Bar Báltico

Tengo un amigo de Zacatecas que cuando estudiaba aquí le encantaba venir al báltico, con le tiempo se hicieron amigos de uno de los meseros y este les atendía de maravilla. Paso el tiempo y el se regreso a su tierra, un día vino a visitarnos, y quería recordar viejos tiempos así que nos fuimos al báltico.
Recuerdo muy bien la escena, llegue estaban sentados en la parte de abajo hasta el rincón, con un ventilador a lado, bueno casi enzima de mi amigo, jajaja como se le movíà la melena y no le importaba, llego pido mi cerveza, de botana llevan huevos de codorniz, eso si no me gusto, después llevaron carne tártara, salsa con chicharrón de cerdo, y unos burritos de bistec.
El lugar es muy curioso pues tiene mil objetos por todos lados, pregunta por el estacionamiento, por que frente del lugar hay una pequeña finca que la usan para que los clientes dejen sus autos. :D

Si de nosotros hubiera dependido no entrábamos a este lugar, teníamos un montón de hambre y lo que nos urgía era un lugar con un gran sazón.
Lo bueno fue que íbamos en familia y como ellos ya conocen muy muy bien este lugar decidieron que comeríamos aquí y nos comentaron, ya verán que les gustará! Se nos hizo muy raro que fuéramos a una cantina. Que en familia fuéramos a una cantina. Que tuviéramos hambre y nos llevaran a una cantina. No entendíamos.
Una vez adentro todo se fue acomodando. Es de esas cantinas que mantienen la tradición de servir buena botana, no es de esas que te deja el mismo plato de frituras medio rancias toda la noche. Para nada es así. Aquí las botanas son comidas riquísimas y como las acompañamos de una rica cervecita y excelente compañía, fue una tarde muy buena.

Todos los secretos que oculta el bar báltico… ¿ Imagínense después de tantos años que no ah de ver visto este bar, que por cierto es patrimonio turístico de León, abarca un sin fin de historia, tradición familiar, sabores y cultura maravillosa.
Ahora en un lugar con calorsito como lo es León en temporada de primavera-​verano y viajar al mar sin salir de la ciudad es algo realmente refrescante, por que sus mariscos son lo mejor que hay en León, me sorprende como un lugar ah mantenido ese sazón rico desde hace ya mas de 101 años, es algo que sin duda se debe de admirar. Sin duda su servicio sigue siendo como lo recuerdo, de una calidad extraordinaria y sin perder el estilo.
Tal vez la pintura ya esta algo vieja, y mi mamá opina que deberían de tener una remodelación para llamar la atención de los turistas, pero yo opino que es la esencia de tantos años, me dijo algo muy gracioso, que por que ella apesar de que esta vieja debe de remodelarse… jajaja sin duda mi madre tiene muchas ocurrencias, a pesar de eso creo que debe de mantenerse así… ¿Ustedes que opinan? Creo solo hay una manera de saberlo, vayan y juzguen por si solos.

Éste es uno de los bares más viejos del estado, tiene más de cien años, imaginen todo lo que ha podido ver y con esto no me refiero a historia, me refiero a la cantidad de borrachos que han vomitado, bailado y cantado entre sus paredes.
El bar es de lo más clásico, ya saben cuando se imaginan que entran a un bar viejo y hay mínimo un par de personas que no pueden con su alma. Claro, que hace veinte años era peor, ahora ha cambiado; ahora ya es un bar más fresa, hay una mezcla de personas de muy distintos estilos, eso es lo que lo hace muy divertido, aunque a mi me encantaba hace veinte años que era súper «de mala calaña».
Si no conocen éste bar, sin duda deben de ir, la antigüedad lo hace casi patrimonio cultural de Guanajuato. Es muy ameno y tiene unas botanas deliciosas, así como uno que otro platillo. Me encanta regresar y acordarme de mis buenos tiempos de juventud.

