Las Reales Atarazanas

#lunesdereseña
Este comentario no puede venir en mejor momento: el pasado viernes fue presentado el futuro (prometedor) de este señalado espacio entre tanto patrimonio infravalorado en nuestra rica ciudad. Las Atarazanas fueron los grandes astilleros de Sevilla desde el siglo XII y que están directamente relacionadas con la historia portuaria de nuestra ciudad. Hay que tener en cuenta la proximidad del río, y que entonces todo lo que quedaba hasta allí era una explanada terriza llana y baja, a la cota del río.
Constó de diecisiete impresionantes naves de ladrillo donde se armaban los grandes barcos que recorrían el Guadalquivir e, incluso, viajaban al llamado «nuevo mundo». Si paseamos hoy por esas naves, podemos sorprendernos de su majestuosidad. Pero la sorpresa es mayor cuando pensamos que la cota actual del edificio es varios metros mayor a la original. En los sucesivos siglos la cota de la ciudad en el Arenal ha ido subiendo, y con ella la de las Atarazanas. Si bien se ha propuesto recuperar la cota original en varias ocasiones, razones de estabilidad lo desaconsejan.
Lo que hoy vemos de las Atarazanas es una pequeña parte de lo que fue: llegaba hasta la Torre de la Plata. Su dimensión, una vez dejada su función de astilleros, se redujo para acoger el Hospital de la Caridad, dependencias militares o, más tarde, la delegación de hacienda, muy próxima a la Avenida de la Constitución.
Pertenece a la Junta de Andalucía desde hace años, creo que desde que el ejército se las dejó. La administración autonómica siempre se ha visto incapaz de sacarlo adelante por si misma, y por ello lo dejó hace unos años en manos de laCaixa fruto de un acuerdo para establecer aquí el Caixafórum de la ciudad. Esto no salió adelante (el Caixafórum se va al complejo de la Torre Pelli), y tras renegociar, será la obra social de Caixabank quien restaure (por 10 millones de euros) el complejo y la Fundación Cajasol quien le de contenidos por 20 años, con el apoyo de la Junta, en busca de crear aquí «un espacio de diálogo con América». Y es que nuestra ciudad, que fue el máximo exponente de la comunicación europeo-​americana, ha perdido ese papel hace tiempo: La omnipresente Madrid tiene, atados y bien atados allí, elementos clave como la Casa de América o el Museo Nacional de América.
Pecaríamos un poco de engordar las expectativas si dijéramos que este nuevo proyecto recuperaría dicho papel, pero es un granito de arena; claro que una pata importante serán los contenidos, que tendrán que ir definiéndose con el tiempo. El reputado arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra ha diseñado el proyecto de rehablitación, que busca dejar el nivel bajo, al nivel de las naves y las arcadas, libre y diáfano, convirtiéndolo en una plaza pública abierta. El desarrollo de las exposiciones, auditorio y otras estancias expositivas se encontrarían en estancias superiores, que han sido bastante modificadas a lo largo de los años y que no tienen el valor arquitectónico o patrimonial de otras partes del complejo. Así se busca conseguir un nuevo punto de interés cultural y turístico en la ciudad, y que con suerte, según dicen, podría estar para el año 2017. Espero entonces pasear por este magnífico monumento, por un magnífico espacio cultural y divulgativo, y rehacer esta reseña para darle las cinco estrellas que merece y que no puedo dar por su estado actual.

El origen de las Atarazanas de Sevilla se remonta al siglo XIII, son Reales porque fue Alfonso X, el Sabio el que las mano edificar, si no recuerdo mal, hay una lápida que así lo atestigua en el Hospital de Venerables. El objetivo de estas era el de surtir a Castilla de naves y galeras para la guerra y el comercio.
El interior es bastante sobrecogedor y frío, 17 naves de estilo gótico mudéjar (ya nos habla de la fecha de su constricción) que se disponen de forma perpendicular al río, lógico si pensamos que debían facilitar la salida al río de las naves. Ahora las naves tal y como las vemos no tienen la altura que tuvieron en origen, ya que la cota del río era más elevada a la actual y por lo tanto los pilares de las bóvedas se encuentran sumergidos dentro de la Arena (por eso este barrio se le llama El Arenal (ya han hecho algunas catas para definir el nivel del piso inferior.
Ahora mismo hay un programa cultural asociado a las Atarazanas, y aunque no es imposible si es difícil visitarlas. La gestión y programación de las actividades corre a cargo la Fundación Atarazanas y de la Fundación La Caixa. Para visitarlas hay que ponerse en contacto con el teléfono 954 624 627. Merece la pena visitarlo es sencillamente impactante.

Descubrí este bello lugar de la ciudad hace años, coincidiendo con la etapa universitaria. Es un entorno mágico, con poca luz y bastante humedad, que me cautivó desde le minuto cero. El silencio del interior de sus bóvedas me sobrecogió. Recuerdo que cuando llegué y me ofrecieron la información sobre el espacio, conecté rápidamente con la historia de mi bisabuelo de Osuna. El vínculo fue la palabra «galera».
Mi bisabuelo Antonio era carpintero y muchas veces, además de para otros, trabajaba haciendo encargos particulares en el patio de la casa. Mi abuela me ha contado muchas veces que su padre construía galeras. Me sonaba a embarcación, pero no me cuadraba con las dimensiones del patio de la casa del pueblo. Y descubrí que las galeras, son también carros grandes con cuatro ruedas para transportar personas. Resulta que aquí, en las Reales Atarazanas de Sevilla, construidas por orden de Alfonso X, El Sabio, en el siglo XIII, se hacían galeras, pero no carros, sino embarcaciones para la Real Marina de Castilla. Con el paso de los años y conforme las embarcaciones iban siendo de mayor tamaño, tuvo otros muchos usos, siendo lonja de mercaderes, por ejemplo. Lo imagino y flipo.
Después de aquella vez he vuelto en varias ocasiones, normalmente como público en actividades culturales. Así, estuve en la proyección del documental de Isaki Lacuesta «La leyenda del tiempo» y también en una exposición de Pilar Albarracín.