El Patio del Conejo

Segunda vez que venía a este sitio y vuelvo a quedar encantada!
Es el típico mesón de pueblo, donde hay grandes espacios tanto dentro como fuera del local para sentarse.
Disponen de una carta muy muy variada donde la relación calidad/​precio la tienes garantizada: tapas del tamaño de media ración.
A pesar de que estaba lleno el personal nos atendió rápido y eficazmente.
Para que os hagáis una idea: comimos dos personas (tomando rioja, y postre) por 16 euros los dos.
En definitiva, un sitio perfecto llevarte a tu familia o amigos a pegarte una buena comilona

Siempre que voy esta todo muy bueno, las tapas son muy generosas y esta bien de precio. Me gusta ir a comer paella el fin de semana. Lo malo es que hay que irse pronto porque normalmente hay mucha gente. Tiene un salón dentro muy apanado.

Este es de esos sitios que mantienen las tradiciones gastronómicas…nada de platos modernitos, estéticamente bonitos con pétalas y que dejan medio plato de postre vacío, que más se parece a una muestra… Na na na… todo lo contrario, comida típica y en que una tapa equivale a un platazo que te deja en duda si de verdad has pedido una tapa o una ración!
Ya me habían hablado varias personas en este sitio y ya que estaba por la periferia decidí probar.
El bar/​restaurante está bien ubicado, dispone de 2 salones interiores para comer y de terraza (que estaba cubierta por el tiempo un poco más chungo). Los camareros simpáticos y el servicio bastante rápido teniendo en cuenta que estaba todo recién echo!
Lo más destacable sin duda precio/​calidad… No solamente porque una tapa es un platazo (como podéis comprobar en mis fotos) y valen apenas entre 2 y 4 € pero que en verdad estaba todo muy rico, recién echo, calentito…
Resumiendo, aconsejo este sitio a todos si estáis por la zona y si no estáis y queréis salir un domingo a comer a cualquier sitio, vos garantizo que lo que gastáis en combustible vos ahorráis en comida!! Comida tradicional servida en algunos casos en cacerolas de barro!

Es la segunda vez que como en este bar de Villaverde del Río y aunque la primera vez no estuvo mal, tampoco presté tanta atención a lo que comía, pues iba con más gente. Sé que no salió mal de precio y que lo que comimos estaba bueno, pero poco más.
Sin embargo, esta segunda vez y ya registrada en Unilocal,pues claro, hace que analices todo al detalle jajajaja.
Había leído lo que puso Manolo L. de las tapas, nosotros fuimos de noche, sobre las 21:00 y pregunté si tenían tapas fuera de carta y sólo tenían dos, que para por la noche no me apetecía, así que comimos de carta. Es decir, a nosotros lo que cuenta Manolo no nos pasó.
Nada más sentarnos vino el camarero con un platito de aceitunas, así que bien por el detallito. Pedimos dos cervezas (a euro) y cocktail de marisco para picar. La tapa de cocktail vale 2 euros y no vayáis a creer que os la pone en un platito de postre, te la pone en un plato llano, es decir, bastante cantidad. Sí que es verdad que estaba ni fu ni fa, llevaba bastantes palitos y gambas y mucha salsa, pero la lechuga estaba mustia, no sé si porque llevaba hecho desde por la tarde o porque no han escurrido bien el agua. Pero bueno, relación cantidad-​precio sí que estaba muy bien.
Seguimos pidiendo un plato para compartir y 2 montaditos, pues mi pareja tenía antojo de comerse uno de gambas con alioli. Él decía de pedir otra cosa más y yo le dije que mejor esperáramos a ver si iba a ser que fuera mucho!!! Y menos mal! Sino salimos rodando.
El plato para compartir fueron Berenjenas rellenas de jamon york y queso con salsa castellana. La salsa castellana pregunté de qué era y era igual que la carbonara con nata y bacon, así que decidimos perdirlo. Venía en una cazuela de barro con papas fritas en el fondo y tres «sandwiches» de berenjenas rellenas rebozadas y fritas y regados con la salsa. Costaba 3 euros y os digo que para una persona, con un aliñito y tal, se queda bien comido.
Pero ya lo que me flipó del todo fueron los montaditos. Te lo ponen en un pepito alargado que tiene el tamaño de largo como de media baguette o poco menos, pero son un poquito más anchos que una baguette. El de mi pareja de gambas con alioli por 2 euros y el mío por 2’50 llevaba: una buena capa de cebolla caramelizada, un par de filetes de solomillo y dos buenas rodajas de queso de cabra. Los dos acompañados de papas fritas. Cuando los vimos llegar, os lo juro que nos quedamos a cuadros, por ese precio nunca había visto un montadito tan grande y bien despachado. Ya os digo, menos mal que no pedimos más nada.
Conclusión: 4 platos y 2 bebidas por 11’50. ¿Volveremos? Sin dudarlo.

