Di Fredo

He vuelto a este pequeño pero gran restaurant italiano que deja muy buen sabor de boca, esta vez cambiando y probando las variantes de pasta que tienen y como segundo las pechugas con salsa roquefort que estaban buenísimas. Eso sí, quizás como entrante no triunfó las alcachofas asadas… aun así seguiré volviendo!

Pocas veces comemos fuera de casa (por el tema de apretarse el cinturon) pero cuando podemos nos acercamos a Di Fredo porque siempre es un gustazo ir. Buenísimas pizzas, con masa finita y crujiente y cargadas de ingredientes. El trato del personal es amable y rápido, un lujo vamos, y los precios inmejorables: tienes menús de mediodia y medios menús si no quieres hincharte porque además las raciones son generosas, tanto q puedes compartir plato si no quieres a cebarte.
Somos fieles al Difredo: porque esta cerca de casa, es agradable y comes superbien.

Aunque lleve el título de pizzería, más bien es un restaurante de comida mediterránea que destaca sobre todo por su variado menú. Cada día puedes elegir entre casi una veintena de primeros (incluyendo los diferentes tipos de ensaladas) y de segundos (con la gama de pizzas) por un precio de nueve euros. Barato y bueno, que es lo más demandado en la actualidad. Perfecto para comer un menú de mediodía.
El local es amplio. Podría mejorar, eso sí, el acondicionamiento de los cuartos de baño. Por lo demás, muy recomendable.
Y si queréis alguna recomendación concreta del menú, podéis apostar por los entrantes Marrakesh (rollo de queso rebozado con tapenade) o el rollo pombo (una especie de coca esponjosa que envuelve ensalada y bacon o pollo). También los macarrones estilo Di Fredo o la pizza Daniel, con tomate seco, están entre mis platos preferidos. Además, cada día elaboran una arroz distinto. En fin, como en todo, se trata de ir, probar y opinar.

Madre mía! Ayer mismo pasé por delante de Di Fredo con el coche, y cada vez que lo hago me pregunto: –Cuál será su secreto para seguir ahí, con los cimientos más firmes que la Torre de Pisa? Y es que no recuerdo esta calle sin esta pizzería. Todos mis amigos y yo la llamábamos «La calle del Di Fredo», y allí fuimos todos a comer cuando acabamos el curso… de E.G.B!!! Sí, os hablo de hace 22 años!!! Las cuentas no fallan: a mis 36 les quito los 14 que tenía, y el resultado son más de 20 años haciendo los manjares italianos del barrio de Ruzafa. Desde entonces he repetido muchas veces y por supuesto que lo volveré a hacer. Os lo recomiendo!

Este italiano es estupendo! Mis amigos y yo solemos frecuentarlo bastante, sobretodo por que nos pilla muy cerca de nuestros respectivos trabajos y viene muy bien nada mas salir, quedar para pegarte una buena «cenota» como final del dia.
Los menus que tiene son tremendamente extensos, tanto como en calidad de eleccion, ya que hay muchos primeros y muchos segundos diferentes, como en cantidad y calidad de cada plato.
Las pizzas están increibles, y ademas tienen a la vista a los cocineros para que veas como lo hacen (q eso mola, no digais q no).
El servicio de camareros es muy bueno, no te hacen esperar entre plato y plato y te aconsejan sabiamente sobre cada uno de ellos.
Casi siempre que vamos hay gente, pero o te sientas en el momento, o el tiempo de espera no suele ser muy grande, cosa que se agradece cuando tus tripas crujen como un león… ;)
Ah! y algo muy importante para todos nosotros… totalmente adaptado a nuestros bolsillos. Para que luego digan q la calidad se paga!

