Correos

Correos es un edificio que de por sí presento cuando alguien viene de turismo a Valencia. De pequeño mi abuela me acompañó a ver esta maravilla arquitectónica de la plaza más neoclásica de Vlc –aunque el edificio es modernista– y me conquistó. La verdad es que nunca he ido para una utilidad práctica más que por puro turismo, ya que acudo a otra oficina más cercana a mi domicilio, pero si que es cierto que en días libres, cuando me da el puro placer de pasear, hago un recorrido por la Valencia histórica y cuando paso por la Plaza del Ayuntamiento, gasto una buena parte de tiempo en estar sentado en uno de los banquitos del interior, disfrutando de cada detalle. Una anécdota que tuve es que un hombre de habla inglesa me preguntó por alguna cosa que no recuerdo y a mí me costó explicárselo, debido a que mi novel de ingles no es el mismo que el escrito y no hace juicio para nada a mi titulación, pero el guarda vino en mi ayuda y hablaba como si fuera de Inglaterra, algo que me impactó y me recordó lo falsos que pueden llegar a ser los prejuicios. Es por eso, a parte de por las visitas con mi abuela o en solitario, como cuando llevo a amigos de fuera de Vlc a que hagan turismo, por lo que guardo especiales recuerdos de este edificio. Toda una maravilla, plagada de la ilusión que aún no se ha perdido de que algún día, llegue una carta personal que te llene de felicidad.

He de confesar que siento debilidad por esta oficina de Correos.
Antaño, cuando trabajaba en la Ciutat Vella, era común venir a esta oficina a echar un sin fin de correo (¡qué tiempos aquellos, que iba todo por correo postal!) o a comprar sellos.
Hoy en día suele ser mi punto de encuentro con los amigos y tiendo a llegar pronto y sentarme en los bancos del salón principal para admirar su cúpula. Por la mañana es una gozada, ya que deja entrar la luz del sol, iluminando toda la sala elíptica.
En el centro, el escudo de Valencia acompañado de cartas lacradas y rayos telegráficos. A su alrededor, los escudos del resto de provincias del Estado Español.
Por fuera es también un regalo para los ojos, ya que si te fijas un poco encontrarás un sin fin de detalles que simbolizan el alcance, rapidez y eficacia de las vías de comunicación: ¿serás capaz de ver la comunicación universal, o lo que es lo mismo, a los cinco gigantes? ¿Las figuras aladas con cartas y rayos en la mano en un barco? ¿Y los que cabalgan sobre el tren?
Si te aburres mientras esperas a que empiece la mascletà en fallas, es un buen entretenimiento.

Una de las grandes joyas del Modernismo Valenciano. Su imponente fachada se complementa con su interior, con su espectacular hall y la preciosa bóveda que recoge este edificio.
Da igual cómo se haga la foto y desde donde, sale favorecido desde cualquiera de sus ángulos.
Valencia modernista, qué maravillosa eres!

It’s rare that one feels compelled to say this about a city: go to the post office. It’s absolutely worth ten minutes of your time to see this stunning building. You can pair it with a trip to the plaza del ayuntamiento, and/​or you can head down to the train station and see it as well.

Otra visita obligada en la ciudad si vienes de turismo. Está en plena plaza del Ayuntamiento, con lo cual puedes aprovechar para ir después hacia la plaza de la Reina, de la Virgen la plaza Redonda, el Mercado Central, el barrio del Carmen, la Lonja… en fin que puede ser un buen punto de encuentro y de inicio o fin de ruta estupendo. El edificio en sí es precioso, desde fuera se observa majestuoso, ocupando toda una manzana, pero al entrar por sus puertas giratorias (de esas que con un despiste te atrapan en sus garras y puedes acabar tropenzando) y mirar hacia arriba quedas ya maravillado al ver la enorme vidriera de la cúpula de cristal que impresiona.
Siempre que voy pienso en la suerte que tienen los trabajadores de correos de esta oficina central, ¡porque es preciosa! Supongo que no será oro todo lo que reluzca dentro y fuera de ella, pero sin duda es un lugar muy especial en el que pasar las horas laborales del día. Esta sala principal es donde se realizan todos los servicios postales y, aunque hay más pisos y pasillos, no son de acceso al público, que yo sepa, aunque me encantaría hacer una visita más completa del edificio.
En realidad. y aunque todos lo llamemos correos simplemente, se llama Palacio de Correos y Telégrafos, y lleva en pie desde principios del siglo XX, momento en que el Ayuntamiento sacó a concurso el proyecto que un arquitecto aragonés (Miguel Ángel Navarro) se ocupó de llevar adelante. Su estilo es en realidad una mezcla de estilos: modernista, clásico, barroco, renacentista… todos ellos se funden para ofrecer al ciudadano funcionalidad y belleza. A mi me encanta y disfruto dentro y fuera cada vez que paso por allí.
He ido decenas de veces a hacer recados postales y, salvo un par de días que estaba a tope, nunca he esperado demasiado. Desde hace ya bastantes años, establecieron un sistema de turnos muy eficiente que consiste en una máquina de la que sacas un ticket según lo que hayas ido a hacer allí (recoger, enviar, etc) y te dan un número, cada puesto tiene un cartel electrónico por el que van saliendo los números para que cada cliente vaya pasando a realizar su servicio. Los funcionarios son eficientes, si bien no todos igual de amables, como suele pasar en todas partes. Si tienes suerte y te toca uno o una alegre ¡viva! Si no, cumple su trabajo con cara de sepia y al siguiente. Reconozco que debe ser monótono y no todos los días una tiene ganas de estar sonriente pero bueno, es de las pocas gratis que hay y me encantaría que brillaran más en este bonito edificio. Quedan muy feas las caras largas dentro de un lugar tan especial.

