Porta Rossa

Fui con mi pareja a cenar, el lugar es muy tranquilo y acogedor. La comida es excelente con todo tipo de pasta y carnes, destacar la burrada, el hojaldre de espárragos y en especial la bistec fiorentina, un chuleton de ternera sublime, la mejor carne que hemos tomado.

Situado en pleno Arenal, entre las calles Adriano y Pastor y Landero, es uno de esos sitios a los que se vuelve. Si vas en fin de semana es preferible reservar, pues suele llenarse más o menos temprano.
No es un italiano al uso. Podría decirse que es un italiano de lujo, pero acogedor. Decorado de forma muy sobria, sencilla pero elegante. Todo de madera y en todos crema. Es relajante.
Al llegar, los camareros te atienden con mucha educación y de forma muy formal pero cercana. Yo había reservado, y el chico con el que hablé, al llegar me llamó por mi nombre, un detalle, pues hace que te sientas bastante cómodo.
La carta no es muy extensa, pero tiene mucha variedad, a excepción de pizzas, que no las venden. Sin embargo, hay ensaladas, entrantes, pasta, risotto, carnes, pescados, postres y una amplia variedad de vinos (blanco, tinto y rosado) la gran mayoría de importación italiana. Tienen, además, una selección de platos fuera de carta.
Fuimos dos personas y tomamos un entrante a compartir (carpaccio), risotto funghi, un plato de tagliatelle con ragú de ternera (fuera de carta) y de postre compartimos una panna cotta.
Todo estaba decilicioso. La pasta en su punto, el arroz meloso, el carpaccio muy bien condimentado, y la panna cotta sublime.
Los camareros súper agradables y profesionales. Muy pendientes de que no faltase nada, pero sin ser pesados.
El precio, con lo citado anteriormente más tres refrescos, 42 euros, además cobran el cubierto a 1,60 y mientras esperas la comida, te sirven unas olivas y unas pizzetas para abrir el apetito.
Veredicto, un 10 y la seguridad de volver a darme un homenaje, que un par al año, no hacen daño.

tiempo llevaba intentando ir, solo tengo que decir que sus platos me sedujeron no solo por presentacion sencilla pero
correcta, sino por su sabor tradicional, recordando una cocina delicada y bien elaborada.
Buen servicio, lo recomiendo

Muchos años disfrutando de este magnífico restaurante, tanto en su anterior emplazamiento como en el actual, incluso cuando en este actual tenían la pizzeria. Si buscan pizza aquí no la van a encontrar, es un restaurante italiano que prescinde de las pizzas y su nivel es insuperable por ningún restaurante de este tipo en la provincia de Sevilla. Su Lasagna es la mejor que he probado en mi vida, siempre me que puedo las pido donde las hay y sublime en este restaurante. Su bistecca no encuentro palabras para definirla. La ensalada de queso de cabra con anchoas y pera es espectacular al igual que su pechuga de pollo con salsa de champiñones o sus pastas que son magníficas y su panacotta de caramelo que es el postre perfecto con el que cerrar la visita a este gran italiano.

Solo he ido una vez, de momento, a este restaurante italiano del barrio del Arenal, pero la verdad es que me encantó. Acudí siguiendo las buenas críticas leídas por Internet y también tras escuchar la buena valoración que hizo de él un contertulio de «Herrera en la Onda», mi programa de radio favorito. Ciertamente, merece todos esos parabienes porque se come muy bien y a un precio extraordinario.
Porta Rossa se ubicaba hasta hace poco en Pastor y Landero, pero ahora se han mudado a un nuevo local en la cercana calle Arenal. El nuevo emplazamiento está algo más escondido, si bien su mayor amplitud y comodidad lo compensan todo. La sala principal no es un marco especialmente atractivo, romántico, ni nada por el estilo, aunque sí bastante agradable. Los camareros también lo son.
Es un restaurante italiano en toda regla, con una carta amplia y muy bien rematada. Aquí no solo puede comerse una excelente pasta, sino también carne y pescado preparados a la manera de aquel país. En Italia, por mucho que imaginemos lo contrario, la gente no se alimenta todos los días de lo mismo. Pese a todo, como soy un fanático de su cocina, no tuve más remedio que pedirme una lasaña, sin lugar a dudas de las mejores que he probado de manera reciente. Ana sí que innovó y optó por un bacalao a la fiorentina que nada tenía que envidiar a los de Baco. Por supuesto, regamos la cena con Lambrusco. Antes nos tomamos una copa de Solera 1847 (todo un detalle, poco usual, que tengan vino de Jerez en un restaurante de este tipo).
Desde aquel día, lo tengo bastante claro: si tengo que recomendar un italiano ese es Porta Rossa, diferente a todos y, puede que por eso, atractivo a diferentes tipos de público y al alcance de cualquier bolsillo.

Solo he tenido el placer de asistir una vez en lo que llevo de vida, y espero que no sea la última.
Magnifica comida italiana la que se sirve en este restaurante, y además como dice el compañero Jose atendido por el propio dueño (siempre se agradece ese acercamiento ;))

La mejor comida italiana de Sevilla con diferencia, en un local algo pequeño (recomendable hacer reserva) atendido por el propio dueño. Magníficos postres