Dispone de terraza con toldo y pequeño salón interior, el servicio de camareros es rápido y atento. La carta esta bastante bien, con gran cantidad de tapas con precios razonables. Aunque no esta mal, hay tapas que hay que leer con cuidado y entre líneas, ya que algunas son como el famoso anuncio de la radio que decía: — De primero una emulsión de huevos con tubérculos cocinados al punto de sal. + ¡Vamos, los que viene a ser una tortilla de patatas de toda la vida! — Si, pero a 100 € el plato. Pues mas o menos igual, en concreto tienes una que reza así: «pastel de foei y queso cremoso… con crujiente de patatas» Todo esto se reduce en: Pan de molde, con foeigras untado, queso philadelphia encima y con patatas fritas machacadas para adornar. Así que atento a lo que pides para no llevarte una desilusión.
Marta G.
Classificação do local: 3 Sevilla
Conocía este bar de mucho antes, había estado muchas veces de paso por la zona porque coge de camino a casa de una de mis hermanas. Pero hace poco estuve mucho más rato, casi dos horas, y por un curioso motivo. Se trataba de hacer un reportaje sobre los chicos extranjeros que venden pañuelos en los semáforos sevillanos y habíamos conseguido citarnos con uno de ellos precisamente en este bar. Se trataba de un chico joven, de apenas 22 años, pero que aparentaba incluso ser mayor que nosotras que le sacamos 8. Le invitamos a un par de refrescos mientras nos contaba la increíble historia de su infancia en su país de origen, cómo llegó a España y su vida aquí. Era la primera vez, nos dijo, que hablaba con chicas españolas. Por lo visto eso es algo imposible para ellos, no se suelen relacionar con españoles y menos con chicas. Lo que me sorprendió del bar en si es que mucha gente conocía y saludaba al chico. De hecho mientras estábamos allí alguien le dio una bolsa en la que se vislumbraban un par de bocatas. Me dio la impresión incluso que la mujer era la dueña del bar, pero eso no podría asegurarlo. En definitiva, me quedé con esa imagen de un bar familiar, en el que conocen a sus clientes e incluso entre ellos se ayudan. Valores que necesita mucho más esta sociedad.
CARMEN M.
Classificação do local: 4 Sevilla
El Cerezo es uno de esos barrios obreros sevillanos donde, si no fuera porque los coches se van modernizando, parece que el tiempo no pasa. Los bares son clásicos y llevan ahí desde que aterricé en la ciudad. Uno de ellos, y de los más señeros, es Las Colonias. Béticos hasta la médula, los dueños son casi como de la familia para todos aquellos que frecuentan sus interiores y sus veladores. Si eres de los asiduos, a primeros de año te regalan un estupendo calendario con fotos de familia. Nunca falta en mi pared de cocina. Es cierto, sí, normalmente te encuentras papelillos por el suelo y es seguro que no cuenta con la decoración más vanguardista. Pero todo se compensa si te pides una tapa de caracoles o cabrillas(¡cada año más grandes!), delicias que te harán, no tengas dudas, chuparte los dedos con gula. O si no, la paella de los domingos. Pero si hay algún plato por el que destaca el bar es por el excelente solomillo al whisky. Sazonado con cebolla y ajitos se convierte en algo más apreciado que cualquier plato de cocina creativa de algún restaurante de barrio alto. ¡Y es que como se come en casa, en ningún sitio!