Por fuera es un edificio precioso. pero si vienes de fuera de Valencia y de visita.
No dudes en trar dentro y te llevarás una grata sorpresa.
Es un edificio para ponerte delante y fijarte en la multitud de detalles, que no vemos los que pasamos diariamente por alli.

Tengo una amiga noruega que la primera vez que vino a Valencia una de las primeras cosas que fue a ver es el Edificio de Correos; al principio me quedé un poco sorprendida pero es que si lo piensas es un monumento más de la ciudad.
La historia siempre es la misma, si le preguntas a un italiano nacido en Roma sobre alguna de las cosas que ves por la calle, se quedaría pensando que ni se había planteado que eso fuera algo tan turístico, pues algo así me pasó a mí.
He entrado una vez para hacer una gestión como la que harías en correos de al lado de tu casa, pero claro aquí es diferente, tiene una cúpula de cristal interior impresionante con los escudos de cada lugar de España; por lo demás funciona exactamente igual que cualquier otro.

Vais a pensar que soy una moñas, y me da lo mismo. Pero cuando se acercan estas fechas y envio los Christmas mis amigos y familia, siempre voy a enviarlos a correos, pero al edificio de Correos de la plaza del Ayuntamiento. Me gusta tener esa tradición.
Ya sólo admirarlo por fuera merece la pena pero una vez dentro, me da la impresión de estar dentro de un gran salón de baile, con el suelo todo en mármol, y mirar hacia arriba a la gran cúpula acristalada que deja entrar una luz de ensueño.
Una gran rotonda elíptica de hierro y cristal interior dónde aparecen todos los escudos de nacionalidades y regiones españolas.
Me parece simplemente maravilloso. De esos edificios que te dejan sin habla, pues eso me lo parece a mi.

Las escaleras del edificio de correos es un habitual punto de encuentro para los grupos de amigos. Aún recuerdo ese «a las 6 en correos» que decíamos mis amigos y yo cuando quedábamos como era habitual por el centro de Valencia.
Quizás porque siempre ha estado ahí y porque es lugar de paso, pocas veces me había fijado en su arquitectura. Pero hace unos años su fachada estuvo escondida ante las miradas ajenas porque estaba en obras, y me di cuenta de que el encanto de la Plaza del Ayuntamiento quedaba cojo sin este edificio.
Anteriormente era llamado el Palacio de las Comunicaciones y data de principios del siglo XX, concretamente parece ser que se acabó de construir en 1922.
Es un edificio realmente imponente por su tamaño (ocupa toda una manzana) y su altura (la torre llega a alcanzar los 30 metros) pero sobre todo por su arquitectura. Tiene una mezcla de estilos, pero predomina el barroco. Si te paras enfrente y comienzas a mirar con detenimiento la fachada verás que hay un montón de detalles que pasan desapercibidos en un principio: columnas, esculturas, alegorías, etc. Todo ello simbolizando la comunicación, que fue para lo que el edificio fue construido.
Aunque no tengáis ninguna carta que tirar o ningún trámite que hacer, aconsejo entrar. Las ventanas y sus vidrieras son preciosas, por no hablar de la bóveda de cristal que hay en medio de la sala central.
Creo que es uno de los edificios que más me gusta de Valencia.

Un sitio de interes por su edificio principal, su historia y su situacion. Esta al lado de la plaza del ayuntamiento y paseand se puede seguir visitando monumentos como la estacion de tren o la plaza de la virgen

La oficina central de Correos se sitúa en la Plaza del Ayuntamiento.
El actual edificio de Correos y Telégrafos fue construido entre el 1915 y el 1922 y entonces se llamó Palacio de Comunicaciones.
Recientemente se ha llevado a cabo un minucioso proceso de restauración del edificio en el que se han recuperado elementos del proyecto original: la alta torre de 30 m de altura y la magnifica cúpula vidirada del vestibulo, en la que se disponen los escudos de 48 provincias españolas, situandose en el centro el escudo de Valencia en zinc y latón.

En pleno centro de Valencia, en la plaza del Ayuntamiento, el edifcio de correos, (que realmente se llama el Palacio de Comunicaciones) es una de las obras más emblemáticas que tiene la ciudad. Se terminó de construir en 1922, y tiene un estilo arquitectónico que se sitúa entre el clasicismo y el modernismo. La cúpula es maravillosa, y es uno de los lugares que merece la pena visitar.
En la entrada, un conjunto de cinco figuras grandiosas, simbolizan la comunicación internacional. En definitiva, un servicio público con mucho arte.