Café Palgosh

Caminando por San Ángel algo llamo mi atención justo frente al jardín del arte. Yo teníà la intención de ir a una cantina a tomarme una cerveza y comer la botana que me dieran, pero ante la fachada de este café, no me pude resistir.
Aunque olía a cigarro, razón por la cuál me hubiera ido de inmediato, los colores del mobiliario me invitaron a quedarme y cambiar a un plan más sano para comer: café y ensalada.
Subí al tapanco y quedé aún más maravillado: es un lugar perfecto para solo estar o estar sólo.
Le iba a poner más estrellitas a la reseña, pero me trajeron galletas saladas para acompañar la ensalada (¡pus ni que fueran mariscos!) y la porción me pareció pequeña. Y por el lado del café, pedí un latte cremoso que me prometieron con leche evaporada (o sea como el café habana) y no sabe mal pero está aguado y, siendo mi favorito, el que no les salga bien es un error fatal.
Espero que lo demás les quede mejor por que es, de verdad, un lugar hermoso.