El de Ricardo en la Alfalfa es mi quiosco. La lógica para que así ocurra es la habitual y común a todos los mortales: es el que está más cerca de mi casa. Cuando era pequeño el negocio lo regentaba Ricardo padre, que aún hoy, algún domingo, aparece por aquí. Ni él ni su heredero puede decirse que sean la alegría de la huerta, pero han sido y son mis quiosqueros y con eso me basta. Internet ha hecho que no compre la prensa a diario, solo los fines de semana. Pese a esto, sigo manteniendo una excelente relación con el propietario y el empleado habitual que atiende la venta cuando él no está.
Paco P.
Classificação do local: 4 Sevilla
El primer recuerdo que me viene a la memoria de este Kiosco, es de cuando los domingo se disponía en esta céntrica plaza sevillana, el mercado de pájaros y mascotas que no se que ha sido de él. Lo que sé es que sanidad vio conveniente retirarlo de la Alfalfa por cuestiones de higiene, creo que fue cuando empezó a hablarse de la gripe aviar. Un Kiosco siempre es un buen amigo, dependiendo de donde vivas le mantienes fidelidad a uno u otro. Yo nunca viví en la Alfalfa pero si muy cerca. Pasaba constantemente por allí y compraba muchas y variadas cosas, sobretodo el periódico, porque cuando viví por allí mi churrería habitual si que estaba en la Alfalfa. Esto también solía pasar los Domingos. Creo recordad que en España, tener un kiosco, ha sido durante mil años un pelotazo, hubo épocas oscuras en las que se otorgaban a familias en las que uno de los miembros era disminuido psíquico. Se convertían en un regalo, que heredarían tus hijos y después los nietos. Desde que supe esto entendí porque son negocios tan inamovibles y estables, aún así, me parece un currazo sobre todo por lo que hay que madrugar.