Amadeus Lounge

Amadeus Lounge es uno de esos bares que molan por su ubicación, siempre y cuando no te monten un sarao fallero junto al mercado de Russafa, por la simpatía de sus camareros (¡vaya que sí!) y porque conquista tu paladar. Rico, rico, oigan.
Su carta consta de tablas (?), tostas, ensaladas, tapas variadas y originales, hamburguesotas y postres. Como íbamos con idea de probar las croquetas que tan ricas le parecen a Joana M., Unilocaler experta en la materia, nos lanzamos a pedirlas, y completamos con una tabla vegetal, una ensalada de tomate, y una tempura de berenjena. Para regarlo, Estrella de Galicia. Cuando miramos al simpático y veloz camarero como pidiendo aprobación, asintió con la cabeza: nos íbamos a quedar bien servidos con estas cuatro cosas. ¡Buena señal! Y eso que la elección nos costó lo nuestro, porque tanto la Guindi como su amigo Ximo, son dos especialitos con la comida y Amadeus es uno de estos sitios que les encanta el queso azul, el foie y los boletus. ¡Katxis!
Para mitigar la espera, nos sirvieron un pan blanco con especias acompañado de tomate y humus y nuestras dos Estrellas… Tibias. ¡Oh, no! Vale que hay sarao fallero y el local esté hasta la bandera, pero cerveza tibia no, por favor. ¡Una estrella Unilocal que se esfuma!
Menos mal que la segunda ronda de Estrellas ya estaban fresquitas.
La ensalada de tomate con atún escabechado, resultó ser de atún en aceite (¡bravo!) y de un tamaño más que ajustado. La tabla de patés vegetales me dejó con la boca abierta: ¿Diez euros por tres cuenquitos con olivada verde, tomate seco y berenjena y una cestita de migas de nacho? Cuando vino el camarero a traernos las croquetas no pude más que expresarle la dificultad de untar el paté en una miga de nacho. Rápidamente, se fue para dentro y nos sacó una nueva cestita llena de nachos más o menos enteros. ¡Salvó media estrella Unilocal que se iba!
Solo les quedaban croquetas de jamón y tomate, riquísimas, y de boletus, cuya textura ya cambiaba. Las berenjenas paran un pelín aceitosas y van sobre una cama de… ni idea.
He de reconocer que casi salgo rodando. Mi amigo se tomó un café solo.
La broma nos salió por 45,20 €, pero tuvimos la suerte de que esa noche había una promoción de el 50% y pagamos 27,95 €. ¡Olé!
El baño de las chicas, de puerta corredera, no cierra. Si a esto le sumamos que no hay jabón de manos en el dispensador, se le esfuma otra estrella Unilocal

Buena comida, destacar la puntilla, la corona de calamares, el pan que te sacan con un platito con humus y el otro con tomate, las tostas de solomillo con cebolla caramelizada y queso por cierto bastante grandes, lo mejor. La hamburguesa de buey genial, otra cosa que pedimos fue tempura de berenjena (un poco aceitosa). Las croquetas que las puedes pedir por unidades, de setas y dátiles otras de jamón con tomate y también las tienen de espinacas y queso. De postre un brownie, buenísimo y también pedimos tarta de queso, muy buena también. En general todo muy bien además las raciones son abundantes, el camarero que nos atendió nos recomendó la cantidad que pedir y muy bien, pero también eran bastante lentos en servimos, no se si de normal es así, éramos una mesa bastante grande y además era sábado.

Amadeus es un buen lugar para comer, cenar o simplemente tomarte una cerveza en su privilegiada terraza a los pies de la Iglesia de San Valero. Muy recomendable su menú diario.
En su cocina, en general, destaca un producto de calidad y una elaboración personal que, sin pretensiones, logra convencerme. Destacaría sus croquetas, de las mejores que he probado, las últimas de boletus y dátiles, muy buenas. Sus tostas son un clásico de su carta, las han ido variando desde que comenzaron su andadura pero mantienen un buen nivel, son grandes y con muchos ingredientes. Otras opciones recomendadas son las puntillas con pesto o la rosca de calamares, súper tiernos y con un toque de pimentón muy acertado. Si os decantáis por las hamburguesas también las hacen muy buenas. Y para los golosos muy recomendable el brownie, pero en general todos los postres son muy buenos y generosos.
Si no le pongo las cinco estrellas es porque el servicio no me acaba de convencer. En mi opinión les falta un poco de atención, especialmente si estás en la terraza. No quiero que estén encima de mi pero si de vez en cuando se acercaran para ver si falta bebida o si todo está correcto no pasaría nada. Si mejoraran esto sin duda sería un cinco estrellas. Porque además la relación calidad precio es muy buena.

Hoy nos hemos decantado de nuevo por este local, para picar un poco con buena calidad. Cervecita y sangría para beber.
Ensalada de salmón, tataki de atún, huevos estrellados, pulpo y solomillo. ¿Qué queréis que os diga? Sabor, aroma, presentación y un trabajo bien elaborado hacen que esta vez le ponga 5 estrellas, porque a todo lo anterior con una relación calidad precio magnifica, hay que añadir el buen servicio: rápido eficiente y con simpatía y una sonrisa.
De la cena, todos los platos estaban deliciosos, bien condimentados (especialmente la ensalada, el atún y el pulpo) y realmente sabrosos.
Y la sorpresa llegó con el postre. Ya con poco sitio, decidimos compartir un brownie y una panacotta de horchata. Yo no soy fan del brownie, porque creo que le han dado más fama de lo que vale. Pues he de decir que éste en concreto, se sale. Se sale de lo habitual, con textura y elaboración diferentes a lo que conocía hasta ahora. Espectacular. Y la panacotta igual. Vamos: de lujo
Una vez más una magnífica cena en un local al cual acudo con los ojos cerrados.
¡Ah! El precio: 18 € por persona.

