En medio de todas las modernidades de esta zona hay un cachito de la famosa sorbetería Yucateca. El lugar es mini, afuera cuenta con 2 o 3 mesitas y dentro sólo 2, llegué a las 6:30pm para reencontrarme con un amigo de la infancia, la mesa donde estabamos(adentro) estaba muy cerca del refrigerador de refrescos, así que recibí varios pisotones durante la tarde, pero el estar en el área de aire acondicionado me tenía completamente feliz. Pedí un sorbete de plátano, súper rico pero mu dulce, te recomendaría pedirlo en chico o compartirlo porque es en verdad demasiado dulce, los pancitos que probé me encantaron; uno era envinado tostado y otro más como galleta suavecita con merengue en medio. El servicio no me agradó mucho, por lo mismo de que el lugar es pequeño el joven que atendía se veía muy interesado en escuchar mi plática y al momento de cobrar no lo hizo bien, pero al final se resolvió. No deja de llegar gente para pedir postrecitos para llevar o señores para tomarse un sorbete o champola, platicar rápido e irse. ¡Perfecto para cambiar el cafecito de la tarde por un heladito!