Mr. Pizza

Ayer fui, por primera vez en mucho tiempo, a Mr. Pizza. Era un sitio que me gustaba bastante, así que como estábamos en la zona y era la hora de comer, propuse entrar y sentarnos.
Las pizzas son artesanas y de muy buena calidad, lo cual explica los precios. Estos van desde los 5 a 9 euros y pico para las pizzas medianas y pasan de 13 para las «maxi». Las recordaba más baratas, así que esto fue una sorpresa. Pero con una mediana comen dos personas (por lo que sale a unos 5 euros por cabeza) y con una «maxi» pueden comer hasta 4 personas. Hay muchas opciones donde elegir, y puedes añadir ingredientes extra. También venden, por 2 euros, porciones de pizza (que son tan grandes que no caben en los platos).
Hay una jarra de agua en la barra, lo cual es fantástico. Y tienen servicio a domicilio y ofertas varias.
El local no es pequeño, tiene varias mesas altas en la parte de alante y algunas más grandes detrás (si mal no recuerdo, porque la última vez que fui no entré del todo). Aun así, tiene algo que no acaba de convencerme.
En definitiva, es un sitio muy recomendable para ir en grupo o en pareja.

Una de mis pizzerías favoritas, la calidad precio es inmejorable y te tomas una pizza mucho mejor que en cientos de establecimientos de la ciudad (desde la masa a los ingredientes). Se trata de una franquicia de una cadena portuguesa. La pizza grande es un disparate de grande. Recomendadísimo.

Muy buen sitio para comer Pizza. La verdad que se lo recomiendo a todo el mundo, incluso a aquellos que pasen por allí y tengan un «agujero» en el estómago xD ya que venden pizza al corte. Volveré!

Anoche, un amigo me llevó a cenar a este local del que llevo tanto tiempo oyendo hablar. Las pizzas son bastante grandes y están riquísimas…totalmente italianas. No tienen nada que ver con las del Telepizza o cualquier compañía de comida rápida, se notan que son artesanales y que los ingredientes son de primera calidad. También son muy baratas, en relación calidad-​precio.
Lo que sí es verdad es que el local es bastante impersonal, y un poco incómodo.

Oye, que cuando hay un sitio que se merece sus estrellas, se las merece de todas todas. Ayer descubrí las pizzas de este local leyendo críticas en Unilocal y decidí probar. La verdad es quedamos encantados. Las pizzas son muy baratas y están riquísimas. Son mucho más artesanales que las del Telepizza y tienen los ingredientes muy bien equilibrados.
Al parecer, se trata de una cadena portuguesa con buena fama allí, así que les animo a que sigan involucrándose en Sevilla, que veo que tienen futuro. Eso sí, a mejorar el local porque lo de reutilizar el Papasá sin apenas reformarlo le quita esa quinta estrella!

Al final de Menéndez Pelayo, por Puerta de la Carne, está esta pizzería, quizá una de las mejores de Sevilla.
¿El motivo? Hay trozos de pizza más grandes que mi cabeza. (Porciones, no me refiero a la pizza entera.) Una vez compré una de las grandes, que salió por 12 euros, y no me cabía por el portal de mi edificio. De ahí cenamos mis dos compañeros de piso y yo, y nos quedamos bastante llenos. Es decir, que por 4 euros se puede comer pizza.
Y de sabor está bastante bien, a mí me gustó. No son congeladas como en otras cadenas, es más, puedes ver cómo hacen la tuya.
Ahora mismo me comería una, sin duda, jeje

Uno de los lugares de Sevilla donde más adolescentes por metro cuadrado encontrarás es en Mr. Pizza. ¡Menudo éxitazo con este sector! La verdad es que las pizzas están buenas. Además las hacen a la vista, no hay cocina dentro sino un espacio central con la caja de cobro y los chicos amasando y horneando. El tamaño es correcto, y la próxima vez que vaya pediré la que tiene como ingrediente «salsicha», que me hizo mucha gracia.
No es grande el local pero puedes estar cómodo, aunque casi diría que comas mejor dentro del local, pues con tanto trasiego de gente y la polución tan cercanos… A mí al menos no me gusta comer en calles con tráfico constante.
Llama la atención que para el postre y las bebidas no te los entreguen al hacer tu pedido, sino que tienes que ir tú al refrigerador. Desde luego eso es depositar confianza en la clientela, no sé, he visto tanta gente «avispada» que yo desde luego no lo haría.

Es curioso, pero me ha surgido una duda al pensar en este restaurante… ¿debería llamarlo italiano… o portugués?
Por extraño que os resulte, lo cierto es que Mr. Pizza pertenee a una cadena de restaurantes originaria de Portugal, y muy famosa allí. Y el motivo de su popularidad, que le ha llevado a dar el salto a nuestro país, no es otro que algo que todos buscamos: el tamaño.
El tamaño importa, amiguitos. Vaya si importa –recordad que seguimos hablando de pizzas-​. En Mr. Pizza, por apenas doce euros, podemos meternos entre pecho y espalda una pizza de las que hacen historia. Es el local perfecto para ir con los colegas, compartir la cena y terminar hasta arriba. Uno de los pequeños placeres de la vida, como todos sabemos.
El local es amplio y tiene una estética sobria pero agradable, aséptica. Sin duda, es una alternativa fresca y diferente a las grandes firmas de las que todos acabamos cansándonos.

Me costó trabajito distinguir que esta pizzeria no era un Telepizza, esa fachada tan roja y tan poco personal, me tuvo confundido bastante tiempo. Es más comí pizza en el cumpleaños de mi amigo Angel sin saber que era de este sitio.
Posteriormente en verano, vinieron unos días unos amigos de Portugal a visitar Córdoba y Sevilla. Y al salir de los jardines de Murillo para ir al acueducto pasamos por la puerta. Ellos se quedaron sorprendidos pues no se esperaban que una cadena portuguesa tuviera un establecimiento abierto en Sevilla. En ese momento, me di cuenta de que en el escaparate, donde pone Mr. Pizza y no Telepizza había y hay una pequeña banderita de Portugal.
El restaurante es muy simple cuatro mesas y cuatro sillas que invitan más a pedir la pizza para casa que para comerla allí. Nosotros comimos 3 pizzas enormes, una toscana, una caprichosa y mi favorita la 4 quesos, de precio me pareció tirado porque no llegamos a pagar diez euros cada uno, y las pizzas estaban buenas, no eran el típico cartón con queso y tomate, ni la masa era una suela.
Como el sitio no invitaba a quedarse, al final optamos por pillar unas latas fuera y volver a los jardines a comer allí al solecito.