Komori

La verdad es que me habían hablado mucho de este sitio, y eso que siempre dices, tengo que ir y lo vas posponiendo. Pues bien, me arrepiento de no haber ido antes. Ya de primero el local me encantó, muy silencioso y tranquilo. Un servicio muy atento que te aconseja en todo momento y te sientes atendido a cada minuto.
Pero lo mejor es la comida, para mí, el mejor sushi que he probado en Valencia. Cierto es que no es barato (50 €/​persona, con vino, café y postre incluidos), pero bueno, probar el sushi de la escuela del Kabuki, para mí, lo vale.
A mi entender supera la cocina del Tastem.
Volveré…Por supuesto, no creo que tarde mucho :)

Fuimos el pasado viernes a cenar con motivo de una celebración. Habíamos reservado con antelación y visto como se llenó el local hicimos muy bien.
Entramos por el hotel Westin, era la primera vez que estábamos, y la verdad nos gustó mucho.
Entramos en komori y enseguida fuimos conducidos a nuestra mesa.
El servicio muy muy atento, tanto para la explicación de los platos, como para elegir el vino.
Pedimos menú komori, que recoge una selección de lo mejor de este japones-​Mediterráneo.
De todos los platos destacaría, las vieiras con sal de chorizo, maguro picante, la trilogía de ni guiris (para repetir), unagi futimaki y la carne rabo de buey con salsa teriyaki, rematado con un postre genial.
Nos gustó, aunque caro si lo comparamos con otros japoneses de Valencia que lo igualan incluso superan en calidad.
Repetiremos cuando tengamos otra ocasión especial.

No puedo afirmar que sea el mejor restaurante japonés de Valencia porque me falta alguno por probar, pero de todos los que conozco el Komori esta a la cabeza.
Como el propio dueño nos comentó, aprendieron en la escuela del Kabuki y creo que lo hicieron realmente bien.
Para empezar el entorno me encanta, en verano me gusta comer en la terraza y disfrutar de la tranquilidad que se respira. Respecto a la comida me parece todo de excelente calidad. El sashimi de ventresca de atún sólo puedo decir espectacular, hasta unos simples makis tienen un toque especial. La última vez que fui pedimos tempura y estaba justo en su punto, en pocos sitios la he comido que no me resultara pesada y este restaurante es uno de ellos. Tienen un menú de 35 € por persona pero yo siempre he comido a la carta y la relación calidad precio la veo más que razonable.
Que decir del servicio? Para mi es perfecto, te aconsejan te indican si hay que poner o no soja de una forma exquisita, y aunque prolongues la sobremesa no te sientes que te estén echando. Todo lo contrario siempre atentos sin agobiar.
Cada vez que voy disfruto con la comida que ofrece y me hace más adicta al buen sushi.

Very expensive, but worth it in my opinion. They could do a better job editing their menu for foreigners. English menus are available, but a sushi rookie would not understand a roll from sashimi. Definitely worth checking out, as it is most likely one of the best Japanese restaurants in the city, but the quality of the food could be better.

Tenía muchas ganas de disfrutar de este local, así que escogí a uno de mis amigos sibaritas, y cual jueces de restaurantes con estrella michelin nos fuimos con nuestra libreta y lapiz a disfrutar del menú degustación (50 €)
La comida NO defrauda.
Mi bocado preferido fue la anguila braseada con aguacate, pepino, y hueva de pez volador toda una explosión de sabores en cada crujiente mordisco que hizo mis delicias.
Los sabores del buey wagyu muy destacables, no obstante el plato principal me supo a poco, no en cantidad sino por contundencia.
Por todo lo demas una muy recomendable experiencia.
Si vais por libre, no perdais la oportunidad de probar el pez mantequilla, ¡Delicioso!

