La lluvia de Oro

Este bar está ubicado en una de las cuchillas más famosas del centro, porque es donde justo termina la calle 61 o donde comienza… un momento, un momento ¿Es real que se llama la lluvia de oro? Digo es una referencia bastante obligada el mito de Danae y la lluvia de oro con la que la poseyó Zeus, pero, es que la otra referencia también es… en fin creeré que la lluvia de oro es la de la cerveza escurriendo del vaso empañado por lo frío.
Ahora sí, esta cantina es otro punto obligado en el circuito de cantinas a la usanza de mi abuelo y mi papá, casi que si hubiera ido a cantinear con mi viejo, seguro que hubiéramos venido a este bar, en la que la cuchilla del amor, termina en lluvia de oro, sí en el bar pues. Es un lugar más pequeño de lo que parece por fuera, pero la buena vibra de la inclusión a todo lo que da se asemeja al Jorge’s, cantina tan famosa. No es que ostente una bandera gay friendly de ninguna manera, pero sí es una de esas cantinas que la ley de la diversidad se cumple al pie de la letra porque aquí, no se discrimina ni por color, sexo, raza, religión o… bueno eso.
Y llegué por una cerveza y me fui con la buena fiesta y bien comidito, porque aunque no sirven comida como tal, las botanas son preparadas con esmero. Y esas micheladas en su punto exacto de chilimon y salsa inglesa estás de quiero tres y cuatro y hasta seis. El bailongo a todo lo que da se pone en su mejor momento a eso de las ocho de la noche, y la atención personalizadísima de las meseras, ponen a bailar y a huaracar hasta el más serio.
Es una cantina que debes conocer. Te lo aseguro!