Reto

La Asociación Reto es una ONG formada por extoxicómanos que intentan ayudar a jóvenes, y no tan jóvenes, metidos en el mundo de la droga dándoles apoyo psicológico, formación y sobre todo, oportunidades.
Mi familia lleva toda la vida colaborando con la asociación en la medida de los posible. No es que hagamos aportaciones económicas, es que participamos en los proyectos que tienen creados para apoyar a tanto a los ex como a los toxicómanos: donación de comida, ropa, mobiliario… Lo mejor de todo, es que ellos son los que se encargan de recogerlo, en tu propia casa. Cuando lo que donas no está en perfecto estado, ellos son los que se encargan de repararlo, por lo que es una manera de que ellos aprendan un oficio y se sientan útiles.
Después, todo lo que acumulan pueden repartirlo o venderlo. Eso hace que tengan una especie de mercadillo particular con todo lo que la gente les dona. Pero lo mejor es que no es un mercadillo. Es un mercadazo. Con todo lo que puedas imaginarte. Sólo tienes que imaginarte todo lo que la gente en algún momento de su vida no quiere y dona. Existen millones de posibilidades de que encuentres lo que buscas.
Mi piso nuevo tiene varios muebles de Reto: un baúl, una estantería. Y Reto tiene más de un mueblo que antes estuvo en casa de mis padres: cómodas, armarios…
¡Viva el trueque!

En mi casa colaboramos de vez en cuando con asociaciones como Reto. Ocasionalmente, cuando cambiamos algún mueble, televisor, ropa que ya no nos vale o cacharros que ya no usamos, llamamos para que vengan a recogerlo. Así, además de librarnos de cosas que ya no nos son útiles, colaboramos con una buena causa: la lucha contra la drogodependencia.
Con todo lo que recogen (que me consta que es mucho) tienen un mercado de segunda mano montado que es una cosa tremenda: dos plantas de mercado, en un enclave privilegiado, en el que se puede encontrar casi cualquier cosa. En la primera planta, quizás algo más desordenada que la segunda, hay todo tipo de chismes, desde cintas de vídeo a palos de golf.
En la segunda planta se acumulan todo tipo de muebles, que se encuentran en perfectas condiciones. Los que iban un poco cascados, los reparan ellos mismos. Porque la asociación también tiene talleres en los que enseñan una profesión a la que dedicarse una vez que la persona dependiente se ha rehabilitado. Talleres que se mantienen con lo que consiguen sacar en el mercado.
Aquello es un espectáculo digno de ver. Se pueden encontrar cosas de lo más variopinto, y a unos precios totalmente de saldo. Y si encima se colabora con una buena causa, todo el mundo sale ganando.

Me gustan mucho todos estos mercadillos de mobiliario de segunda mano, sobre todo si ayudas a una gente que está intentando reorientar su vida.
Los conocí cuando mis vecinos dejaron el piso de alquiler en el que vivían y el propietario, que era amigo de mis padres, quería vender el piso, así que decidió dar una vuelta al piso dándole una manita de pintura y vaciándolo. Para deshacerse de los muebles llamó a los chicos de Reto. La historia es que el dueño no vivía en Sevilla y fui yo la persona que recibió a los de Reto. La verdad es que se llevaron casi todas las cosas que estaban en uso y eran aprovechables.
Ya me picó el gusanillo y me llegué hasta la tienda, porque uno de los chicos me dijo que a veces también les entraba algún mueble antiguo y alguna cosa curiosa. Así que me plante en la tienda (más grande de lo que me esperaba), pase directamente a la segunda planta que es la de mobiliario y allí me encapriche de una mesa de hierro de una antigua máquina de coser. Me costó menos y nada. Cuando bajaba a la primera planta de di cuenta que en un rincón tenían libros, así que allí me lié a chusmear a ver si encontraba algo interesante. Y como el que busca encuentra, me tropecé con una colección de libros de botánica (el famoso font quer entre ellos) a la que no pude resistirme. Al salir pregunté si tenían más libros sobre plantas y me dijeron, que dependía totalmente de lo que entrara, que era algo muy aleatorio.