Dogos

Si te quieres sentir mínimamente torrejonero, no debes irte sin pasar por el Dogos.
Cualquier cosa que pidas está deliciosa.
Debes tener en cuenta que no abren para comer. Es un detallazo que tengan latas, puesto que se presta mucho a pedir para llevar.
Como bien dice Rocío GR, Larga vida al Dogos!

#juevesdereseña Solo tengo cosas bonitas que decir del Dogos. De lo mejorcito de Torrejón, lugar donde he vivido toda mi vida. Pasó mucho tiempo desapercibido para mí, pero desde que estuve la primera vez… siempre que he podido he hecho un alto en el camino para pillarme un mixto. Sí… ¡un simple mixto! Pero es que esa plancha… ¡ay, qué plancha! ¡Y qué arte!
El Dogos es una hamburguesería minúscula donde la gente se amontona en la barra o en la calle (si hace bueno y no quieres oler a hambuerguesa), con su botellín de cerveza o su lata (a no ser que vayas pronto, la cola es tal que la gente espera birra en mano; tienes que pedir la vez, como en el mercado), observando cómo elaboran esas hambuerguesas, esos perritos, esos mixtos… porque en el menú no hay más, pero con eso sobra y basta. Son todo productos del día, todo casero y a precios también caseros. Eso sí: sin florituras, así que no esperes acompañar tu cena con patatas. Y por la mañana no está abierto; creo que abren sobre las siete u ocho. Puedes pedir para llevar (ojo al dato con esa precisión cortando a mano el papel plata) o comértelo allí, en esos platos plastiqueros de camping.
En fin, creo que todo lo que pueda decir se queda corto, y dudo que los foráneos lo vean con tanto amor como yo, pero este sitio se merece una estrella Michelín en la categoría «Hamburguesería-​tugurio». Me falta uno así en mi barrio nuevo…
¡Larga vida al Dogos!