Esta vez toco darse un pequeño homenaje y la elección fue el Restaurante Komori, sucursal del Kabuki del gran Ricardo Sanz, uno de mis chefs favoritos, y ya que tengo dificil ir a su restaurante a Madrid pues fuimos a probar el de Valencia a ver hasta qué punto mantiene todo lo que sus chefs aprendieron con el maestro Español de la comida Japonesa.
El restaurante está dentro del gran Hotel Westin, uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, así que la calidad de sus instalaciones y la profesionalidad de sus trabajadores está garantizado.
El trato nada más llegar, lo típico en este tipo de locales, aquí no esperes un chiste de parte de los camareros, lo que sí que me choco un poco es que te reciban en la puerta y te digan: «Entrad y sentaros en la mesa que más os guste», no sé, me sonó un poco raro, siempre esperas que sea el típico restaurante donde te acompañan a la mesa y te dan la carta, pero bueno, no pasa nada, fue solo un detalle sin importancia.
Dicho esto, ahora toca valorar la experiencia plato por plato del menú Komori, menu elegido para la ocasion entre los dos que hay, el mediodia a 35 € y este, el Komori a 50 €:
–Sunomono Mriawase (Ensalada de algas con pescados y otros productos del mar): cuando ves las algas uno siempre piensa casi sin querer en la típica planta verde que se pega en los pies en la playa pero la verdad es que esta más bueno de lo que me imaginaba, la ensalada iba acompañada por un aliño, pulpo y otros pescados que no recuerdo ahora mismo y pese a no ser el plato que más me gusto estaba muy bueno, el alga tenía un sabor intenso que no me esperaba.
— Vieiras con sal de chorizo (Usuzukuri de vieira con sal de chorizo y sal negra): impresionante el suave contraste de las vieiras con el sabor más intenso que le da la sal de chorizo, un plato sencillo pero buenísimo. Una vez más el contraste de la sal con el pescado estaba perfecto.
— Usuzukuri a la Bilbaina (Pescado blanco cortado en lonchas finas con sichimi, ajo y aceite frito): En este caso el pescado era rodaballo, nunca pensé que me comería este tipo de pescado así en crudo pero una vez más el plato me sorprendió, tiene un ligero toque picante que lo hacía buenísimo. En este caso me lo comí antes de hora y no hay foto.
–Maguro Picante (Sashimi picante de atún macerado): posiblemente uno de los platos que más me gusto, picante pero sin ser excesivo que no se pueda comer, estaba en su justa medida, un plato con muchos matices, diferentes sabores que trate de saber que eran de forma insistente pero no hubo forma, tengo que entrenar mas el paladar. jeje
–Selección de nigiris:
*Huevo frito de codorniz con pâté de trufa blanca: muy bueno y muy bien cocinado, pero sin más, un nigiri normal y corriente
*Pez mantequilla con pâté de trufa blanca y cebolleta: muy bueno también, la trufa blanca y la cebolleta le daban un toque muy especial al pez mantequilla.
*Hamburguesa de wagyu con tomate y cebolla caramelizada: de los tres el que más me gusto, impresionante la hamburguesa de wagyu como se deshace en la boca.
–Unagi Futomaki (8 piezas de anguila braseada, aguacate, pepino y huevas de pez volador): y pensar que antes de ir aquí no me gustaba la anguila y que este plato lo devore sin casi darme cuenta y es que en este caso la anguila estaba buenísima y el arroz perfectamente cocido que junto con el contraste de las huevas hacían un plato buenísimo.
— Rabo de buey en salsa teriyaki (rabo de buey wagyu estodado con salsa teriyaki): una de las mejores carnes que he probado últimamente, rabo de buey cocinada con una cantidad perfecta de salsa teriyaki más una crema creo que era de calabaza hacían a este plato de diez, buenísimo.
— Cremoso de yuzu (cremoso de chocolate blanco con gelatina de yuzu y vainilla): y llego el momento más esperado, y es que yo muchas veces siempre empezaría las comidas por el postre y más en esta ocasión.
Cuando lees la palabra gelatina piensas en ese flubber de colores sin sabor al que normalmente estamos acostumbrados, pero vaya tela, hasta la gelatina consiguen que este buenísima y si encima le añades algo tan bueno como el chocolate blanco junto con ese contraste tan bueno que le a todo la vainilla consigues un plato no de diez, de once.
No sabría con qué plato quedarme porque estaban todos buenísimos así que iré a lo fácil y me quedare con el postre, tan bueno que un poco más y me como hasta el de la mesa del al lado, impresionante, creo que hacía tiempo que no probaba algo tan bueno, ese contraste de sabores entre la acidez del yuzu y la suavidad del chocolate blanco y la vainilla me encanto.
Resumen:
Muy buena la experiencia en este restaurante, lo recomiendo sin duda para todo aquel que quiera probar nuevos sabores, me gustaría volver a repetir pero esta vez a la carta y probar nuevos platos, entre ellos el del salmonete que sirven entero, plato muy típico del Kabuki.

