Gran Azul

Gran Azul ofrece una cocina de mercado elaborada con mucho mimo y con un resultado muy satisfactorio.
Yo he ido dos veces, la primera fue a comer y sólo éramos 3 comensales, pedimos dos entrantes, una paella de rodaballo salvaje, postre cafés y vino, el precio por persona estaba dentro de lo esperado, sobre 45 € por persona. Estaba todo muy bueno y el arroz me encantó, además me pareció que la carta era amplia y tanto podías decantarte por un arroz tradicional como por uno más innovador.
El local con un diseño minimalista pero jugando con la madera que hace un ambiente acogedor y muy apropiado para celebraciones especiales en pareja. El servicio muy correcto, siempre pendiente pero sin interferir en la conversación que se está manteniendo en la mesa.
Salí contenta y guardé el restaurante en mis contactos para volver. Pero cuando realmente me sorprendió gratamente fue la segunda vez que fui. Cerramos un menú de los que ofrecen para grupos, éramos 15 personas a pesar de que no tienen reservado nos pusieron una zona con bastante intimidad y la comida aunque sencilla a todos nos entusiasmo. Los entrantes bien pero como plato principal elegí la merluza en salsa verde y estaba justo en su punto, en pocas ocasiones he comido una merluza tan rica y bien cocinada.
Los postres son dignos de probar, de la torrija caramelizada con helado de mantecado no quedó ni una migaja. Los camareros perfectos, aguantaron estoicamente a 15 personas con ganas de fiesta y sin prisa.
Lo que no recomiendo es que si vais en grupo no cerréis menú, la cuenta os puede dar un susto.
El único pero son las sillas que cuando llevas un rato notas lo duras que son y no son muy cómodas.

Ahora sí le doy 5 estrellas!!!
Volvimos el domingo pasado y nos gustó más que la primera vez.
Pastelito de foie muy rico, croquetas de jamón y langostino muy sabrosas (sobre todo la de langostino) y la paella del senyoret riquísima y muy fina, un dedo de arroz. Para el niño una carne a la brasa muy blanda.
Esta vez tardaron muy poco entre platos.
Es una buenísima opción para tomar arroces (hay muchos tipos), carne o pescado a la brasa. Mi marido ya me está preguntando cuándo volveremos.

Es uno de los mejores restaurantes de VLC ¡de diez! para esa celebración especial (cumpleaños, aniversario… o simplemente, darse un capricho) El motivo es una mezcla de su decoración, su carta, su trato con el cliente, su ubicación, sus arroces y su ‘jefe’ Abraham Brandez.
El precio esta justificado ya que estas consumiendo una excelente comida de mercado elegida minuciosamente por ‘el jefe’ y cocinada con mucha pasión y esmero.
Los arroces un manjar y las carnes –y también pescados– a la brasa de diez. Pero a mi lo que realmente ME ENCANTA es el steak tartar –en todas sus versiones: de carne o pescado– y los tomates con guarnición que son un manjar saludable y perfecto para acompañar cualquiera de los platos de El Gran Azul.
Un consejo: dejarse aconsejar por el personal ya que las recomendaciones suelen ser los productos más frescos escogidos personalmente por el propio Abraham. Y también dejarse aconsejar con el maridaje ya que disponen de una carta muy variada y selecta de vinos.

