Entras por su puerta cansada, con dolor de cabeza, la piel apagada… y sales como una rosa, relajada, despejada y con el cutis brillante. Ese es el milagro de Paqui Gimeno, una profesional de la estética con más de 30 años de experiencia. Primero tuvo una peluquería en la que ya aplicaba tratamientos, después se especializó en masajes y trabajó para empresas como la Clínica Olimpia, donde los clientes una vez operados pasaban por sus manos. Hasta que volvió a ser su propia jefa con un gabinete llamado Rayma en la calle doctor Waksman y una caterva de fieles que la siguen allá donde va. Paqui no tiene que promocionarse, las clientas ya van consigo. Masajes linfáticos, peelings, tratamiento de algas, vendas frías, terapia con chocolate o con avellanas, ácidos, hidrataciones, velos de colágeno… Estos son algunos de los servicios que ofrece, además de la tradicional depilación o la manicura y pedicura que presta otra profesional. Da igual que no la conozcas de nada, inmediatamente te sientes tranquila y relajada en su presencia, sin darte cuenta le has contado tu vida, ella escucha mientras te da un masaje o devuelve el tono a tu piel. Cuando acabas y te miras al espejo casi ni te reconoces, mirada descansada y una agradable sensación que perdura todo el día. Si os decidís por conocer su gabinete, con precios muy razonables dada la calidad del servicio, decidle que vais de mi parte, la confianza que os profesará todavía será mayor. Quizá os preguntéis si voy a comisión, no. Pero no quería decir que es mi suegra desde el principio para que no leyerais con prejuicios. Suegra o no, pocas profesionales de su talla encontrareis en Valencia. Suegra esteticién, madre modista, tía peluquera y todas de las mejores, ¡esa es mi suerte!