Matrix

Yo no soy muy de copitas, pero si el Matrix es algo, es un bar de copas, teniendo un nombre que me gusta tanto (soy un loco de la película) no es de mi sitios preferidos, está bien ubicado, tiene un buen local y todo, pero imagino que no lo he visitado tantas veces como debería o estoy acostumbrado a otros sitios.
No es caro y tiene muchas opciones, tres o cuatro mesitas fuera para cuando hace calor y dentro un amplio local con videoclips en la tele, típico, nada especial.
Así que lo dejo en un local de copas, normal, bien. Nada destacable.

Habiendo trabajado varios años en TorreTriana, ese hormiguero de trabajadores públicos, comprenderéis que hemos barrido la zona en busca de los mejores desayunos de los que disfrutar con la tranquilidad que merece un funcionario (que conste que yo no lo era, pero que iba a hacer…).
Pues bien, los desayunos del Matrix están muy bien. Tienen varios periódicos para los clientes, y eso ya para mi es un par de puntos. Las tostadas son considerablemente grandes, el café está bueno y no te sale caro. Si vas a la típica hora del desayuno estará lleno de rubias teñidas vestidas de la marca esa del osito y hombres grises vestidos informalmente, es decir, funcionarios. Tienen un bono por el que te invitan a un desayuno cada tantos.
Alguna vez nos hemos tomado una copa después de habernos liado tras la salida del trabajo. Aunque no estaba mala, tampoco tenía nada especial.
Bueno para desayunar

Cuando abrieron Matrix en la Ronda de Triana, nos pusimos contentos porque era de lo más modernito y guay de la zona…
En esos años quedábamos de vez en cuando allí para tomar algún que otro café, o alguna que otra copa, por esos lares en los que Triana ya casi empieza a perder su nombre…
Pero conforme pasó el tiempo el ambiente de este bar se enrareció, o al menos a mí así me lo parecía y sigue pareciendo. Será que otras generaciones ocupan ahora lo que antes me pertenecía… Será que mi vida ha dado muchas vueltas y estoy tan lejos de aquello… Será que… No sé lo que será.
No obstante, reconozco que el sitio no está mal para tomar algo, sobre todo los días que hay fútbol y se quiere disfrutar en el gran televisor.

Estuve muchos años pasando por la puerta hasta que un día me decidí a entrar.
A ver, ese nombre ¿a qué viene… si luego miras por las ventanas y lo que se ve es un café de lo más normal del mundo, con sus máquinas tragaperras y todo. Con su reglamentaria televisión de pantalla plana con videoclips mientras suena otra cosa, con sus sofalitos, mesitas y taburetitos…
Pues todavía no lo sé. Pero el caso es que un día, quedé con un amigo para un café, se vino al barrio y me dijo que entráramos, así que… total, allá que fui.
La verdad es que no tiene nada de especial para mi gusto. En este sitio te tomas un café por la tarde y por la noche una copa. Pero ni la música, ni la decoración, ni el público es mucho de mi agrado. Es raro el lugar. O seré rara yo, que también puede ser. Pero a mi no me convence.
El café está normal, la verdad es que se está bastante cómodo y tranquilo cuando hay poca gente. Pero es habitual ver a grupos de parejas con niños pequeños y cosas por el estilo. Eso al lado de unos cuantos canis y chonis… ¡Ay! Yo solo espero que todo esto sea producto de la casualidad de que se han dado tales características las veces que he ido yo.
De todas formas por esa zona tampoco hay mucha oferta de sitios de este tipo. Así que si te pilla en esta parte de Ronda de Triana y tienes ganas de tomarte un café tranquilito, es buena opción siempre y cuando te asegures de lo que hay dentro usando esas maravillosas cristaleras de las que disponen.