Este es uno de los bares más antiguos de la ciudad, sino es que el más antiguo, más de 100 años que existe y aún siguen abriendo sus puertas para el público. La primera vez que me trajo aquí mi papá pensé que cómo íbamos a ir a comer a un bar, que no se me hacía adecuado, pero ya estando dentro y viviendo la experiencia tuve que comerme mis palabras y la rica botana que nos sirvieron. El ambiente en las tardes es muy familiar, y, para empezar, te reciben con unas tostaditas de ceviche, unos duros con guacamole, unas duritas con cueritos o unas tostadas de jamón con crema, que son las que más me gustan. Después, conforme vas pidiendo refrescos, cervezas o alguna otra bebida te van dando más botana, pero botana rica, de esa que te llena y te deja satisfecho. Te dan chamorro, que es de lo mejor de este lugar, también te dan pescado asado o riñones de res; en fin, tienen una gran variedad de botana. Y te aseguro que con aproximadamente doscientos pesos vienes, comes, bebes y sales contento y satisfecho.

Cuando quieran asistir a disfrutar una buena botana acompañada de una cerveza en su mejor temperatura y de la mejor experiencia y atención ligada al servicio, vallan al baltico. Una de las cantinas más viejas de la ciudad, pero no es una de esas cantinas sucias llena de borrachos dormidos como las ven en las películas, sino es más como un restaurante con ambiente familiar. Yo voy al menos una vez por semana a comer y cada día tienen diferentes platillos. Toda comienza con un caldito de camarón, seguido de una papa al horno que le antecede a una sopa y posteriormente el plato fuerte, que como ya les conté difiere según el día y cerrando con jícama, pepino y naranja. Todo esto mientras bebes unas cerezas en su punto. El servicio es excelente y realmente la estancia de lo mejor, solo existe un pequeño problema, cuentan con un estacionamiento bastante limitado y como es el centro de la ciudad, no es posible aparcar en la calle, por lo que es recomendable dejar su auto en el estacionamiento más cercano.

El Báltico es un mar de botana.
Sopita de médula, carne tártara, caldo de camarón, tostaditas con jamón, galletas con requesón, agujas de carne, pescado asado, riñones de res… Aquí he probado las botanas más intensas.
Comer y beber aquí es muy barato. Con menos de 200 pesos tomas cheve y comes hasta reventar. Te traen botana hasta que quieras y puedes repetir. Si te toca suerte te toparás con el chamorro, que es una suerte de especialidad.
Ya cuando estés llegando a tierra te traen fruta, jícama o pepino.
Hay pantallas para ver el futbol o videos musicales.
También cuentan con una rockola por si te da el sentimiento y quieres escuchar tu canción.
La ubicación es inmejorable y enfrente tienen estacionamiento, pero de todos modos puedes quedarte en la calle.

Esta cantina es una de las más antiguas de la ciudad. Abren desde temprano en la mañana, y luego cierran hasta entrada la noche. El ambiente es familiar mientras sea de día.
En este lugar te reciben con unas tostadas de ensalada de jamón con crema y ensalada. También hay ceviche y otros antojitos.
Conforme le vayan entrando más a las cervecitas, sirven botana más fuerte. Puede ser un caldo de camarón picosito o unos burritos de duro guisado. Pero también tienen unas delicias culinarias, que son la sopa de médula y el chamorro, aunque no lo preparan diario.
El lugar tiene una decoración basada precisamente en barcos y cuadros del Mar Báltico.
También tiene enmarcadas, algunas notas de medios locales por distintivos otorgados debido a la historia y tradición que representa este bar, ubicado en el corazón de León.

Es uno de los bares más antiguos de la ciudad (102 años al 2015, para ser exactos). Es todo un señor bar de tradición. Hay horario familiar hasta las 7 de la tarde, después de eso, funciona como otros bares. Los precios son accesibles y el menú es muy variado. Hay cerveza y bebidas preparadas en general. Los sábado son de chamorros ahumados, los viernes de mariscos, además tienen botanas típicas como pepinos y jícama, papa al horno, ensalada de jamón, carne tártara. La decoración es todo lo referente a barcos y botes, hay arpones, anclas y tiburones. La barra está hecha de piedras y da la impresión de ser parte de un acantilado.
Es una buena opción para conocer algo de lo tradicional de la ciudad, y también en caso de que tengas ganas de una velada más tranquila; acá reina un ambiente un poco más sobrio, vamos, no vas a encontrar adolescentes como en el antro de moda.