Lejos, muy lejos del estilismo, de decoraciones futuristas y de fotografías retocadas de los más guapos y guapas que te puedas encontrar, está esta peluquería — barbería de barrio, un lugar donde el tiempo apenas parece haber pasado y en el que, cuando entras, dudas si no se trata de un jueves por la noche y realmente estás sentado en el sofá de tu casa viendo ‘Cuéntame’… Con sus tres peluqueros, dos hombres y una mujer, ataviados con camisas-bata blancas de puños azulados que han sido lavadas una y mil veces, en Hermanos Navalón atienden a numerosos clientes del barrio y, cómo no, acumulan un gran saber popular fruto de las conversaciones propias de una peluquería: fútbol, economía, política, famosos… Permanecer callado durante la sesión es prácticamente imposible!!! De reducido tamaño, el espacio está dominado por tres sillas de barbero auténticas, de esas que cruzaban ‘el charco’ hace ya muchas décadas y que supusieron una revolución en aquellos momentos. En las paredes, de gotelé gris, espejos, baldas de vidrio y muebles de melamina color crema ven pasar el tiempo como si de vitrinas de un museo se tratara. Allí podremos encontrar toda suerte de líquidos, bálsamos y cremas, especialmente de marcas que jamás hubiera imaginado que siguieran existiendo… si es que todavía existen!!! Estoy seguro de que, si me fijo bien, podría encontrar algún crecepelo o preparado digno de algún charlatán de feria, de esos que salen en los cuentos. Completa la decoración de la peluquería un mueble lavador de pelo, unas sillas con tapicería de ‘skay’, un perchero de madera(también de la época) y una mesita cromada de vidrio con revistas de esas que te saludan, te hablan de un período de siete días o de la fecha en que te gustaría que te tocara la lotería, ya sabes… Lo que no puedo concretar es si son recientes o del siglo pasado, ya que prefiero tener el móvil en la mano o charlar con los allí presentes. Dicho esto, lo más importante es que allí te arreglan(lo esencial de estos sitios, evidentemente) y lo hacen bastante bien y rápido, en un ambiente ameno, cortés y amable, si excesivos chismes. Lástima que en los últimos tiempos la subida de impuestos se ha notado y el corte(de hombre) ya asciende a 11 €, sin lavado, pero sigue siendo una gran opción a tener en cuenta, al menos para mí. ¿Y tú? ¿Te animas a volver al pasado? ;)