Entrando por la calle San Jorge, Betis o Pureza. Atravesando el puente o paseando por el bullicio de la calle San Jacinto. Da igual por donde entres. Da igual por donde salgas. Estás en el pulmón de Triana. ¡Ay, qué loquito me tienes cuando recorro tus fachadas! ¡Ay, qué contento me pongo cuando te veo y me siento en casa! No lo puedo evitar, esta plaza forma parte de mi vida y de la de muchos trianeros y sevillanos. Punto monumental de encuentro. Donde el tiempo se para. No hay día que no pise sus baldosas y me quede maravillado con su vistas. A su alrededor se distribuyen –como figuritas de juguete– un mercado con historia, un castillo de brujas y cerámica, un peaje a la ciudad hecho puente, una pequeña capilla que recuerda a la Plaza de España, una farmacia que da nombre a una calle y unas calles que llenan de vida a un barrio. ¿Te parece poco para rendirle homenaje con una visita? El Altozano es mucho Altozano. Aquí se ofrece el pregón de la Velá de su querida Triana, se cantan carnavales, se vive la pasión de las cofradías del barrio y se da rienda suelta al arte flamenco. Posiblemente por eso, su centro está coronado por una estatua de una flamenca, emotivo homenaje a este arraigado arte. Pero sin lugar a duda alguna, lo que a mí me maravilla son las vistas que ofrece a las orillas de Sevilla. Párate y deléitate con una paisaje imborrable que se condensará en tus pupilas y no habrá quien te lo saque. Pásate por la estatua a Juan Belmonte –torero trianero por excelencia-, agáchate y siente por tu corazón, lo mismo que él siente por el suyo, una mirada a la reina mora de Sevilla. Visita obligada. Un sitio espectacular para fotógrafos, turistas y autóctonos. Deja de leer, sal a la calle y vete al Altozano.
Txema M.
Classificação do local: 5 Sevilla
#LunesDeReseña Pese a que Triana es un barrio desconocido casi por completo para mí, hubo un tiempo en que pasé por el Altozano más de lo que hubiera querido por aquel entonces, así que esta zona al menos sí me la conozco mejor. Se trata de una plaza bonita, peculiar, donde empieza Triana, en un enclave privilegiado. Elementos cercanos como la Capilla del Carmen, el Puente de Isabel II, el Mercado de Triana, el Castillo de San Jorge, la mítica calle Betis, la no menos mítica calle Pureza, la zona peatonal de San Jacinto… El Altozano es el epicentro de todo esto y mucho más. A mí me gusta venir con tranquilidad, cruzando el puente a ritmo de paseo, sin prisas, sin agobios… Las vistas desde la plaza al Guadalquivir con Sevilla y la Giralda al fondo, viendo el Paseo Colón, en un atardecer de otoño o primavera son, sencillamente, sobrecogedoras.
Idoia R.
Classificação do local: 4 Sevilla
Me encanta esta plaza! A un lado el puente de Isabel II, al otro la calle Betis, al otro el mercado de abastos de Triana y por último la calle San Jacinto. En este punto convergen 4 puntos de los más importantes de la ciudad de Sevilla y este barrio tan peculiar. Sitio de paso obligado de las cofradías del barrio y mención especial tiene la estatua en honor al arte flamenco, me encanta :)
Angel S.
Classificação do local: 5 Sevilla
La puerta de Triana… Una maravilla en cualquier época del año para pasear, fotografiar o tomar algo en cualquiera de los bares que alrededor.
Álvaro B.
Classificação do local: 3 Sevilla
Cruzamos el puente de Triana y desembocamos a la amplitud de esta plaza, una plaza en la que el tránsito no se detiene, ni de coches, ni de personas, ya que allí mismo encontramos el mercado, bares, además de varias calles del barrio que confluyen en este punto, como son Callao, San Jacinto, Pureza y Betis, casi na. En su tiempo esta plaza era donde se reunían los viajeros venidos del Aljarafe antes de llegar a Sevilla cruzando el antiguo puente de barcas. En esta plaza encontramos dos señales de indentidad netamente sevillanas, el flamenco y los toros, a través de dos monumentos que encontramos situados a ambos lados de la misma. En el monumento al flamenco, puede verse a una mujer vestida de flamenca sosteniendo una guitarra sobre un yunque, ¿qué representa?, pues las tres vertientes del flamenco: el baile, el toque, y el cante, ya que antiguamente el cante flamenco se llevaba a cabo en las fraguas. El otro monumento de la plaza no se queda detrás en lo que a simbolismo se refiere. Está dedicado a Juan Belmonte, «El Pasmo de Triana», uno de los toreros más importantes que ha dado la historia, ya que cambió el concepto de tauromaquia de principios de siglo acercándose al toro con movimientos elegantes y acompasados. Su estatua mira a la Maestranza, y tiene la peculiaridad de que a través de si corazón –mirando a través de la cavidad de su espalda– puede verse la Giralda al otro lado de Sevilla.