Cafetitlan

Al sur le hacía falta un lugar como éste. Es decir, un templo del café. Ya hay unos muy buenos, eso nadie lo niega. Sin embargo ninguno tiene el plus de ofrecer extracción de americano por distintos métodos: sifón japonés, aero dripper, prensa francesa, y el normal de extracción en máquina italiana de presión.
Yo pedí lo que es mi prueba de fuego personal: el macciato. Un buen macchiato debe conservar la esencia del café, potenciada por la leche, y no que sepa a capuchino, ni a café con leche. No crean, es una cosa difícil de conseguir y aquí le atinaron perfectamente. También me pedí una galleta de macadamia exquisita, pero me quedé con las ganas de un sexy pastel superenchocolatado.
En fin, tiene muy buena vibra el lugar, todas las que atienden son muy pero muy amables. Lo único malo es que no hay sillones cómodos (hay tres mesas con sillas que no son de lo más cómodas) como para pasar un muy buen rato ahí, y tampoco tienen pago con tarjeta.

Hace uno días estaba caminando por Avenida San Fernando y me encontré con este lugar que tiene poco que abrió. Decidí entrar a probar el café y ver qué más venden, y la verdad es que tuve una grata experiencia. Como amante del café es emocionante encontrar lugares donde venden buen café y buenos postres.
Este lugar se autonombra un café artesanal, y lo es. Si eres amante del café frío puedes comprar un rico frappé con crema irlandesa, vainilla, menta, coco, caramelo y cajeta por $ 35. Si prefieres tu café caliente hay café cappuccino desde $ 20 y si lo quieres con algún sabor extra sólo pagas $ 5. Venden té caliente o frío desde $ 10.
Los postres no pueden faltar en una cafetería, así que puedes pedir un cake zarzamora, un flan imposible, un pay de limón o un rico rollo de zarzamora. La atención es muy buena, y aunque sólo hay un par de mesas para estar aquí el ambiente es agradable.