Piko’s Bar

Muy recomendable. Llevo muchos años acudiendo a este bar ya que esta muy cerca de una entidad juvenil en la que participo y siempre comemos y cenamos muy bien. No es el típico bar que siempre tienen lo mismo y lo hacen con desgana. En Pikos Bar siempre tienen platos nuevos, el menú del día varía muchísimo y tiene opciones muy distintas lo que mejora mucho la oferta gastronomica que tiene.
Si tuviese que poner una pega, sería que por estar tan bien ubicado los fines de semana hay mucha gente en las cenas y hay que reservar mejor, pero bueno, esto al final también es buena señal :D

Genial bar de tapas y comida totalmente casera. Tiene una amplia carta de tapas y todos los días tiene un menú.
Tiene una terraza exterior todo el año que tiene vistas a las Torres de Quart.
Totalmente recomendable y buena calidad-​precio

Ver el bar de grima de la buena, aqunque hay que admitir que los bocadillos están muy ricos.

Bar castizo de brava con extra de ajoaceite, de pared con doble de carteles torero-​futboleros y de terraza concurrida en cualquier fecha del año (en invierno, te protegerá un cubículo plastiquero; en verano, vermutitos de mediodía con vistas a las mismísimas Torres de Quart).
Buenas –y hermosotas– raciones, caña barroca de cerveza y un disco con la cara de Manolo Escobar con traje marrón y engomine máximo oteando el infinito desde lo alto de una estantería.
No sé si da más gusto dar el primer mordisco a esos bocadillacos que hacen por pocos euros o ver cómo el dueño se va paseando, si no está excesivamente lleno, de mesa en mesa dando conversación a los que no conoce y preguntando por la familia a los habituales vitalicios.
Placer en otra escala es el que sientes cuando descubres que un lugar así tiene tan bueno el morro frito como ¡la conexión wifi!

Este bar es BGB (Bueno, Grande y Barato) y si a esto le sumas que es un bar de barrio de toda la vida, tiene el éxito garantizado. Pero, es que se lo gana.
Es un bar donde ir a desayunar, almorzar, comer o cenar. Tiene menús muy asequibles.
Sus tapas son muy variadas. Si pasas por allí y ves (o hueles) sus albóndigas caseras, entra, siéntate y espera a que el tiempo se paralice mientras las disfrutas.
Yo he varias veces y ninguna he salido insatisfecha. Piko’s sabe hacerme feliz…

Comidas caseras, y gente súper amable (aunque no lo parezcan).
Os cuento, hace un año o así, tuve una comida de negocios, fui a ver a una gente de una productora de teatro que está ubicada a poco más de 100 metros. Fui a ofrecer mis servicios, a decirles, estoy aquí para lo que queráis, estoy aquí… Los conozco desde hace muchos años, a la gente de la productora, estuvimos viendo vídeos que había grabado en full hd con mi cámara de fotos. Ellos y yo, nos quedamos con la boca abierta… discutiendo que cómo era posible que una cámara de fotos grabase a tanta calidad.
Se nos pasó el tiempo, empezamos a hablar, precisamente de los viejos tiempos, de las aventuras vividas, y me dijeron, «nosotros paramos ahora para comer, te invitamos al Pikos», yo acepté por supuesto, el bar lo conozco desde hace años, y es una buena opción para comer, el menú está bueno y es bastante abundante en sus raciones.
Seguimos hablando y hablando, de proyectos suyos, de proyectos míos, de amores posibles e imposibles… Se terminó la comida, una botellita de vino había caído, los ojos se me habían chispado y los suyos también… salimos a la calle, y nos despedimos… 10 minutos después iba tan tranquilo andando por la calle y recibo una llamada de teléfono de un número desconocido, lo cojo, eran los dueños de Pikos, al parecer en mi suave melopea del mediodía me había dejado la cámara con su funda a los pies de la mesa donde había comido, y habían ido hasta la compañía de teatro a pedirles mi teléfono para avisarme…
¡Qué cabeza la mía! y ¡qué detalle al suyo!, volví sobre mis pasos, me vio el dueño, me sacó la cámara y me dijo: «toma, espero que nunca más te pase esto, que ya sabes que hay muchos espabilados»… yo le di las gracias eternamente y le juré fidelidad eternamente al Pikos… todo un detalle, que mi bolsillo y mi cordura siempre agradecerá.

Engaña y mucho. Parece un bar de barrio más que normalucho, pero el género es de una calidad pocas veces encontrada. Desde luego, no es barato, pero sin duda, merece la pena tapear aquí