La verdad es que he acabado en este sitio porque su fama lo precedía y porque cuando llegué al pueblo era uno de los pocos sitios que quedaban abiertos para cenar un jueves rondando las doce de la noche.
Toda mi familia habla bien de este bar y no podía más que comprobar si era cierto lo que decían. Lo de las tapas yo no lo vi, pero supongo que era por la hora a la que paramos en el bar, tendré que volver a un horario normal para comprobar si con una tapilla se me pasa el hambre.
El servicio fue muy bueno, nos sirvieron muy rápido y siempre con una sonrisa, a pesar de las horas.
Pedimos un poco de picar, carne en salsa, ensalada de gambas, pinchitos y yo me pedí un librito de pollo, es decir, dos pechugas de pollo a la plancha en cuyo interior habían puesto una loncha de queso y otra de jamón serrano haciendo un pequeño libro, esto venía acompañado de un montón de patatas fritas y de un pimiento frito. Todo por el increíble precio de 3 euros.
Tiene una terraza con toldos bastante concurrida cuando el calor aprieta y un salón y comedor enorme, donde hasta celebran comuniones y otros eventos.
Las cinco estrellas no se las doy por dos motivos, porque voy a esperar a ir una segunda vez y comprobar que lo de las tapas es cierto y porque me parece increíble que un sitio tan grande solo tenga un servicio para cada sexo, pero esto último ya son cosas mías, que soy una maniática.

No puedo sino que ponerle 5 estrellas a este sitio, y lo entenderéis al final del comentario. Llegué a Villaverde a visitar a la familia. Propuse ir a tomar una cerveza a cualquier bar y mi primo me corrigió, a cualquier bar NO, al Conejo. Como siempre hay algún bar de moda en el pueblo, no lo pensé más y acudí pensando que era algo normal, una cervecita y nada más… jajaja, ¡qué ingenuo! El patio del Conejo no es un bar al uso. Es el bar de tapas por excelencia.
Combina buenas tapas de calidad culinaria con un dueño generoso, amante de la gastronomía y de sus clientes. El truco está en sentarte en la barra. Pide cualquier cosa para beber, una caña, un rioja, lo que te apetezca, y cuando el vaso empiece a llenarse, ¡ya estás perdido! «Chico», el dueño, empieza a sacarte tapas como si no hubiese mañana, como si fuese a acabar con todas las existencias del bar, como si fuese para un bautizo. No tiene medida. Por dos euritos te pones las botas de tal manera que no te queda más remedio que seguir pidiendo alguna tapa de las que tiene en la carta, y no te preocupes porque el precio siempre es adecuado. A euro la caña y venga tapas!
Carrillada impresionante, venao, berenjenas, patatas con chorizo, langostinos, y un largo etcétera que no te puedes perder. Obviamente, las tapas que te pone no son tan elaboradas como las que puedes pedir, pero es que están riquísimas de todas formas.
Y no tiene medida, no puedes ir sin hambre, porque vas a comer demasiado. Hay gente que dice que no va porque se pasa de comida… no te digo más. El ambiente es buenísimo… cómo ha de ser en un sitio en el que el dueño tiene a la gente felicísima.
Así que entré allí para tomarme una cerveza antes de comer y me pasé en el bar todo el puente de la constitución. Dicen que Villaverde es muy bonita pero yo solamente puedo hablar del Patio del Conejo. No te lo pienses y si pasas cerca del pueblo, entra al patio del Conejo.