Este bar se va directo a mi lista de genial bar para almuerzos de campeones, pero también a la de «Asia, te quiero». ¿Por qué? Porque los chinos manejan la barca de una manera que les salen las tortillas y los bocatas como al Bar Toni de toda la vida de tu pueblo. Es increíble la capacidad de adaptación gastronómica que tienen. Pues nada, que vuelen las estrellas para ellos. Son amabilísimos en El Palleter, se aprenden lo que pides desde el primer día y su eficiencia es de 10 en clase de mates y 5 estrellas en Unilocal. El medio bocata de tortilla de jamón serrano lo bordan en telar de pan de pueblo crujiente y jamoncito a taquitos, de ese rojito con sabor a Teruel y La Alpujarra. En fin, que así cualquiera no almuerza ¿sabes? El colmo de la amabilidad es que un día pedí un agua con gas para llevar y como son de botella de cristal y chapa ¡me regalaron el abridor para que me la llevara! Tengo que aprender a decir gracias en chino para la próxima…
Blanca L.
Classificação do local: 4 Valencia
El motivo de darle cuatro estrellas a este bar de barrio regentado por una familia de chinos es simple: la amabilidad y el trato al cliente. Los dueños del bar ya se han nacionalizado de tal manera que se hacen llamar Pedro y María, su hijo se llama Vicente(aunque hasta hace unos meses no decía ni palabra de español). Yo soy una habitual del café mañanero que no es especialmente bueno pero servido siempre de forma rápida, eficiente y con una sonrisa. Y no hace falta pedírselo, ya saben cómo lo tomas e incluso se tomaron la molestia de comprar azúcar moreno para una compañera de trabajo porque lo pidió un día. Son chinos de la china más profunda, pero ya han adoptado totalmente las costumbres españolas, como reservarte la lotería de Navidad señalando que es «la niña bonita» o «los dos patitos» tienen una tortilla de patata sobresaliente, tanto por el sabor como por el tamaño — cuatro dedos de grosor– y las tostadas con tomate están realmente buenas, por lo que el desayuno allí es más que correcto. Además tienes el añadido del entretenimiento, por la galería de personajes que lo pueblan en las diferentes horas del día. Vale la pena conocerlo, especialmente si trabajas por la zona, pero no recomiendo ir en fin de semana, ya no hay animación.
Marta P.
Classificação do local: 3 Valencia
No sé por qué pero cada vez que hemos ido a este sitio nunca he estado con menos de 8 personas en la mesa. Y es que más de una vez que se nos ha hecho tarde para cenar por esta zona, después de ir de bar en bar por el Carmen y encontrarlos todos llenos, la última esperanza siempre está en el Palleter. El local es bastante amplio y no ponen pegas a la hora de juntar varias mesas para grupos grandes. Además aparte del salón principal, donde está la barra, hay otro salón un poco más privado y pequeño en un lateral. Una vez que celebramos una cena especial con un montonazo de gente, nos pusieron en esta sala, formando una gran fila de mesas en semicírculo, y la cosa fue genial. Vamos, que después de unas cuantas cervezas parecía que el bar era nuestro, gritando y bailando por encima de las mesas. Un desmadre. No habíamos concretado nada del menú con antelación, pero en un momento llegamos a un acuerdo con la camarera y empezaron a sacar platos y bebida a cascoporro. El bar lo regentan unos chinos majísimos, pero parece ser que tienen un cocinero español y eso se nota en los platos más nacionales, como la ensaladilla rusa, las bravas o la sepia a la plancha. Siempre están de muy buen humor, excepto una vez que casi nos largamos sin pagar un par de cubatas y el camarero salió corriendo detrás nuestro con cara de pocos amigos. La comida en general no es que sea gran cosa ni la carta es muy extensa, así que no vayas buscando pijaditas selectas, más bien fritanga de la buena y bocadillos contundentes. Tienen menú del día entre semana. Es bastante económico y variado, pero la comida como decía antes no es nada del otro mundo. Un día necesitábamos comprar pan de gamba ya hecho en cantidades industriales y preguntamos aquí si podían hacérnoslo. El dueño dijo que ellos no lo hacían en el bar, pero su hermano tenía un restaurante chino y nos gestionó el pedido, y luego fuimos a recogerlo al Palleter que nos venía mejor… Todo queda en familia…