Raimundo

Este era el típico bar de barrio de tres estrellas que servía para solucionar cualquier apaño cuando no tenía comida o cena en casa. Desgraciadamente, le quito una estrella porque ya ni siquiera cumple esa función.
Últimamente, la atención del personal deja bastante que desear, especialmente cuando tienen montada la terraza fuera ya que no aumentan el número de camareros y las esperas son demasiado largas y caóticas.
También he notado que últimamente, las tapas que son las clásicas de siempre (ensaladilla, huevos rellenos, croquetas, pescado frito, etc.) han bajado bastante de calidad y es que la ensaladilla ya no está tan fresca y los fritos resultan bastante aceitosos y pringosos.
Es una pena que un bar con tanta historia en el barrio esté así ahora mismo pero espero que solo sea un bache y que pronto tenga que escribir para actualizar mi reseña.

Después de tomarnos unos caracoles en el Kiki, nos dirigimos a este bar a tomar unas tapas.
Es una taberna típica. Probamos el adobo, los chocos fritos, el chipirón plancha y unos caracoles. Las tapas estaban buenas, a excepción de los caracoles que apenas tenían sabor.
El servicio fue algo lento, a pesar de no haber mucha gente. Tuvieron el detalle de invitarnos a una ronda por el tiempo de espera.
Lo mejor del sitio: las mesas que tienen en la terraza, en un sitio bastante tranquilo.

Yo no sé si es realmente la mejor cerveza del mundo, pero lo que sin son, sin duda, los camareros más simpáticos y atentos «del condado». La atención es exquisita y no se les pasa un detalle.
He estado varias veces tapeando (la última el viernes pasado) y siempre he salido más que satisfecho. Los serranitos son espectaculares, las hamburguesas también, pero es que los san jacobos, idem de lo mismo. Todo muy bien de precio y con WIFI gratis incluida.
El ambiente de lo más variopinto, lo mismo te encuentras un grupito de chavales de 18 ó 20 años, que te encuentras un grupo de jubilados o parejitas con niños. Para los aficionados al fútbol (no es mi caso) tienen un pedazo de televisor donde poder ver los partiditos bien comidos y bebidos.
Ahora que lo pienso es la cuarta vez que voy en muy poco tiempo… lo mismo es que se está convirtiendo en mi bar favorito de la zona… así… a lo tonto.

que bien comimos todos el viernes, buena calidad, buen servicio y estupendo precio de menu. lo mejor las gambas al ajillo y el tarta de queso con galletas. Iremos de nuevo pero con la familia

«Raimundo, la mejor cerveza del mundo», ese es el lema de este local escondido en una esquinita de la calle San Benito y donde se come de manera auténticamente espléndida cualquier día a cualquier hora.
Es un bar ideal para un tapeo rápido, además dispone de muchas mesas y varios salones en los que comer, por lo que es un local muy demandado para organizar comidas de empresa cuando llega el mes de diciembre.
Tienen desde ensaladilla hasta albóndigas con tomate, serranitos, montaditos y muchas cosas más ya que es un bar con una oferta gastronómica amplia, aunque limitada en cuanto a «delicatessens».
Los días de fútbol el bar se pone de bote en bote así que si quieres pasar un rato tranquilo no es para nada buena opción.
Si estoy por la Calzá, no dudo en tomarme algo en El Raimundo, un bar con precios inmejorables y con una calidad en sus platos más que contrastada.

Ya, antes de trasladarme a esta zona, habíamos venido alguna vez a degustar su cerveza atraídos por su pegadizo «slogan», Cervecería Raimundo, la mejor cerveza del mundo. Y es que el marketing es una poderosa arma hoy en día.
Pero ha sido una vez que nos hemos instalado en una calle aledaña cuando me he hecho fiel parroquiano. Sus camareros son efectivos.
Para el desayuno es mi opción mas cómoda, aparte de que me gusta que tengan muchos periódicos diferentes para elegir, que eso de leer siempre el mismo dogmatiza mucho.
Para ver el fútbol tiene un ambientazo, pero eso te rebaja el nivel de comodidad que me gusta para esos casos.
Para comer tienen muchísimas tapas y raciones variadas, tanto de pescado como de carne, aparte de sus serranitos que mas de una vez te hacen el «avío» si quieres «fastfood».
Es un bar de batalla, no lo niego, pero al menos puedes comer por cinco o seis euros, que hay miles de bares de esta calidad que te cobran el doble. Tienen wi-​fi