Ya había estado en este sitio hace algún tiempo y la verdad es que siempre me había encantado. Era un bar«cutrecillo» de esos que nunca entrarías voluntariamente si no es porque alguien te lo había recomendado pero tenían un embutido y una carne riquísima y encima te ponían unos super buenos platos de tapas cuando pedías una bebida. Ahora sigue estando en el mismo lugar pero ha cambiado completamente la estética. Lo han reformado completamente y tiene un aire muy andaluz. La única cosa que no me gusta es que han quitado el patio andaluz que le daba una vida y un toque genial, pero entiendo que con esta nueva distribución pueden meter más mesas y aprovechar también el invierno. Ahora el sitio da a dos calles y como he dicho es todo nuevo. Los precios son razonables, 1.5 euros por caña con tapa incluida. Estuvimos el sábado tres amigos y nos pedimos dos cañas y una cola y nos pusieron una ración de choricitos que estaba de vicio. Jamones, lomos, quesos y un montón de cosas más «asoman» por el escaparate mientras la gente puede tomarse algo en la terracita. Sin duda un sitio muy recomendable para comer bien y barato. Hacen honor a su nombre y a la cultura granadina.