El mejor restaurante donde comí d mi estancia en Valencia. Tengo q confesar q el diseñador dl local es un amigo mío y nos invitó a ir porque a parte de q teníamos q comprobar en situ el resultado del proyecto se ha convertido en el local d moda (he ahí la buena propaganda coleguil jaja) pero no miento, hacen lleno en comida y cena todos los días.Hasta ha ido la Rita!
Está especializado en arroz y brasas como dice su nombre «Gran Azul, arroz y brasas».Gran Azul le pusieron en referencia a la película francesa sobre un buceador, ya q a los dueños les gustó mucho.
El diseño dl local es fresco, acogedor y espacioso. El rótulo d la fachada son unos toldos en tono azul marino (en relación a la temática del mar).Todo el local está revestido d listones d madera natural sin tratar, con un despiece expresamente desordenado, q ayuda a absorber mucho el ruido q puede haber en un restaurante de estas dimensiones. El pavimento está compuesto por unas baldosas de color gris oscuro q se combina con unas pequeñas d inspiración hidráulica tipo valencianas y q recuerdan donde estaban ubicados los antiguos tabiques. Las mesas y sillas son grandes y cómodas (imitación del clásico diseño de la CH) y la distancia con las otras mesas d comensales es lo suficientemente lejana, ya q a veces quedas muy cerca d los demás grupos. La barra d bar es lo más bonito dl local. Tiene una doble altura: una encimera d madera para los comensales y otra para servir los platos y paellas dsd la barra. El antepecho también está compuesto por ls baldosas hidráulicas y ls taburetes son el mismo diseño q las sillas pero en alto. Comer en la barra es ideal parejas! y te puedes quedar ahí q no te pasan las horas por la comodidad d los taburetes. Detrás d la barra y a vista de todos están las brasas. Hacen carnes pero su especialidad es el pescado a la brasa, tremendo! (después hablamos de comida).Tienen tmbn una sala reservado con una cortina d lamas q se puede dejar abierta o no, según convenga. En medio d la sala grande hay un reposa platos, q les va genial a los camareros para dejar platos por servir y un gran cajón para guardar los manteles y servilletas usadas. Al final d la sala hay más mesas para comensales y desde ahí se puede ver la cocina, ya q queda abierta y se puede ver a través d un cristal.
Vamos a pasar a la mejor parte: la comida! Nos pedimos para compartir una ensalada d burrata con salsa pesto y pipas d calabaza, el queso estaba muy tierno y era un plato muy fresco.
También nos pedimos unos tallarines (el marisco) a la brasa (en Valencia Tellines) y una sepia a la plancha, eran supertiernos y con mucho sabor a mar. Si te gusta el marisco lo recomiendo mucho!
A parte d la carta de entrantes y d brasas de marisco y pescado tienen la gran lista d paellas.
D paellas d marisco a ls d carne, arroz a banda y d todo tipo.
Decidimos pedir dos tipos: la tradicional valenciana y «arròs del senyoret», cada una para dos personas (éramos cuatro) y así podíamos probar dos paellas.
Nos preguntaron enseguida si queríamos tomárnosla servida o con las paellas en medio y comerla directamente con la cuchara. Obviamente cumplimos con la tradición y lo hicimos directamente d la paella!
Primero nos trajeron la dl senyoret con gambas y cigalas y el arroz con un dedo de grosor q es como tiene que ser. Muy buena, todo el arroz sabía a marisco y a cigalas. Lo mejor es rascar con la cuchara lo q queda quemadito y pegado a la paella.
Cuando ya estábamos acabando con la primera nos trajeron la Valenciana que lleva judía verde, conejo, alcachofas y caracoles (es posible q me deje algún ingrediente).Nunca la había probado y ya con la primera cucharada el sabor me encantó!Pero estaba salada… y una cucharada no pasa nada pero si hubiéramos continuado al final nos hubiéramos muerto de sed. Total, como a todo el mundo le puede pasar, les avisamos y se disculparon y nos dijeron q nos preparaban una nueva. Mientras nos trajeron dos canelones d carne para picar mientras esperábamos.
La paella no llegaba y se vació el local. Total q al final les dijimos q ya no hacía falta que la trajeran porque se nos pasó el hambre. Para compensarlo nos invitaron a un postre muy chulo. Sólo os diré q os pidáis el melocotón, el resto lo dejo para que lo descubráis vosotros mismos.
A la hora d pagar nos hicieron un buen descuento para compensar el percance d la paella.
El servicio en todo momento muy amable y cercano.
Quería comentar un pequeño detalle q no me gustaría pasar por alto y es q leí en Tripadvisor una reseña (aunque no sea en Unilocal tengo que mencionarlo) q decía q el propietario nunca estaba en el restaurante (q en realidad no tiene la más mínima importancia mientras recibas un buen servicio), d todas formas no sé en q se basarán para dar esta afirmación pero sé d buena fuente q el propietario es cocinero y jefe d sala, así q tengo constancia de q aunque no se le vea pasear por ahí si no está trabajando en sala significa q está d cocinero y por eso no se le ve.
Desde luego volveré, tengo q comerme como dios manda la paella valenciana.