Por fin, teniamos tanto tiempo este japo en lista que hasta han cambiado la carta.
Lo priemro que llama la atención es su fauna, y es que el mero hecho de estar en un hotel de 5* y además tener cierto renombre atrae a gente que no varías jamas en un japonés, y no sólo eso, sino que encima te miran el entrar con tu ropa informal… pero bien, el personal nos trató en general bien y el restaurnate conserva ciertos recovecos que hacen las veces de semiprivados, muy agradable para ocasiones diversas.
Y nos decidimos a lo grande, ni menú (35 a mediodía, o 50 el más gande) ni nada, sobre carta (que luego tampoco es para tanto en comparación).
Las ensaladas nos llamabn, y mis ganas de ramen (que ya no estaba en carta, una pena, veremos en invvierno…) nos hiceron pedir udon con tempura. Tuvieron el detalle de preugntar si era para compartir y nos lo partieron en dos boles, pero fue un desastre. Lo riemro, no era udon, eran tallarines tipo italiano… o japonés, perode sección ovalada, nada del fideo udon redondo blanco (ver foto). Otra cosa fue la tempura, demasiada dentro, que la final hizo masa con el caldo. Eso si, el caldo magnífico, el segundo mejor caldo que he probado en Valencia, que no es poco.
Tartar de toro bueno, pero por 24 € no es aceptable sacar nervios o trozos muy cercanos a la piel.
Pedimos nigiris variados, y oye, bien… un experimento curioso. Los clásicos japoneses muy buenos, con arroz justito (como debe ser), y los de cocina fusión en general bien, el de hamburguesa wagyu pelín subido de precio para lo que era, steak tartar demasiado picante, el de huevo de codorniz muy original… buenas ideas.
Luego pedimos teriyaki de rabo de toro, sabor muy intenso, intachable, muy bueno… sólo falló la decoración, pintaron una salsa naranja que parecía calabaza (bien) y una verde absurdamente avinagrada y totalmete fuera de lugar.
Fue al acabar (por prudencia) cuando ante la regunta del ¿jefe de sala? le dije lo del udon… primero intentó interrumpirme para explicarme lo que era el udon, pero le insistí, lo entendió y me dijo que lo iba a preguntarlo… bueno, a vosotos os ha dicho algo? A mi tampoco, se asomó y no se porqué no se atrevió o qué se yo… eso si, los 12 € se los cobró, lástima no haber sido un señor de 50 años con traje devolviendo el plato, pero en fin, no es mi esitlo. Fue una cagada innecesaria, impropia y poco elegante de un sitio así.
Otro pero con las bebidas… odio la moda/​manía pedante de evitar botellas en las mesas, pedí coca-​cola y me la vaciaron en el vaso, bueno, vale, pero luego, el agua también quedaba fea, y claro, espera a que venga la camarera a servirte o gírate tú al ángulo muerto donde la esconde… esta pijada, o la haces bien con camareros «cansinos pero discretos quasi-​invisibles» que te llenan el vaso al segundo sin decir ni mu… o no lo haces.
Ah, cuidado, otro pero… se ve que el parking no es gratis, te cubren el 50% del precio… no se, no me gusta, que menos que pagarte 1 o 2h, no? Tan lleno lo tiene el hotel?
Bueno, tanto rollo para deciros que si, que es un beun sitio, pero entre los fallos impropios de su pinta, y la cuenta final (43 por cabeza sin vino)… volveremos cuando la carta nos ofrezca algo nuevo a lo probado.
Si no habéis ido, no se que decir… mal no vais a comer, pero sabed bien dónde vais, no es un sitio para dar sorpresas inesperadas ni experimentos.

Si hablamos su sushi fusión, es obligatorio hablar de este restaurante pasto de Estrella Michelin.
Sushi fusionado con cocina mediterránea de quilates.
Precio ⁷⁄₁₀
Calidad precio ⁹⁄₁₀
Carta ⁸⁄₁₀
Comida ⁹⁄₁₀
Servicio ⁹⁄₁₀
Ambiente ⁸⁄₁₀
Global ⁹⁄₁₀

¡Un auténtico lujo! Servicio, calidad y precio son acordes a lo esperado. Acostumbrados en Valencia a ‘experimentos’ tristes de cocina japonesa, barras cutres y sitios para pijos decadentes que van de ‘enteraos’, este local es un hito. Clase, servicio impecable y calidad supremísima de materia prima. Recomiendo tomar la cena en barra. Una experiencia fuera de lo común en nuestra ciudad, que se caracteriza habitualmente por propuestas tristonas y pseudo-​fashion acordes a la clientela de ‘vía estrecha’ que suele poblarlas. En conclusión, una propuesta indispensable.

Siendo lo que es, uno espera algo más.
El lugar es precioso, el servicio una maravilla.
En realidad sería perfecto, pero a la comida aún le falta algo.
Todavía no lo puedo clasificar como el mejor japonés de Valencia.
Algunos platos son maravillosos, pero otros me parecen mediocres.
He ido dos veces, ambas con menú degustación y no sé qué decir.
La lubina, por ejemplo, ha estado ambas veces como un trozo de carne con nervios.
El pez mantequilla con trufa está delicioso, pero no llega a superar al de Sushi Home.
Debería de afinar un poco más algunos platos para poder justificar su precio, pero le daremos tiempo, puesto que acaban de empezar.