Gato Negro

Visité este lugar por primera vez un domingo por la mañana. Recién se estrenan con su bufette en los desayunos: viernes, sábado y domingo. Precio original $ 85, por introducción $ 65.
Te incluye café o agua fresca del sabor del día con refil. Optamos por la opción del café, muy rico, te ofrecen crema en polvo si lo deseas.
Tienen pan dulce hecho ahí, fresco y esponjoso, nos encantaron las conchas.
En cuanto a los platillos se encuentra gran variedad. Fruta de temporada, yogurth y cereales.
Los clásicos frijoles fritos, nada grasosos. Carnita con chile, huevitos revueltos con jamón, salchichas doraditas, pollo en mole, chorizo con papas, rajas con elote y crema, tinga de pollo, taquitos dorados de requesón, chicharrón en salsa, chilaquiles… Todo calientito.
Además ponen bolillo partido, cebolla, crema y queso para acompañar tus chilaquiles.
Ponen tortillas hechas a mano y te ofrecen quesadillas recién hechas.
La chica que nos atendió todo el tiempo fue muy amable, a pesar de que el lugar se iba llenando conforme era más tarde (llegamos 10:30am) se mantuvo con actitud muy servicial, estos detalles hacen que la comida fuera de casa sea muy buena experiencia.
Se puede pagar en efectivo o con tarjeta sin problema.
Un lugar que deben visitar si en fin de semana no quieren cocinar.

¡Amé este lugar! Fui hace poco con tres amigas, sólo una lo conocía por eso llegamos ahí; estábamos buscando un lugar tranquilo donde sentarnos a platicar y que no fuera los mismos a los que íbamos siempre en Chapultepec, así que sugirió este café muy cerca del paraninfo de la UdeG.
Para comenzar la decoración es súper bonita, es todo vintage que encaja perfectamente con el local que es una casona vieja, tienen una pequeña biblioteca que la prestan a sus clientes por si quieren leer en lo que se toman su rico café.
Yo fui en sábado pero sé que entre semana proyectan películas, la cartelera la publican a la semana; además de cafetería también tienen menú para comer, en esa ocasión no pedí nada pero la próxima vez estoy segura que lo haré.
Lo que sí pedí y pediré cada vez que vaya es el café de la casa: un bebida con leche y un expresso decorado bellamente con una patita de gato formada por canela, es la bebida más bonita que he probado en toda mi vida (sí estaba rica por cierto) ese día estaba muy triste pero gracias a esa bebida mi día mejoró.

Sólo he ido una vez, pero me gustó mucho el lugar, se trata de una de esas casas antiguas acondicionadas para café y la verdad es hermosa tanto por fuera como por dentro.
Me enamoré de la decoración, porque no tiene un estilo en especial, algunas partes pueden dar la impresión de que es rústico, hay otros objetos que sólo pueden categorizarse como «originales», el chiste es que el lugar engancha, por una cosa o por otra.
Cuando fui sólo pedí un frappé, que estaba muy bueno, pero una amiga pidió un expresso y aunque no lo probé, sé que pediré uno la próxima vez porque estaba decorado con la huella de un gato, hecha con café molido. Era la bebida más bonita que he visto.
Una de las cosas que más me gustó es que tiene unos grandes libreros, llenos de libros obvio, que la gente puede tomar libremente y leer mientras bebe su café o espera a sus acompañantes.
Es un lugar muy tranquilo, cómodo y bonito, espero volver pronto.

Es un café con una decoración rústica. La casa es antigua y tiene puertas y ventanas de madera. En las paredes hay repisas con artesanías tradicionales mexicanas y objetos antiguos. Hay libros sobre diversos temas para consultar mientras se toma un café, un té, una cerveza, un vino. La primera vez que fui comí una ensalada griega y pedí un té verde caliente. La chica que me atendió fue muy amable y me recomendó una mesa con un contacto cerca para conectar mi computadora. Es un lugar muy cómodo para trabajar.
La música es de lo mejor. World music, jazz… algo de Radiohead, Björk. No hay banda ni nada demasiado pop, de eso no hay que preocuparse. El volumen es bastante aceptable, suficiente para platicar con quien quiera que se esté. Una recomendación para el estacionamiento: si van por Pedro Moreno, no busquen más allá de Robles Gil, porque a partir de ahí hay franeleros. Desconozco si son amables, pero siempre es mejor evitarlos.