Dicen que el corazón de una casa es la cocina. ¿Y en un restaurante?
Pues creo saber la respuesta será el cociner@. La comida está muy, muy buena…
Este agradable lugar se come muy bien, siendo que en los postres se quedan un poquito cojos.
La música podría estar un pelin más baja (pero para los gustos colores)
Por hablar en colores me encanta la decoración sencilla escueta y congruente.

Sitio muy cuco y muy bien ubicado. Si bien he de decir que entre porque me llamó la atención el mural/​ilustración de Paula Bonet (que no se muy bien si era imitación o verdadero) aun así me encantó. Muy agradable, volveré.

Este es el típico sitio que aunque hayas ido muchas veces siempre te apetece volver, además es una apuesta segura para los días que no quieres arriesgar. En la carta tienes entrantes fríos y calientes, también hamburguesas y tostas y algún plato de carne y pescado. Nosotros siempre que hemos ido hemos pedido varios platos para compartir. Al principio te ponen de cortesía un pan de aceitunas recién horneado con humos y tomate. Esta vez pedimos para 4 personas: puntillas con pesto negro y alcachofas, que por cierto, me encantan, timbal de esgarraet, patatas con huevos de corral y jamón y patatas gajo con cremoso de gorgonzola y cebolla crujiente. Nos lo trajeron todo muy rápido, nos juntamos con todos los platos llenos en la mesa. Quizás es porque la cocina la cierran a las 10:30, así que si queréis ir tiene que ser prontito… También pedimos 2 postres y 2 gintonics y salimos por 17 €. Aunque han quitado algunos platos de la carta que tenían hace unos meses sigue estando muy bien.

Estuve tomando una cerveza con unos amigos allí, así que no puedo juzgar mucho más allá de la atención recibida, que fue correctísima. Los dobles de cerveza a dos euros, muy bien. La terraza da a la iglesia y al mercado, y allí te das cuenta que Ruzafa es el barrio de moda en Valencia.

Los menús de Russafa oscilan entre 9 y 10 euros y me preguntaba la por qué Amadeus costaba un eurito más, 11. Bien, pues los beneficios superan este nimio incremento. Las razones: un espacio acogedor, luminoso, abierto a la calle con grandes cristaleras, un trato cercano y amable y, sobre todo, unas raciones abundantes en número y en cantidad no exentas de calidad.
Te acogen con un aperitivo de pan tostado con tomate y a continuación ya puedes comenzar a degustar los dos primeros, vamos, que no has de elegir. En este caso se trataba de una tosta de berenjena y queso y una cazuelita de vichyssoise, ambas nada pesadas, ligeras y sabrosas.
Como platos principales un pescadito similar a la dorada con guarnición de verduras, un puntito excesivamente horneado para mi gusto, y una hamburguesa vegetal de falafel ¡muy, muy rica!
Trozo de tarta de cuajada enooome para acabar las viandas y cafetito para clausurar la comida.
Lo dicho, 11 euros más que justificados

Pos se ve que he tenido mala suerte…
Y si, el sitio es muy guay y la comida está buena… felizmente…
Porque la vez que fui habíamos dos mesas y el camarero tardó en atendernos a mi y mi chica todo lo que quiso y más…que miraba el ordenador, que conversaba con otros clientes, que si esto, que si este otro… yo veía incluso mi ensalada en el pase de cocina y como si no existiese vamos…
Por eso digo que felizmente lo que comí estuvo buenísimo…a ver si les damos otra oportunidad un día de estos, después de leer los buenos comentarios de los colegas Unilocaleros…

Conocí casi por casualidad este local hace un par de años, paseando por la zona del mercado de Ruzafa. Entré y mientras me tomaba mi característico café con leche pensé que el sitio era muy pero que muy guay. Así que como estaba preparando un corto que precisaba de una cafetería, le pregunté a los responsables si me dejarían grabar allí, y muy amablemente me dijeron que estarían encantados de ayudarme. Dicho y hecho, días después lleve a todo el equipo de rodaje, con los inevitables focos y molestias y grabamos la secuencia. La pareja que nos atendió antes, nos ayudó en todo y jamás perdió la sonrisa (si alguna vez habéis estado en un rodaje sabréis que por muy sencillo que sea siempre ocasiona incomodidades). Fue un lujazo grabar en un local tan chulo regentado por gente tan enrollada.
Pero como supongo que muchos de vosotros no grabaréis todos los días la secuencia de un corto en una cafetería, os diré que se come estupendamente en Amadeus Lounge y que los precios son atractivos. Así que no dejéis de visitar este fantástico local.

Fue de los privilegiados, y todavía lo es, porque comparte junto con un par más de locales y establecimientos, uno de los rincones emblema del barrio; la conjunción de la zona peatonal entre el mercado de Ruzafa y la iglesia de San Valero con lo que, siempre hay gente en la zona y, por extensión, en el Amadeus.
Con una terraza que cada vez parece más amplia y que defiende su territorio con firmeza que se llena en verano y entretiempo, e incluso en invierno cuando se permite unos rayos de sol.
Hay menú a mediodía y también carta por las noches para cenar. Los fines de semana ya está copado porque es el previo a una noche que puedes alargar todo lo que quieras.
Tómate lo que quieras, desayuna o almuerza, come, merienda o cena. El trato del personal es bastante agradable y el local en sí es muy agradable.