Un restaurante ideal para ir a tomar la paella del domingo en familia. Buen precio y comida valenciana de calidad. Para comer paella hay que encargar con antelación. La típica de conejo y pollo está muy buena, es la que pedimos este domingo cuando fui a comer con la familia y a todo el mundo le gustó mucho. Las raciones son generosas e incluso hubo quién pudo repetir. También pedimos unas ensaladas y patatas bravas, cerveza y agua. Los postres son más normales, el tiramisú no es casero y no se pasa demasiado, pero el flan sí lo es y está riquísimo. Con todo(paella, bebida, entrantes, algunos postres y algunos cafés) salimos por unos 14 € por persona. El sitio me pareció muy acogedor, con decaroración rústica y una terraza cubierta con un tejado sobreelevado que hace que el sitio sea perfecto tanto en verano como en invierno. Lo único que no me terminó de gustar fue el trato recibido. Sirvieron todo correctamente, pero la dueña, que fue quién nos atendió, es un poco seca, llegando a ser incluso borde. Para que os hagáis una idea: fuimos a reservar la paella para las 14:30, pero nos insistió mucho en que llegarámos antes, por lo menos 15 minutos antes. El caso es que hicimos como nos pidió, y al llegar va y nos recrimina: «Es que habéis llegado muy pronto». ¡Pues cualquier sabe! Una pena, porque el sitio es bonito y acogedor, la comida está muy buena y el precio está muy bien.