Croquetarte

Un lugar privilegiado en pleno casco viejo de la ciudad. Es un sitio de paso y con unas croquetas riquisimas. El vino esta muy bueno y el local muy agradable. Suele llenarse con facilidad pero a estas horas todavía se está muy bien.

Un lugar idoneo para empezar el recorrido de tapas. Se centran unicamente en las croquetas, pero que croquetas… Brutales.

Tarde de sábado con la niña y mi madre que no sabíamos a donde ir y me acordé de este lugar que no había estado nunca.
Entramos y no había sitio para sentarse tienen unas barras de madera a lo largo de todo el garito y dos mesas bajas y otras dos altas, vamos para ir un grupo de personas no vale el sitio.
Otra cosa que no me ha convencido mucho es el precio que después de pagar 2 euros por una croqueta que lo acepto EH porque son caseras y estaban muy buenas pero que luego te claven 1,95 por una fanta o 1,30 por un botellín de los pequeños… Les falta algo como croqueta y bebida 3 euros por ejemplo, de esta manera yo volvería, con eso lo digo todo jejeje.
Puedes llevarte las croquetas sin freír a casica por 12,90 el kilo, que no se cuantas entrarán…
Y el sitio majo y muy bien situado en pleno centro de Zaragoza.

Buenas croquetas y buen vino. Ya sean los croquetones para tomar allí o los conos para llevar (brutales) es sin duda una gran opción.
Lo malo no es muy grande y se llena con facilidad debido a su lugar idóneo.

Sitio recomendable si te gustan las croquetas, las hacen muy buenas, es lo único que hay de comer pero no está nada mal y también las tienes para llevar, a diferencia de un comentario que he leído, yo sí que he podido pagar con tarjeta.

El éxito reside en hacer bien aquello que hagas, aunque sea pocas cosas (solo hay croquetas), sea común o parezca sencillo. Si lo haces bien tienes público.
Además si te pones un local guapo, moderno y cuidado siempre ayuda para que entre más gente.
Las croquetas están buenas y si no pásate un sábado e intenta entrar… como corre el boca a boca en ZGZ!!!
La textura es suave, la bechamel no resulta pesada y están fritas perfectas, no sueltan gota de aceite ni se mezclan sabores de freidora.
El precio 1,80/unidad para el croqueton que sirven me resulta razonable.
Lo único que no comprendo es porque no sirven en el local los conos con bolitas que tienen para llevar, una pena porque sirven para matar el gusanillo de los que somos curiosos y lo tenemos que probar todo.

Establecimiento sito. en el Coso zaragozano y próximo a calle Alfonso, destaca por ser de dimensiones adecuadas para poder llervarte su amplio surtido (hechas o en crudo) a casa o degustar un par de ellas in situ por su tamaño (por eso se llaman croquetones)
Cada día más arraigado en hosteleríà la «sectorización» del producto (próximamente pretenden abrir ese concepto abierto en la planta superior de puerta Cinegia. Mis mejores deseos) centrándose en un bocado y en este caso la multidisciplinar croqueta. En formato snack y tamaño normal y con un amplio abanico de sabores.
De momento nos gustó el cono para llevar con 10 bolitas snack donde destacaba el ternasco al chilindrón y la de txipirón en su tinta.
Mientras esperaba pude comprobar un ticket que indicaba 2 vinos y dos croquetones por 8’10 €. Esperemos que se justifique el elevado precio (a mi parecer… Puesto que la deformación profesional me tira a veces demasiado) por ese sabor que te haga saltar la lágrima

Excelente combinación de sabores en un espacio singular y agradable. Trato muy cercano y amable. Precio adecuado y con oferta también para cocinar en casa.

Es un establecimiento muy «croqueto» porque es la única tapa que hay, pero de varios sabores.
A mí, que no me van mucho los rebozados o empenados; me comí dos croquetones (que eran bastante hermosos) sin rechistar.
Es local no es muy grande y no se puede pagar con tarjeta, el único handicap que le encuentro es que está muy próximo a las vías del tranvía, a escasos metros; si estás con niños hay extremar las precauciones para no tener un disgusto.

Este nuevo local se caracteriza por estar especializado en croquetas. Las puedes tomar allí, o tienes la opción «para llevar» y llevártelas a casa, cocinadas o crudas, al gusto de cada uno. El precio es mus asequible, y el sabor… delicioso.
Cuando fui probé la croqueta de morcilla y la de chipirón, sin duda riquísimas y nada que envidiar a las croquetas de otros locales de la ciudad.
Para tomar un vermú es ideal, el local no está abarrotado de gente y puedes disfrutar de sus delicias tranquilamente.
Además, el local esta decorado con decoración industrial, que lo hace muy acogedor. Es recomendable visitarlo.