Casa Gotor

Segunda vez que voy a comer a este restaurante, y continúa con luces y sombras…
Local clásico, quizá con un aire algo anticuado, peeo cómodo.
Cocina tradicional, con una carta cara, los menús salen notablemente más económicos, aunque el más barato ya cuesta 21,50.
La comida no está mal, aunque hay detalles mejorables… Primeros platos algo sosos o no idealmente elaborados, son mejores los segundos a la brasa. Aunque hay algo que me mosquea: Que el entrecot de buey de un menú y el entrecot de ternera de otro sean exactamente de la misma pieza… Curiosamente engañoso.
Por mi, no repetiría, pues aunque la calidad de la comida, en definitiva, apruebe (incluso me parezca bastante bueno el entrecot, sea del animal que sea) no veo adecuada la relación calidad precio.

Estuvimos a comer: carta básica orientada a la brasa, con carnes y pescados. Servicio atento y amable y comida rica.

Que vale, que sí, que bien, que mola ir a comer a sitios súper megachachis y súper mega cuquis de vez en cuando a que te sableen por comer aires, espumas, esferificaciones y humos, pero de vez en cuando apetece comer bien… Platos caseros y cocina tradicional.
Uno de esos sitios es Casa Gotor.
Las salas son amplias aunque algo oscuras debido a unas cortinas un tanto demodé que pese a que mantienen la privacidad de los comensales los privan de toda posibilidad de disfrutar de luz natural, algo que particularmente a mi, me gusta bastante ya que te permite apreciar los alimentos con sus colores naturales… A esto tampoco ayuda mucho la iluminación excesivamente cálida.
En cuanto a la decoración y vajilla, un tanto antiguas pero en perfecto estado de mantenimiento y limpieza.
El servicio es correcto y agradable y se vuelca en la atención de los comensales.
Respecto a la cocina… ¡es un espectáculo señores! Cocina tradicional y sin florituras que enmascaren los sabores. Por mi parte destacaría los increíbles caracoles con alioli (y creo que me quedo corta denominándolos «increíbles»), los sabrosos champiñones a la brasa y la carne de primera que te sirven a la piedra.
Un sitio más que recomendable para comer bien en Zaragoza