Cuando paseas por una pequeña ciudad como es Verona, a nada que te das cuenta te has salido de la zona turística para pasar a la zona más autóctona. A pesar de ser pronto para lo que estamos acostumbrados a comer en España, y dado que poco más había que ver, decidimos adelantar la comida y entrar en el Condominio Noris. De entrada nos llamó la atención en la pizarra del exterior, que había un arroz thai, lo cual, después de mucho tiempo recorriendo Italia y viendo siempre el mismo tipo de comida en los restaurantes, agradeces un poco el cambio de aires. Además y como es habitual, ofrecían espaguettis(tagliatelle en este caso) para Juan jr. El local está más pensado para comida rápida, de la que ofrecen el menú diario con tres o cuatro platos como variedad, algún bocadillo y poco más. Afortunadamente, el arroz thai estaba ese día, así que cayó. Increíble lo que se preocuparon por hacerse entender. De hecho, el local era llevado por dos camareros: uno en la barra y el otro atendiendo a las mesas. Este último, un jovencito que dejó embobada a mi hija(y a mí) por lo guapo que era, hablaba un correcto castellano, fruto de sus estudios. Y a pesar de llevar tiempo sin practicarlo, no quiso hablarnos ni en inglés ni en italiano, ya que así practicaba con nosotros. A pesar de tener una carta muy limitada, tanto los entrantes como los platos que nos sirvieron estaban buenos y el precio adecuado para la zona y para lo que comimos. Incluso la cerveza tenía un precio razonable. Eso sí, a la hora del postre no se podía más que elegir entre croissant relleno o solo el croissant. Pero como es habitual, el café estaba«molto buono»