Siempre que voy a ver a mi amigo Edu, que vive al lado el mercado de Ruzafa, solo tengo dos posibilidades si nuestra intención es comer por su barrio… El Kebab de al lado de su casa, si hay prisa… y la otra es sin duda el Di Fredo… siempre a elección suya.
Mi amigo esta enamorado de este local y poco a poco me ha ido trasmitiendo ese amor a mi.
Si es italiano tiene pastas, pizzas, risotto y gnocchi… ¿o que se puede esperar de un italiano… de Di Fredo eso y muchísimo mas.
He vivido un año en Parma, Italia, y acabé de la pasta un poco harta, pero cada vez que como en este restaurante es como si mi paladar hubiera olvidado el amargo (perdón por la exageración) sabor de los spaghetti caseros.
Sorprende ya a la entrada varias razones, lo lleno que está, mas de una vez hemos tomado cervezas esperando a que se vaciara una mesa y que también tiene una característica difícil de ver en otros restaurantes, la cocina donde los camareros te preparan «tus pizzas», es totalmente visible, eso da confianza y es agradable de contemplar.
El servicio es buenísimo, te atiende un mismo camarero durante toda la comida y en la espera disfrutas con el pan con aceite; luego entre plato y plato no hay casi demora, cosa que se agradece.
El menú, completo y variado… aunque yo siempre escojo de segundo pizza, cuya masa es especialmente crujiente… El propio menú incluye dos platos, la bebida y el postre… si te ves con fuerzas…
Es mejor comprobar uno mismo lo que se puede llegar a probar y a engullir… en cantidad en Di fredo.
Después de varias veces de haber ido… cada vez que quedo con mi amigo Edu… el del kebab se queda un poco solitario…

Cuando se trata de restaurantes italianos es difícil encontrar uno sólo que no haga las cosas riquísimas, o al menos a mí me pasa. Pero cuando has probado a comer en Di Fredo, probablemente no quieras volver a tener que buscar otro. El secreto de este lugar es combinar un par de cosas que parecen muy simples, pero muchos restaurantes parecen no recordar.
En primer lugar, a mediodía cuentan con un menú que incluye dos platos, bebida y postre por sólo 9 €. Esto no sería gran cosa si no fuera porque el precio medio habitual allí suele ser de 15 € por persona, ya que la comida, tanto pasta y pizzas como carnes o postres son de gran calidad y, algo a destacar, cantidad.
Ése es el segundo punto: ya puedes no comer nada desde el día anterior, porque de Di Fredo se sale rodando o no se sale. Lo mejor es que el hecho de pedir menú no cambia en absoluto respecto a si pidieses sólo un plato: fuentes cargadas hasta arriba de tortellini rellenos, pizzas individuales de tamaño mediano, grandes filetes de carne bañados en salsa de queso… Además el principio y el fin de ese menú son probablemente lo más característico, pues mientras esperas el primer plato te sirven tostadas de pan con aceite, sal y perejil y tras toda la tralla siempre es recomendable rematar probando el buenísimo tiramisú casero.
El servicio también es muy agradable, además si vas habitualmente suele atenderte la misma camarera, lo que da un punto de confianza muy positivo. Yo fui prácticamente todos los jueves durante tres meses en los que trabajé por la zona y siempre nos atendió Iris, un encanto.

Desde hace años, con mis padres vamos a comer todos los sábados (y pasamos lista) a este estupendo restaurante. Tiene un menú con mucha variedad, que está bien de precio, y la comida esta deliciosa. Mi consejo es que no dejéis de probar los tortellini Laura y la pechuga al roquefort (sin olvidar el exquisito mousse de chocolate).
El servicio es espléndido, pero sin duda, debo destacar la labor de Brenda, siempre con una sonrisa, y que ya se ha convertido en mucho más que nuestra camarera favorita.
El local es bastante amplio y tiene dos espacios diferenciados, también puede comprarse la comida para llevar. ¡Un sitio magnífico para comer con la familia, amigos o alguien muy especial!
Ah, se me olvidaba, hace unas semanas comí con un amigo de Madrid y me dijo que la paella era insuperable: D

Sin duda alguna, el mejor restaurante de menú que conozco.
En primer lugar, una cocina, que en su mayor parte está a la vista, lo que que a mi por lo menos, me da un nivel más de confianza de lo habitual.
La ‘carta’ de menús incluyen tal variedad de primeros y segundos platos, que es totalmente factible comer a diario, sin que haya monotonia. Hay más de 15 primeros platos, y otros tantos segundos. Con la posibilidad de pedir dos primeros o dos segundos platos, en lugar de primero y segundo. En el menú está incluido el postre, pero no el café, no llegando este a los 10 €.
TOTALMENTE RECOMENDABLE.