu casa, con ese calor de hogar. Aquí nadie te presiona porque consumas, lo que importa es que la pases increíble o «Te encanta o te choca».
Consumo por persona es de 100 a 150 pesos, recuerda que varia o dependiendo de lo que consumas.